Salmo 71 |
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* (Alef 1-8) (Bet 9-16) (Guimel 17-24) (Dalet 25-32) (He 33-40) (Vau 41-48) (Zain 49-56) (Het 57-64) (Tet 65-72) (Yod 73-80) (Caf 81-88) (Lamed 89-96) (Mem 97-104) (Nun 105-112) (Samec 113-120) (Ayin 121-128) (Pe 129-136) (Sade 137-144) (Qof 145-152) (Resch 153-160) (Sin 161-168) (Tau 169-176)
El reino mesiánico
1*Para Salomón.
Oh Dios, entrega al Rey tu juicio,
y tu justicia al Hijo del Rey;
2*para
que Él gobierne a tu pueblo
con justicia,
y a los humildes tuyos
con equidad.
3*Los
montes traerán al pueblo la paz;
y los collados, la justicia.
4Él
defenderá a los humildes del pueblo,
Él salvará a los hijos de los pobres,
y aplastará al opresor.
5*Permanecerá
como el sol,
y como la luna, de generación en generación.
6*Descenderá,
como lluvia,
sobre el prado segado,
como las aguas que riegan la tierra.
7*En
sus días florecerá la justicia,
y abundará la paz
mientras dure la luna.
8*Y
Él dominará de mar a mar.
y desde el Río hasta los confines de la tierra.
9*Ante
Él se prosternarán sus enemigos,
y sus adversarios lamerán el polvo.
10*Los
reyes de Tarsis y de las islas
le ofrecerán tributos;
los reyes de Arabia y de Sabá
le traerán presentes.
11*Y
lo adorarán los reyes todos de la tierra;
todas las naciones le servirán.
12*Pues
Él librará al que clama desvalido,
y al mísero que no tiene amparo.
13Se
compadecerá
del necesitado y del pobre,
y a los indigentes salvará la vida,
14los
libertará del daño
y de la opresión.
y la sangre de ellos
será preciosa a sus ojos.
15*Por
eso vivirá; y le darán del oro de Arabia,
orarán siempre a causa de Él;
sin cesar le bendecirán.
16*Habrá
abundancia de trigo en la tierra;
en las cumbres de los montes
ondeará su fruto como el Líbano;
y florecerán los habitantes de las ciudades
como la grama del campo.
17*Su
nombre será para siempre bendito,
mientras dure el sol
permanecerá el nombre suyo;
y serán benditas en Él
todas las tribus de la tierra;
todas las naciones
lo proclamarán bienaventurado.
18Bendito
sea Yahvé, Dios de Israel,
único que hace maravillas;
18y
bendito sea por siempre
su glorioso Nombre;
llénese de su gloria toda la tierra.
¡Así sea; así sea!
20*Fin
de las oraciones de David, hijo de Jesé.
*
1. “Según la tradición, tanto judaica como
cristiana, este Salmo trata del Mesías y de su
Reino” (Salterio Romano). Como vemos en el
hemistiquio final, es obra del mismo David, que
en sus últimas palabras anunció “un Justo
dominador de los hombres… como la luz de la
aurora cuando se levanta el sol en una mañana
sin nubes” (II Reyes 23, 30), y a quien el
Espíritu Santo mueve tantas otras veces, y
especialmente en el espléndido Salmo 44, a
cantar las glorias del Vástago divino que ha de
sentarse en su trono para siempre (Lucas 1, 32
s.). De ahí que esté dedicado al
Pacífico, que así se traduce el nombre de Salomón, el cual fue
asimismo figura de Jesucristo. Los que no ven en
este Salmo más que el encumbramiento de un gran
rey, tropiezan con los atributos que se le dan
en los versículos 10 y siguientes, superiores a
cuanto podía esperar ningún rey de la historia
humana.
Rey... Hijo del Rey: Como observa Ubach, el
Mesías es a un tiempo ambas cosas. Lo primero,
porque así fue constituido por el Padre Eterno
(cf. Salmos 2 y 109 y notas); lo segundo, por
doble razón: como Verbo del Padre y como
descendiente y heredero de David. Sobre esta
entrega de la investidura real que aquí se pide,
véase Lucas 19, 11-15 y los textos que la Misa
de Cristo Rey contiene junto con este versículo
que va en el Introito: 2, 8; 28. 10 s.; Daniel
9, 13; Apocalipsis 1, 6; 5, 12 y 19, 16.
*
2.
Gobierne: Así el nuevo Salterio Romano.
Otros vierten en futuro:
gobernará. Gobernar, reinar y juzgar son una misma cosa en la
Sagrada Escritura. (Cf. Salmo 95, 10 y nota.
A los humildes tuyos: Lo característico del reino mesiánico consiste
en que los humildes serán tratados con justicia.
“En tal reino no habrá lugar para el egoísmo,
favoritismo, venganza o tiranía. Por tiempos
será necesaria una especial atención, pero ésta
será para los pobres y afligidos” (Callan).
Véase versículos 4 y 12 ss.; Salmos 57, 11; 81,
8 y notas; Isaías 11, 4; 25, 4; 61, 1. ¡Qué
condenación del mundo actual!
*
3. Cf. versículo 16. La participación de la
naturaleza en las bendiciones mesiánicas se
vaticina igualmente en Isaías 32, 16; 45, 8;
Salmo 84, 12, etc. Véase Salmo 95, ll y nota.
*
5.
Permanecerá: Las mejores versiones y autores
usan así el futuro, que por lo demás se impone
desde el versículo 12, en lugar del optativo que
algunos han preferido en los versículos 5-8 y
que parecería favorecer a los que quisieran
quitar al Salmo todo valor mesiánico y de
profecía, como si, no pudiendo aplicarse a
ningún hombre, se redujera a un ideal del
salmista que soñase con un reino así, universal,
eterno, una mezquina aspiración a eternizar lo
temporal y actual, sin gloria para Cristo.
*
6. Sobre
el prado segado: Otros traducen más
brevemente:
sobre el césped. Nos parece más intensa la otra expresión, que
indica el momento más oportuno para que llueva
sobre un mundo segado, como en Amos 7, 1, Cf.
Isaías 45, 8; 61, 1 s.; 64, 1; Lucas 18, 8 y
notas; Apocalipsis 14, 14 ss.
*
7. “Sobre la paz de los tiempos mesiánicos, cf.
Isaías 2, 4; 11, 3-4” (PiIlion). Cf. también
Salmo 45, 10 y nota. Jesús nos da Su propia paz,
para que no se turbe nuestro corazón (Juan
14-24) en medio de este siglo malo (Gálatas 1.
4), cuyo príncipe es Satanás. como dice el mismo
Jesucristo en Juan 14, 30.
*
8. “Desde
el mar occidental (Mediterráneo)
hasta el
mar oriental (sinum Persicum),
desde el
río (Éufrates) hasta los confines de la
tierra (islas y tierras del extremo occidente),
es decir por todo el orbe” (Salterio Romano).
Así lo indican también Vaccari, Callan, etc.,
entendiendo este último por mar oriental el
Océano Indico. Véase Amos 8, 12; Salmo 64, 11 y
nota; 88, 26; Miqueas 4, 7; 5, 1 citado por
Mateo 2. 6; Lucas 1, 32; Oseas 3. 5; Ezequiel
34, 24; 37, 24 a.; Jeremías 23, 5 ss.; 33, 15
s.; Daniel 7, 14, 27, etc.
*
9. “Nadie podrá resistirse al dominio del
Mesías. De grado o por fuerza todos tendrán que
reconocer su dignidad regia. Cf. Salmo 2; Isaías
49, 23” (Páramo). La paráfrasis caldaica vierte:
“se humillarán los próceres”. Cf. Salmo 67, 27 ss. y nota.
*
10.
Tarsis: Ciudad situada en la España
meridional o una de las islas del Mediterráneo
occidental.
Las islas
en el lenguaje bíblico son las tierras del
Occidente (cf. Salmo 96, 1).
Sabá: Parte de Arabia; según otros, la costa oriental de África. Las
regiones citadas representan el mundo entonces
conocido, para indicar que toda la tierra
reconocerá el imperio del Mesías.
*
11. En su reciente edición el P. Callan, O.P.,
Consultor de la Pontificia Comisión Bíblica,
hace notar que, “sabiéndolo o no, el salmista
estaba describiendo el carácter y el Reinado del
Rey mesiánico”; que tal descripción “no
concuerda con ningún rey humano de Israel, ni
aun David o Salomón” y que “el Rey mesiánico no
ha traído todavía a una actual fruición sobre la
tierra todos estos benéficos resultados” pues
“todo gobernante digno de ese nombre debe…
extender su régimen sobre todos sus súbditos el
más pequeño como el más grande”. ¿Cuándo llegará
ese dichoso día? Véase el prefacio de la Misa de
Cristo Rey que contempla ese día con palabras
del Salmo 44, 8 y nos presenta ese reinado de
santidad, amor y paz en que todas las creaturas
le estarán sujetas (véase Hebreos 1, 8 y 13; 2,
8; I Corintios 15,25). Él entregará entonces el
Reino a su Dios y Padre (I Corintios 15, 24). En
este triunfo universal de Cristo con su Iglesia
(Apocalipsis 19, 6-9), del solo rebaño con el
único Pastor (Juan 10, 16), en que, como dice
Santo Tomás, le servirán unidos judíos y
gentiles, se cumplirá plenamente lo que pedimos
en el Padrenuestro (Mateo 6, 10).
*
12 ss. Cf. versículo 2. El amor al pobre y al
humilde es el distintivo del Mesías, el cual les
promete que triunfarán. Se anunció el Evangelio
a los pobres (Mateo 11, 5; Lucas 7, 22) durante
el año favorable o de reconciliación, que Jesús
señaló en Lucas 4, 18 s., citando a Isaías 61,
1. A continuación (Isaías 61, 2), el Profeta
vaticinó el día de la venganza en que los pobres
verán el triunfo. No es otro el cuadro que María
describe en su contemplación de Lucas 1, 51 ss.,
y así también lo anunció Jesús en Mateo 11, 5;
12, 28; Lucas 17, 21, etc., y el Bautista (Mateo
3, 10 y 12) y el sacerdote Zacarías (Lucas 1,
71) y el anciano Simeón (Lucas 2, 30), y así lo
esperaba el pueblo creyente (Lucas 19, 11) hasta
que rechazado y muerto el Mesías Rey (Lucas 19,
14; Juan 19, 15 y 19). su suave yugo sufrió
violencia por parte de su pueblo (Juan 1, 11;
Mateo 11, 12; Lucas 16, 16), sin más
reconocimiento que el de un día en que lo
aclamaron como “Rey en nombre del Señor” (Lucas
19, 38); “Hijo de David” (Mateo 21, 9) y “Rey de
Israel” (Juan 12, 13) bendiciendo el
advenimiento del reino davídico (Marcos 11, 10).
Mas es tanto el anhelo de su advenimiento, que
aun después de la Resurrección los apóstoles
reiteran al Señor la pregunta (Hechos 1, 6 s.),
ansiosos de verlo en su anunciado triunfo y de
ver triunfar con Él a los humildes en su Reino
feliz. A la luz de estos anuncios podemos
apreciar la grandeza de la fe de María frente al
Calvario, tan distinto de lo que Ella debía
esperar (cf. Lucas 1, 32; Isaías 35, 5; Ag. 2,
20 y notas).
*
15.
Vivirá: Según lo que precede parecería
referirse más a los pobres que al Rey, Es muy
probablemente una glosa añadida, pues altera el
metro del verso.
Le darán:
En el sentido impersonal de:
“se le
dará” (Prado). El P. Lagrange lo entiende en
el sentido de que el Rey dará al pobre.
A causa de Él: Variante más plausible que rogarán por Él, lo que no
puede entenderse al pie de la letra como si
intercediesen por Jesús. Dom Calmet dice:
adorarán a Dios continuamente a causa de Él; y
en la nota vierte: Él rogará siempre por ellos y
derramará todo el día sobre ellos sus
bendiciones. San Agustín hace notar que desde
ahora rogamos a causa de Cristo cuando en el
Padrenuestro pedimos al Padre que venga su
Reino.
*
16. “Se predice la abundancia del trigo y la
multitud de los hombres. Cf. en los profetas las
descripciones de la fertilidad de la tierra, v.
gr. Amos 9, 13; Joel 3, 18” (Salterio Romano).
*
17. “La paz y la prosperidad reinarán sobre la
tierra y todas las naciones serán benditas
realizándose así la antigua promesa dada a
Abrahán” (Callan). Cf. Génesis 12, 3; 22, 17;
Gálatas 3, 8 y lo que María expresa en Lucas 1,
54 s. y Zacarías en Lucas 1, 73 (cf. versículo
12 y nota).
*
20. Esta nota no quiere decir que en los libros
que siguen no haya Salmos davídicos, sino sólo
que aquí se cierra una colección. En lo sucesivo
hallaremos otros Salmos de David, lo cual no
obsta que el presente sea, como se cree, el
último que él escribió, próximo ya a su muerte
(San Roberto Belarmino). San Jerónimo explica:
“acaban los Salmos de David porque en este Salmo
escribió la plenitud y el fin de las cosas”.
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