Salmo 84 |
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* (Alef 1-8) (Bet 9-16) (Guimel 17-24) (Dalet 25-32) (He 33-40) (Vau 41-48) (Zain 49-56) (Het 57-64) (Tet 65-72) (Yod 73-80) (Caf 81-88) (Lamed 89-96) (Mem 97-104) (Nun 105-112) (Samec 113-120) (Ayin 121-128) (Pe 129-136) (Sade 137-144) (Qof 145-152) (Resch 153-160) (Sin 161-168) (Tau 169-176)
Súplica y profecía mesiánica
1*Para el maestro de coro. De los hijos de Coré. Salmo.
2*Oh
Yahvé, has sido propicio a tu tierra,
has trocado en bien la suerte de Jacob.
3*Has
quitado la iniquidad de tu pueblo,
cubierto todos sus pecados.
4Has
puesto fin a todo tu resentimiento,
desistido del furor de tu ira.
5*Restáuranos,
oh Dios, Salvador nuestro;
aparta de nosotros tu indignación.
6¿Acaso
estarás siempre enojado con nosotros?
¿Extenderás tu saña
de generación en generación?
7*
¿No volverás Tú a darnos vida,
para que tu pueblo se alegre en Ti?
8Muéstranos,
Yahvé, tu misericordia
y envíanos tu salvación.
9*Quiero
escuchar
lo que dirá Yahvé mi Dios;
sus palabras serán de paz
para su pueblo y para sus santos,
y para los que de corazón se vuelvan a Él.
10*Sí,
cercana está su salvación
para los que le temen;
y la Gloria fijará su morada en nuestro país.
11*La
misericordia y la fidelidad
se saldrán al encuentro;
se darán el ósculo la justicia y la paz.
12*La
fidelidad germinará de la tierra
y la justicia se asomará desde el cielo.
13*El
mismo Yahvé dará el bien
y nuestra tierra dará su fruto.
14La
justicia marchará ante Él
y la salud sobre la huella de sus pasos.
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1 ss. Es éste uno de los más bellos Salmos del
Salterio, henchido de profecías mesiánicas; es
al mismo tiempo una oración para pedir su
cumplimiento definitivo, escrita probablemente
en tiempo de Zorobabel (520 a. C), o sea cuando
profetizaban Ageo y Zacarías después del regreso
de Babilonia, en el cual sólo volvieron dos de
las doce tribus (Judá y Benjamín) y continuaron
las culpas y humillaciones del pueblo elegido,
que duran hasta hoy. Sin mencionar la persona
del Mesías davídico, el Salmo trata de lo que
será su obra como bien observa Calès, agregando:
“la salvación llevada a su perfecto
cumplimiento”. La restauración “postexílica” no
era sino su figura y como la garantía y un
primer preludio de aquélla. Mas ¡cuán lejos se
estaba de su plena y perfecta realización! Un
débil resto había vuelto de Babilonia y su
estado permanecía sumamente precario: dominio
extranjero, vejaciones de parte de los pueblos
vecinos, miseria material, miembros indignos en
la comunidad... Cf. Salmo 113 b, 1 y nota y los
Salmos 73, 78, 79, 82, 117, etc.
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2. Has
trocado, etc.: otros:
has hecho
volver a los cautivos de Jacob (Crampón).
Jacob significa las doce tribus, procedentes de
sus doce hijos; en aquel entonces (cf. nota
anterior), permanecían en el destierro las diez
del Norte, cautivas en Asiria, que nunca
volvieron. Cf. Salmo 79, 2 y nota.
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3. Es el perdón anunciado en Salmos 13, 7; 125,
1; Isaías 59, 20 s., etc. Israel lo daba quizá
por cumplido, si es que los versículos 2-4 se
referían a la reciente liberación. Pero también
podría ser este pasaje, como el 125, 1, una
visión profética de los anhelados bienes que
piden los versículos 5 ss. Cf. Romanos 11, 26;
Hebreos 8, 12.
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5. San Jerónimo pone
Jesús en vez de Salvador,
señalando así la realidad mesiánica que late en
este Salmo (cf. Salmo 79, 4). Sobre el versículo
6 cf. Salmos 76, 8; 78. 5; 88, 47.
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7 s. Son los que el celebrante pronuncia (según
la Vulgata) después del Confíteor, al comienzo
de la Misa.
Envíanos tu salvación (versículo 8), esto es al Mesías (cf. Salmo
79, 3 y nota; la. 64, 1).
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9. Quiero
escuchar: He aquí la actitud ideal del
creyente (cf. Salmo 77, 1 y nota; I Reyes 3,
10). Es la “buena parte” que eligió María (Lucas
10, 39 y 42). Entonces las palabras de Dios
siempre nos hablan de paz, porque sus
pensamientos son “de paz y no de aflicción”
(Jeremías 29, 11). Si desde ahora buscamos las
palabras de su Evangelio, veremos que el divino
Libro no es un código penal sino un testamento
de amor (Salmo 80, 9 y nota). “Vosotros, decía
un famoso predicador, que tanto teméis al
infierno, y con razón, ¿cómo no tembláis ante
vuestra indiferencia por conocer lo que ha
hablado Dios?”
De
corazón: ‘¿Queréis que sea vuestra la paz
del Señor? Volveos de corazón al Señor; no a mí,
no a ningún hombre. El corazón que descansa en
el hombre se despeña’ (San Agustín). Cf.
Jeremías 11, 3; 17, 5.
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10. La
Gloria, es decir, Dios, que según Ezequiel
(11, 23) se había retirado del Templo. Cf.
Zacarías 2, 5; Ageo 2, 10 y nota; Apocalipsis
21, 3.
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11. El reinado del Mesías producirá los más
abundantes frutos espirituales: misericordia y
verdad, justicia y paz. Tal es lo que expresa el
lema del Sumo Pontífice Pío XII; “Opus justitiae
pax”, tomado de Isaías 32, 17, donde el profeta
anuncia estas prosperidades.
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12. “Así, pues, la bondad misericordiosa de
Yahvé va a encontrarse con la lealtad de su
pueblo; y la justicia o socorro libertador de
parte de Dios comprenderá la felicidad pacífica
de Israel. Del cielo, intervención redentora; de
la tierra, leal fidelidad. Y como complemento y
cumplimiento normal, de arriba la lluvia y el
rocío fecundantes; de abajo, la fertilidad y
productividad del suelo (versículo 13)… Dios va
a venir mesiánicamente, trayendo con Él la
redención y la paz perfectas” (Calès). Cf.
Isaías 9, 7; 11, 1-16; 32, 17 s.; 45, 8; 58, 8;
61, 11; Ezequiel capítulos 34 y 37; Oseas 2, 18;
Zacarías 8, 12; Salmo 71, 11 y nota.
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13 s. “Habrá completa armonía entre la tierra y
el cielo, entre las virtudes morales y los
bienes materiales” (Páramo). Se cumplirá
entonces lo que pedimos en el Padrenuestro: que
venga Su reino y se haga Su voluntad en la
tierra como se hace en el cielo.
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