Salmo 119 |
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* (Alef 1-8) (Bet 9-16) (Guimel 17-24) (Dalet 25-32) (He 33-40) (Vau 41-48) (Zain 49-56) (Het 57-64) (Tet 65-72) (Yod 73-80) (Caf 81-88) (Lamed 89-96) (Mem 97-104) (Nun 105-112) (Samec 113-120) (Ayin 121-128) (Pe 129-136) (Sade 137-144) (Qof 145-152) (Resch 153-160) (Sin 161-168) (Tau 169-176)
Contra la lengua calumniadora
1*Cántico gradual.
A Yahvé clamé
en medio de mi tribulación
y Él me escuchó.
2Yahvé,
libra mi alma del labio engañoso,
de la lengua astuta.
3*¿Qué
te dará o qué te añadirá
(Yahvé),
oh lengua astuta?
4Saetas
de un potente
aguzadas en ascuas de retama.
5*¡Ay
de mí, advenedizo en Mósoc,
alojado en las tiendas de Cedar!
6Demasiado
tiempo ha habitado mi alma
entre los que odian la paz.
7*Yo
soy hombre de paz; apenas hablo,
y ellos mueven la guerra.
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1 s.
Cántico gradual: Así se llaman los quince
Salmos que siguen (en hebreo: Salmos de la
subida). Según algunos se cantaban, de acuerdo a
una tradición judía, subiendo las quince gradas
del Templo; pero éstas corresponden al gran
Templo anunciado por Ezequiel (Ezequiel 40, 22,
31, 37, 49) que nunca existió, y no sabemos si
las había en el segundo Templo, más simple y
estrecho que el de Salomón (Esdras 3, 12;
Zacarías 4, 9-10). Otros se inclinan a pensar
que estos cánticos son Salmos conmemorativos de
la vuelta del cautiverio. Una tercera opinión
dice que se llaman graduales o de ascensión
porque dan las normas del progreso espiritual.
Lo más cierto parece ser que se cantaban por los
peregrinos en la subida Jerusalén, y en varios
de ellos es evidente el carácter profético.
“Ninguna poesía popular aventajará nunca la
asombrosa belleza de estos Salmos, verdaderos
modelos en su género para todo tiempo y para
todo pueblo. Son un monumento de la verdadera,
de la grande, de la sublime idea religiosa que
educaba a aquel religioso pueblo como para el
advenimiento del cristianismo” (Minocchi), o sea
de los misterios mesiánicos, no pudiendo
afirmarse que se refieren a la vuelta de
Babilonia “ya que algunos presuponen la completa
restauración del Templo y de su culto” (Páramo).
Este primer Salmo gradual expresa el dolor del
salmista y quizá también de Israel como
desterrado y escarnecido. Cf. Eclesiástico 51,
1-12 y capítulo 36.
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3 s. Texto oscuro que parece ser una
imprecación:
La lengua
astuta que mata como flecha, o espada, o
fuego (Jeremías 9, 7; Salmo 56, 6; Santiago 3,
6), será a su vez atravesada por saetas
ardientes (la
retama
como leña parece dar más calor que la de otros
arbustos y árboles). Cf. Sabiduría 1, 5 y nota.
Como dando este versículo en sentido espiritual,
dice San Agustín: “Saetas son las palabras de
Dios: hieren y atraviesan los corazones. Mas
cuando los corazones son traspasados por las
saetas de la Palabra de Dios, se inflama en
ellos el amor.” Observación tan teológica
(Romanos 5, 5) como humana, pues todo amante
conquista a la amada por su palabra. Así el alma
se enamora de Dios al oírle hablar. Esto explica
que la Sagrada Biblia, como libro de
espiritualidad, sea, dice Mons. Chimento, “tan
superior a todo otro, cuanto dista lo divino de
lo humano, esto es, infinitamente”.
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5. Mósoc
o Méschek,
país inhospitalario al sur del Cáucaso, entre el
Mar Negro y el Caspio, hoy Rusia (cf. Génesis
10, 2; Ezequiel 27, 13 y sobre todo Ezequiel 38,
2 y nota).
Cedar: Desierto de los árabes de Siria, al
este de Palestina. Con ambas metáforas, sinónimo
de barbarie, quiere expresar el salmista que se
siente desterrado, como lo están, dice San
Ignacio de Loyola, “entre brutos animales” (cf.
Mateo 10, 16), los discípulos de Cristo. Cf.
Jeremías 35, 10; Hechos 2, 40; II Pedro 1, 19,
etc.
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7. Cf. Salmo 108, 4. ¡Cuánta prudencia y aumento
de fe podríamos aprender aquí! Recordemos el
ejemplo de las Catacumbas. Cf. Salmos 38, 3;
118, 16 y nota; Malaquías 3, 16; Mateo 7, 6;
Lucas 18, 8; Apocalipsis 18, 4. El Salmo
siguiente parece querer consolarnos con la
esperanza. Cf. Isaías 30, 15.
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