Salmo 82 |
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Imprecación de Israel contra los gentiles confabulados
1*Cántico.
Salmo de Asaf.
2Oh
Dios, no permanezcas mudo;
no estés sordo, oh Dios, ni te muestres pasivo.
3Mira
el tumulto que hacen tus enemigos,
y cómo los que te odian yerguen su cabeza.
4A
tu pueblo le traman asechanzas;
se confabulan contra los que Tú proteges.
5 “Venid (dicen),
borrémoslos;
que ya no sean pueblo;
no quede ni memoria del nombre de Israel.”
6*Así
conspiran todos a una
y forman liga contra Ti:
7*las
tiendas de Edom y los ismaelitas,
Moab y los agarenos,
8Gebal
y Ammón y Amalec,
Filistea y los habitantes de Tiro.
9También
los asirios se les han unido,
y se han hecho auxiliares de los hijos de Lot.
10*Haz
Tú con ellos como con Madián
y con Sísara, y con Jabín,
junto al torrente Cisón;
11que
perecieron en Endor,
y vinieron a ser como estiércol para la tierra.
12*Trata
a sus caudillos como a Oreb y a Zeb;
a todos sus jefes, como a Zebee y a Salmaná,
13pues
han dicho:
“Ocupemos para nosotros las tierras de Dios.”
14*Dios
mío, hazlos como el polvo en un remolino
y la hojarasca presa del viento.
15Como
fuego que consume la selva,
como llama que abrasa los montes,
16así
persíguelos en tu tempestad,
y atérralos en tu borrasca.
17*Haz
que sus rostros
se cubran de vergüenza,
para que busquen tu nombre ¡oh Dios!
18Queden
para siempre en la ignominia
y en la turbación;
sean confundidos y perezcan.
19Y
sepan que tu Nombre es Yahvé;
y que sólo Tú eres el Altísimo
sobre toda la tierra.
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1 ss. Una confederación de pueblos que intentan
borrar el nombre del pueblo de Dios y que llevan
los nombres de los circunvecinos de Israel, con
Asiría a la cabeza, es el objeto de este Salmo,
que recuerda por su asunto el Salmo 2 y cuyo
contenido se ha tratado en vano de ubicar
históricamente, volviendo los autores a discutir
entre los tiempos de los Macabeos (I Macabeos
5), los de Nehemías (Nehemías 4), etc. Calès
hace notar, sobre los primeros, que ya no
existían entonces tales pueblos, y sobre los últimos, que se trata de situaciones muy
distintas de las que contempla el Salmo,
observando que “Edom, Moab, los filisteos, los
asirios, aparecen ya a los profetas como el tipo
y el símbolo de esos enemigos por venir del
futuro reino mesiánico”. Conviene también
aplicar hoy esta plegaria del salmista a la
iglesia de Dios rodeada, como aquí Israel. de
adversarios poderosos, tanto humanos (Juan 15,
20 ss.; 16, 1 ss.; Mateo 10, 24, 24, 9, etc.)
como diabólicos (I Pedro 5, 8; EL 6. 12; II
Tesalonicenses 2, 4; Apocalipsis 13, 7; I Juan
2, 18 s., etc.). Cf. Salmo 73, 21 s. y nota.
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6. Alianza contra Dios y su Cristo. Cf. Salmo 2,
2; 47, 5; Apocalipsis 16, 16; 19, 19; 20, 7.
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7 ss. Los
diez pueblos enemigos están al sur (idumeos,
ismaelitas, amalecitas), al este (los agarenos,
los hijos de Lot: Moab y Ammón), al norte (Tiro,
Gebal, Asiria) y al oeste (los filisteos). Cf.
Salmos 75, 1 y 11; 79, 1, etc. Es de notar la
diferencia entre esta coalición de vecinos que,
aprovechando la decadencia de Israel, procurarán
instalarse en Tierra Santa con ayuda del Asirio
(versículo 9), símbolo quizá de naciones más
distantes (cf. Isaías 5,. 25 y nota), y la
invasión de Gog anunciada en Ezequiel 38 y 39,
que vendrá del Norte, con pueblos más lejanos
(Ezequiel 38, 2-6; 39, 2 y notas), y encontrará
a Israel ya reunido en su tierra (Ezequiel 38,
8-12), aunque no definitivamente hasta después
de rechazada esa invasión (Ezequiel 39, 21-29).
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10 s. El suplicante ruega a Dios renueve los
castigos realizados en tiempo de los Jueces
contra los enemigos de Israel (Jueces 4, 2; 5,
20 y 26).
*
12 s. Tratase de reyes de los madianitas
vencidos por Gedeón. Cf. Jueces 7, 25; 8, 3 ss.
Sobre el versículo 13, cf. Ezequiel 25, 4; Oseas
9, 3 y notas.
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14 ss. Estas imágenes, tomadas de los fenómenos
de la naturaleza, nos recuerdan que Dios emplea
como azote de sus enemigos todas las fuerzas
naturales. Véase Salmo 1, 4; Sabiduría 5, 21;
Romanos 8, 19 ss. Cf. Salmo 67, 31; Isaías 10,
12-16; 17, 13, etc. Calès supone que los
versículos 14 y 16 son glosas, pues alteran el
ritmo de las estrofas. Véase la nota siguiente.
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17 ss.
Para que busquen tu nombre: otros:
busquen la
paz. Todo el pasaje, tal como está, es una
imprecación semejante a las de Salmos 34, 4; 68,
28 s.; 69, 4, etc., y habría que interpretar:
para que busquen
vanamente,
pues no puede pensarse en una conversión de los
enemigos ya que según el versículo 18 perecerán
confundidos para siempre (cf. Salmos 58, 14; 78,
10 ss. y nota; Daniel 3, 44 s.). Si, como otros
proponen, se restablece el ritmo en las estrofas
pasando por alto los versículos 15 y 18 (y no
los versículos 14 y 16), queda también aclarado
el sentido.
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