Salmo 19 |
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* (Alef 1-8) (Bet 9-16) (Guimel 17-24) (Dalet 25-32) (He 33-40) (Vau 41-48) (Zain 49-56) (Het 57-64) (Tet 65-72) (Yod 73-80) (Caf 81-88) (Lamed 89-96) (Mem 97-104) (Nun 105-112) (Samec 113-120) (Ayin 121-128) (Pe 129-136) (Sade 137-144) (Qof 145-152) (Resch 153-160) (Sin 161-168) (Tau 169-176)
Plegaria por el Rey
1*Al maestro de coro. Salmo de David.
2*Que
Yahvé te escuche
en el día de la prueba;
te defienda el Nombre
del Dios de Jacob.
3Él
te envíe su auxilio desde el santuario,
y desde Sión te sostenga.
4Acuérdese
de todas tus ofrendas
y séale grato tu holocausto.
5Te
conceda lo que tu corazón anhela
y confirme todos tus designios.
6Séanos
dado ver gozosos tu victoria,
y alzar el pendón
en el nombre de nuestro Dios.
Otorgue el Señor todas tus peticiones.
7Ahora
ya sé que Yahvé
dará el triunfo a su ungido,
respondiéndole desde su santo cielo
con la potencia victoriosa de su diestra.
8*Aquéllos
en sus carros,
éstos en sus caballos;
mas nosotros seremos fuertes
en el Nombre de [Yahvé] nuestro Dios.
9Ellos
se doblegarán y caerán;
mas nosotros estaremos erguidos,
y nos mantendremos.
10*Oh
Yahvé, salva al rey.
y escúchanos en este día
en que apelamos a Ti.
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1. Del versículo 8 se deduce que David compuso
este Salmo cuando salió para combatir a los
ammonitas y sirios que tenían hasta cuarenta mil
caballos y setecientos carros de guerra (II
Reyes 10, 15 ss.; I Paralipómenos 22, 16 ss.).
Algunos Padres lo consideran como Salmo
mesiánico, lo cual parece confirmarse por su
relación con el Salmo siguiente que es, según
todos admiten, una prolongación del presente
(cf. Salmo 20, 1 y nota), y por la atribución de
ambos al mismo rey David.
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2 ss. Son votos del pueblo que implora a Dios
por la salud del rey en la batalla. El
Nombre
de Dios es su ser y su potencia infinita: “Su
nombre es su ser y su ser es su nombre”
(Cáceres). Jesús nos reveló que ese nombre por
excelencia es el de “Padre”. Así hemos de
llamarlo cuando hablemos de Él y cuando
conversemos con Él en la oración (Mateo 6, 9;
Juan 17, 6; 20, 17; Gálatas 4, 6, etc.). Tal es
el Nombre que
“nos
defenderá”, como aquí se dice. ¿A quién
llama el hijo para que lo defienda sino a su
padre?
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8 s. Los pueblos confían, hoy como ayer, en los
armamentos bélicos (cf. Isaías 31, 1 ss.; II
Paralipómenos 32, 7); Israel, empero, pone toda
su confianza en el Señor (Deuteronomio 17, 16;
20, 1; Isaías. 36, 9; Salmo 12, 16 s.). El
resultado opuesto de ambos sistemas se ve en el
versículo 9, que, según algunos, podría
referirse a la victoria de II Reyes 10, 18, y
según otros, alude a un triunfo más definitivo
de Israel, como en Salmo 46, 4; 47, 5 ss., etc.
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10. De aquí el título de la canción nacional
británica: God save the king.
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