Salmo 95 |
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* (Alef 1-8) (Bet 9-16) (Guimel 17-24) (Dalet 25-32) (He 33-40) (Vau 41-48) (Zain 49-56) (Het 57-64) (Tet 65-72) (Yod 73-80) (Caf 81-88) (Lamed 89-96) (Mem 97-104) (Nun 105-112) (Samec 113-120) (Ayin 121-128) (Pe 129-136) (Sade 137-144) (Qof 145-152) (Resch 153-160) (Sin 161-168) (Tau 169-176)
Advenimiento y alabanza del divino Rey
1*Cantad
a Yahvé un cántico nuevo,
cantad a Yahvé, tierras todas.
2Cantad
a Yahvé, bendecid su nombre,
proclamad día tras día su salvación.
3*Pregonad
su gloria entre los gentiles;
sus maravillas entre los pueblos todos.
4Porque
grande es Yahvé
y digno de suma alabanza,
temible, más que todos los dioses.
5Pues
todos los dioses de los gentiles son ficción
en tanto que Yahvé hizo los cielos.
6*Majestad
y belleza le preceden;
en su santa morada están el poder y la gloria.
7Reconoced
a Yahvé,
oh razas de los pueblos,
reconoced a Yahvé la gloria y el poder.
8*Reconoced
a Yahvé
la gloria de su Nombre.
Traedle oblaciones y venid a sus atrios.
9*Adorad
a Yahvé en sacro esplendor,
oh tierra toda, tiembla ante Él.
10*Anunciad
a las naciones: “Reina Yahvé;
Él ha dado estabilidad al orbe,
para que no vacile;
rige a los pueblos con justicia.”
11*Alégrense
los cielos,
y regocíjese la tierra;
retumbe el mar y cuanto lo llena;
12salte
de júbilo el campo
con todo lo que hay en él.
Rebosarán entonces de exultación
todos los árboles de la selva,
13ante
la presencia de Yahvé,
porque viene,
porque viene para gobernar la tierra.
Gobernará la redondez de la tierra
con justicia,
y a los pueblos con su fidelidad.
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1. El nuevo Salterio Romano resume así el
contenido de este Salmo: ‘El salmista contempla
en su mente al Señor viniendo al fin de los
tiempos para constituir el reino mesiánico (13).
I. Exhorta a todos a que alaben a este gran rey
(1-3); II. Porque éste es el solo Dios, lleno de
majestad, poder y esplendor (4-6); III. A Él
tributen alabanza todos los pueblos, ofrézcanle
sacrificios, préstenle adoración, porque Él
mismo ha empezado a reinar (7-10); IV. También
la naturaleza llénese de exultación porque Dios
viene a gobernar la tierra (11-13).’ Salmo de
origen davídico, pues figura como tal en I
Paralipómenos 16, 23-33, no puede tener relación
directa con el cautiverio de Babilonia, aunque
quizá fuese adaptado al culto del segundo Templo
después del cautiverio babilónico, sin perjuicio
de su carácter profético que contempla la
plenitud del reino mesiánico. Como los Salmos
96-98, presenta a Israel en un estado de
libertad y santidad que no tuvieron al volver de
Babilonia las tribus de Judá y Benjamín (Salmo
84, 1 y nota; Esdras 4, 1; capítulo 9 y 10;
Nehemías 9, 36; capítulo 13; Isaías 59, 21;
Hebreos 8, 8-11; Ezequiel capítulo 40-48).
Cántico
nuevo (cf. Isaías 42, 10; Salmo 32, 3): “Los
cánticos antiguos no son ya suficientes para
celebrar esta nueva e inaudita manifestación de
Dios como rey de toda la tierra” (Salterio
Romano). De ahí el carácter solemne de la
introducción, igual a la del Salmo 97 y
extensiva a toda la tierra.
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3. Aquí y en los versículos 7 ss. vemos la
misión apostólica de Israel entre las naciones.
Cf. Salmo 64, 2; 65, 8; 66, 3 ss.; 101, 16 s.;
125, 2; Isaías 54, 15; 55, 5; 60, 3; Ezequiel
36, 23; Miqueas 5, 7; etc.
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6. Sobre esta gloria y belleza, cf. Salmo 44, 3
ss.; 64, 7; Marcos 13, 26; Lucas 9, 26-32.
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8 ss. Los pueblos gentiles acudirán para rendir
culto al Dios de Israel. Cf. versículo 3; Salmo
46, 10 y notas. Profecías semejantes se hallan
en Isaías 2, 2 ss.; 42, 7 ss.; 60, 6, etc.
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9. Véase Salmo 96, 4; Marcos 13, 22.
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10.
Anunciad, etc.: Este versículo ha sido
aplicado por la Liturgia en el Aleluya de las
misas del viernes de Pascua y de la Invención de
la Santa Cruz (3 de mayo), añadiéndole: reinará
sobre el madero, como lo hace también el himno
Vexilla Regis de Venancio Fortunato, que
atribuye a David la frase, “regnavit a ligno
Deus”; por su parte el nuevo Salterio Romano
anota: “Reina el Señor (cf. Salmo 92, 1): da firmeza al universo y gobierna
a los hombres con justicia.” Véase Salmos 71, 2;
109, 5, etc. Comentando este Salmo en su
autorizada edición reciente, el P. Callan se
pregunta cuál es la situación que hoy hallamos
en el mundo, y si hay algo sobre la tierra que
corresponda al cuadro pintado en el Salmo, ya
que ‘ante todo debe notarse que el salmista no
estaba soñando ni exagerando cuando escribió
este poema, sino hablando como mensajero de Dios
y declarando realidades por venir’. Después de
señalar que las multitudes están lejos de
conocer a Cristo, se pregunta si alguna vez será
diferente la situación, y concluye que tal
renovación parece seguramente remota, pero aun
cuando ‘poco se ve que dé esperanza de semejante
cambio, él debe finalmente llegar si es conforme
al plan divino que la visión del salmista se
verifique en esta parte temporal de la era
mesiánica’. Y añade ese mismo autor, que
entretanto cada uno puede, mediante la imitación
de la vida de nuestro Señor Jesucristo,
‘apresurar la venida de ese tiempo bendito en
que hombres y naciones, tierra y mar y toda la
naturaleza vivirán y se alegrarán en paz y
armonía, unidos en un cántico nuevo universal y
sin fin, de amor y fraternidad’.
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11 ss. En el tiempo mesiánico ¿cómo no daría
señales de alegría la naturaleza inanimada, que
participa también de la salvación? Cf. Romanos
8, 22; Salmo 71, 3 y notas.
Viene para
gobernar la tierr”, etc. (versículo 13): ‘A
restablecer la justicia y a implantar en el
mundo la felicidad de la era mesiánica’
(Páramo). El Santo Padre Pío XII ha citado este
Salmo al decir que después de las tribulaciones
que en la actualidad sufre la Iglesia, llegará
la hora, de santo regocijo, en que el Padre
celestial, por medios desconocidos por las
mentes o los deseos de los hombres, restaurará
la justicia, la calma y la paz entre las
naciones. Cf. Salmo 97, 9.
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