Salmo 64 |
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* (Alef 1-8) (Bet 9-16) (Guimel 17-24) (Dalet 25-32) (He 33-40) (Vau 41-48) (Zain 49-56) (Het 57-64) (Tet 65-72) (Yod 73-80) (Caf 81-88) (Lamed 89-96) (Mem 97-104) (Nun 105-112) (Samec 113-120) (Ayin 121-128) (Pe 129-136) (Sade 137-144) (Qof 145-152) (Resch 153-160) (Sin 161-168) (Tau 169-176)
La alabanza en Sión
1*Al maestro de coro. Salmo de David. Himno.
2*A
Ti, oh Dios, es debida
la alabanza en Sión,
y a Ti se han de cumplir los votos.
3*A
Ti, que oyes las plegarias,
a Ti irá toda carne,
a causa de los pecados.
4Prevalecen
contra nosotros
nuestras iniquidades,
mas Tú las perdonas.
5*Dichoso
aquel
a quien Tu elijas y atraigas,
para que habite en tus atrios.
Nos hartaremos de los bienes de tu casa
y de la santidad de tu Templo.
6*En
tu justicia nos escuchas
con estupendas señales,
oh Dios salvador nuestro,
esperanza de todos los confines de la tierra
y de los más lejanos mares.
7*Con
tu fuerza consolidas los montes,
revestido de poder.
8Sosiegas
el furor de los mares,
el estruendo de sus ondas
y el tumulto de las naciones.
9*Se
estremecen ante tus portentos
los que habitan los confines de la tierra.
Tú llenas de alegría el Oriente y el Occidente.
10*Has
visitado la tierra,
la has embriagado
y colmado de riquezas.
El río de Dios rebosa de aguas;
Tú preparas sus trigales,
aparejando la tierra,
11*regando
sus surcos,
y allanando sus terrones;
las ablandas con lluvias,
y fecundas sus gérmenes.
12Coronas
de benignidad el año,
y tus huellas destilan grosura.
13Las
praderas del desierto destilan,
y los collados se visten de exultación.
14Llenos
están los campos de rebaños,
y los valles se cubren de mieses;
se alegran y cantan.
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1. En el texto hebreo no se hace mención de
Jeremías ni de Ezequiel ni tampoco del
cautiverio, como en la Vulgata, donde una nota
añadida al epígrafe, sin duda como intento de
interpretación profética y contradictoria con la
atribución davídica que él mismo contiene, llevó
a algunos a interpretarla del cautiverio de
Babilonia, como hace notar Ubach, el cual
destaca al respecto “las expresiones universales
y mesiánicas” (versículos 6 y 9). así como el
retorno de la fertilidad a Palestina (versículos
10-14), lo cual va también más allá de una
simple cosecha anual. En realidad este
misterioso Salmo que, como se ve en las primeras
palabras del título, pertenece a David aunque ha
sido diversamente explicado por los intérpretes,
es una de las más preciosas perlas del Salterio,
un himno rebosante de júbilo por los dones y
designios de la Providencia, y de gratitud de
todos los hombres por la prosperidad
extraordinaria (versículo 10 ss.) prometida para
los tiempos mesiánicos (cf. Salmo 71, 16 s. y
notas), tanto a Israel fiel a Cristo (cf. Salmo
96, 8 y nota), como a las naciones todas de la
tierra (versículo 6; cf. Salmo 95, 8 ss.; 96, 1
y notas).
*
2. En
Sión: Cf. Salmo 96. 8; Isaías 2, 3 s.; 60, 5
s.; Miqueas 4, 1 ss.; y en general los Salmos
47, 65, 67, 71, 75, 13., etc.
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3. Este versículo y el anterior, tomados en
sentido figurado, forman el Introito de las
Misas de Difuntos, junto con un texto de IV
Esdras que aunque no canónico, es mirado con
respeto por la Iglesia (véase el Apéndice del
tomo IV de nuestra edición de la versión de la
Vulgata).
*
5. No elige el hombre a Dios, sino que es Él
quien lo elige y llama (Juan 15, 16; Romanos 8,
28-30). Felices también los gentiles que serán
llamados un día como Israel (Romanos 9, 24 ss.;
11, 30; Hebreos 11, 9 s.; 12, 22); dichosos
sobre todo, digamos hoy, los llamados, en virtud
del “misterio escondido desde todos los siglos”,
a formar parte del Cuerpo Místico de Cristo
(Efesios 1, 1 ss.; 3, 9; Col. 1, 26).
“Elijas”: El subjuntivo concuerda con el futuro:
“nos
hartaremos”.
*
6. “Es decir de los pueblos que habitan los
extremos límites de nuestro globo” (Fillion).
Esta referencia universal como en Salmos 21, 28;
96, 1, etc., confirma el carácter profético del
Salmo, pues en tiempos de David no esperaban en
Dios todas las naciones, ni aun ahora vemos que
así sea, como lo hace notar el P. Callan (Salmo
95, 10 y nota). Cf. Salmo 75, 10.
*
7 s.
Revestido de poder: Gramática cita aquí
Salmo 92, 1.
Sosiegas, etc.: La grandeza del Señor se manifiesta, según el
salmista, en el dominio de los mares y de los
pueblos (cf. Salmo 88, 10), los cuales son
parecidos a los mares en cuanto al estruendo y
tumulto (cf. Isaías 17, 12 s.; Lucas 21, 25;
Apocalipsis 17, 15). Bien es verdad que el mundo
ofrece siempre semejanza con el mar, según lo
señalaba ya San Agustín: “Todo es lucha y
frenesí; quien, codiciando una heredad, suspira
porque alguien muera; quien busca cómo
enriquecerse con los despojos de otros; quien
levantarse al cimas de donde primero sean otros
precipitados: todos se combaten y se devoran los
unos a los otros.”
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9. Tus
portentos: Otros:
tus
señales. Fillion anota: “Prodigios
realizados para salvar a los israelitas” (véase
Mateo 24, 29 ss.; Lucas 21,25ss.; Joel 2,30;
Hechos 2, 17-20; Apocalipsis 6, 15 s., etc.).
Tú llenas
de alegría el Oriente y el Occidente (cf.
Salmo 18, 7; Mateo 24, 27). La expresión
encierra también una verdad con respecto a los
poemas indescriptibles de color y opulencia que
el buen Padre nos ofrece cada día al salir y al
ponerse el sol, y que muy pocos observan o
admiran, aunque en ellos se nos brinda, por pura
obra divina y sin intervención humana, el
espectáculo mi maravilloso que hoy pueden
contemplar los ojos humanos sobre la tierra.
*
10. Como vemos en el versículo anterior,
parecería que esta
visita,
que trae tanto gozo a la naturaleza entera (cf.
Salmo 95, 1), no carece de aspecto dramático en
cuanto a los enemigos (como se ve también en
Salmos 96, 1-3; 67, 20-36, etc.), si bien aquí
se contemplan especialmente los beneficios. Lo
mismo se nota en el Salmo 65 hasta el versículo
10. Sobre la prosperidad de la tierra, véase
versículo 11 ss. y nota.
El rio de
Dios: Según San Hilario, en sentido
alegórico, el Espíritu Santo; Según San
Atanasio, el Evangelio; según otros, el río de
la gracia, etc. En igual sentido se dice que
los
trigales (Vulgata:
comida),
significan el Pan eucarístico, cosa en que no
conviene ningún autor moderno, por donde vemos,
según han repetido con insistencia los últimos
Pontífices, no menos que la Comisión Bíblica, la
necesidad de mirar con la debida prudencia esas
interpretaciones que no resulten del sentido
literal y mientras no se haya establecido éste
(véase las Encíclicas Providentissimus Deus,
Spiritus Paraclitus y Divino Afflante Spiritu,
etc.). Algunos traducen:
arroyo
en vez de
río, si bien, como lo hace notar Scío, la
expresión
río de Dios es un hebraísmo que significa
río grandísimo, y así lo vemos en Salmo 67, 16
con respecto a los
montes de
Basan. Este
río,
que “algunos aplican al Jordán, otros al Nilo” y
que según otros sería la lluvia, parece ser el
mismo de Salmo 45, 5. Cf. Salmo 71, 6.
*
11 s. Cuadro de la asombrosa fecundidad
prometida a la tierra, a la manera de la que
describe el Salmo 71, 16 s y el Salmo 106, 33
ss., etc. Cf. Isaías 11, 6 ss.; Zacarías 8, 12;
Amos, 9, 13, etc. Véase en Salmos 71, 11 y 95,
10 las observaciones del P. Callan sobre estos
felices anuncios.
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