EVANGELIO DE N. S. JESUCRISTO SEGÚN SAN LUCAS |
1 | 2 | 3 | 4 | 5 | 6 | 7 |
8 | 9 | 10 | 11 | 12 | 13 | 14 |
15 | 16 | 17 | 18 | 19 | 20 | 21 |
22 | 23 | 24 |
Nota introductoria
El autor del tercer
Evangelio, “Lucas, el médico” (Col. 4, 14), era un sirio
nacido en Antioquía, de familia pagana. Tuvo la suerte
de convertirse a la fe de Jesucristo y encontrarse con
San Pablo, cuyo fiel compañero y discípulo fue por
muchos años, compartiendo con él hasta la prisión en
Roma.
Según su propio testimonio
(1, 3) Lucas se informó “de todo exactamente desde su
primer origen” y escribió para dejar grabada la
tradición oral (1, 4). No cabe duda de que una de sus
principales fuentes de información fue el mismo Pablo, y
es muy probable que recibiera informes también de la
santísima Madre de Jesús, especialmente sobre la
infancia del Señor, que Lucas es el único en referirnos
con cierto detalle. Por sus noticias sobre el Niño y su
Madre, se le llamó el Evangelista de la Virgen. De ahí
que la leyenda le atribuya el haber pintado el primer
retrato de María.
Lucas es llamado también el
Evangelista de la misericordia, por ser el único que nos
trae las parábolas del Hijo Pródigo, de la Dracma
Perdida, del Buen Samaritano, etc.
Este tercer Evangelio fue
escrito en Roma a fines de la primera cautividad de San
Pablo, o sea entre los años 62 y 63. Sus destinatarios
son los cristianos de las iglesias fundadas por el
Apóstol de los gentiles, así como Mateo se dedicó más
especialmente a mostrar a los judíos el cumplimiento de
las profecías realizadas en Cristo. Por eso el Evangelio
de San Lucas contiene un relato de la vida de Jesús que
podemos considerar el más completo de todos y hecho a
propósito para nosotros los cristianos de la gentilidad.
|