Salmo 60 |
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* (Alef 1-8) (Bet 9-16) (Guimel 17-24) (Dalet 25-32) (He 33-40) (Vau 41-48) (Zain 49-56) (Het 57-64) (Tet 65-72) (Yod 73-80) (Caf 81-88) (Lamed 89-96) (Mem 97-104) (Nun 105-112) (Samec 113-120) (Ayin 121-128) (Pe 129-136) (Sade 137-144) (Qof 145-152) (Resch 153-160) (Sin 161-168) (Tau 169-176)
Anhelo mesiánico de David
1*Al maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. De David.
2Escucha,
oh Dios, mi grito,
atiende a mi oración.
3*Desde
los confines de la tierra
clamo a Ti.
con el corazón desfallecido;
Tú me alzarás hasta la roca,
me darás el reposo.
4*Porque
eres mi refugio,
la fuerte torre contra el enemigo.
5Habite
yo para siempre
en tu tabernáculo
y encuentre abrigo
a la sombra de tus alas.
6*Oíste
mis votos, oh Dios,
y me has dado la herencia
de los que temen tu Nombre.
7*Añade
días a los días del rey;
sean iguales sus años
a la multitud de generaciones.
8Reine
eternamente delante de Dios;
que tu misericordia
y tu fidelidad lo conserven.
9*Así
cantaré tu Nombre para siempre,
y cumpliré mis votos cada día.
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1. Véase II Reyes 17, 22 ss. David se hallaba
fuera de su país huyendo de Absalón. Los que
tienden a dudar del epígrafe suponen aquí una
plegaria de los cautivos de Babilonia, pero se
encuentran con las dificultades de los
versículos 6 y siguientes Otros, para evitarlas,
conjeturan que sería escrito por un levita
expatriado en tiempo de la monarquía, viendo no
obstante en el versículo 8 un eco de la promesa
davídica de II Reyes 7, 14. Espiritualmente se
suele aplicar las palabras de este Salmo a
nuestra vida de peregrinación en este mundo.
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3. De la
tierra: De la tierra santa. Como observa
Fillion, David se encontraba del otro lado del
Jordán, en Mahanaim, provincia de Galaad (II
Reyes 17, 24; cf. Génesis 32, 2; Jeremías 13,
26; Cantar de los Cantares 7, 1, texto hebreo);
y aunque no era eso la extremidad del país “el
corazón no se cuida de exactitud rigurosa en las
medidas, pues la distancia le parece
inconmensurable”. Bover-Cantera piensa en un
país muy remoto; Prado en Transjordania.
La roca:
La colina rocosa de Jerusalén. El Texto
Masorético añade:
Inaccesible para mí, lo cual se explica de
suyo, tanto en sentido histórico cuanto en el
profético. Espiritualmente vemos aquí la
confesión de nuestra impotencia, contra la cual
no podemos luchar sin la gracia. Y a pesar de
esto, Dios nos ofrece la roca, ¡la santidad por
los méritos de su Hijo! Cf. I Tesalonicenses 4,
3 y 7 s.; Romanos 5, 5. Cf. Génesis 19, 16 y
nota.
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4. Texto usado frecuentemente en preces
litúrgicas. Cf. Salmo 70, 3; Proverbios 18, 10;
Joel 3, 16.
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6. La
herencia: Otros leen aquí:
el deseo,
como en Salmo 20, 3. Es la segunda parte del
Salmo, donde la oración ya ha sido escuchada.
“Evidentemente David tiene aquí en vista el
trono del cual había sido despojado y sobre el
cual contaba con que Dios había de
restablecerlo” (Fillion).
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7 s. “Esta mención del rey en tercera persona no
dificulta la atribución de este Salmo a David,
como no lo hace la expresión «tu siervo»,
también en tercera persona, con que el poeta se
designa a sí mismo en otros Salmos” (Desnoyers).
Por lo demás, “como lo han admitido
sucesivamente los intérpretes judíos y
cristianos, el lenguaje de David va mucho más
allá de él, y conviene sobre todo al «Rey
Mesías» (expresiones del Targum) pues sólo en Él
la realeza de David debía durar eternamente. Cf.
II Reyes 7, 12-16; Lucas 1, 32-33” (Fillion).
“En el sentido típico, muy por lo menos —añade
Calès— hay razón para creer que el Mesías está
expresado a través del rey teocrático. Más aún,
es muy posible que el autor sagrado haya tenido
conciencia de expresarlo en eminente sentido
literal. He aquí en todo caso, cómo el Targum
interpreta los versículos 7 y 8:
“Tú
añadirás días a los días del Rey Mesías. Sus
años serán como las generaciones de este mundo y
las del mundo que vendrá. Él reinará para
siempre delante de Yahvé. La bondad y la verdad
del Señor del mundo lo guardarán”.
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9. Lleno de gratitud, el salmista alabará a Dios
siempre y le ofrecerá continuas acciones de
gracias. Cf. Ezequiel 37, 24 s.
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