Iglesia Remanente

Salmo 115

       

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* (Alef 1-8) (Bet 9-16) (Guimel 17-24) (Dalet 25-32) (He 33-40) (Vau 41-48) (Zain 49-56) (Het 57-64) (Tet 65-72) (Yod 73-80) (Caf 81-88) (Lamed 89-96) (Mem 97-104) (Nun 105-112) (Samec 113-120) (Ayin 121-128) (Pe 129-136) (Sade 137-144) (Qof 145-152) (Resch 153-160) (Sin 161-168) (Tau 169-176)

 

Salmo 115 (116, 10-19)

¿Qué podemos dar al Señor?

(10) 1*Yo tenía confianza

aun cuando hablé diciendo:

“Grande es mi aflicción”,

(11) 2*y exclamando en mi angustia:

“Todo hombre es mentira.”

(12) 3*¿Que daré a Yahvé

por todo lo que Él me ha dado?

(13) 4*Tomaré la copa de la salud

y publicaré el Nombre de Yahvé.

(14) 5[Cumpliré los votos hechos a Yahvé

en presencia de todo su pueblo.]

(15) 6*Es cosa grave delante de Yahvé

la muerte de sus fieles.

 

(16) 7*Oh Yahvé, yo soy tu siervo;

siervo tuyo, hijo de tu esclava.

Tú soltaste mis ataduras,

(17) 8*y yo te ofreceré un sacrificio de alabanza;

publicaré el Nombre de Yahvé.

(18)9Cumpliré a Yahvé estos votos

en presencia de todo su pueblo;

(19) 10en los atrios de la casa de Yahvé,

en medio de ti, oh Jerusalén.

 



* 1. En hebreo este Salmo es continuación del anterior (cf. Salmo 114, 9 y nota), aunque algunos observan que parece aludir a la revuelta de Absalón y traición de Aquitófel según II Reyes 15 ss. San Pablo cita este versículo con el sentido que tiene en LXX y Vulgata: “Creí, por eso hablé” (cf. II Corintios 4, 13; Romanos 10, 8-10), para expresar que la fe viva nos hace confiar en la palabra oída y nos mueve al apostolado (cf. Hechos 4, 19 s.; 5,29). Aquí, según el concepto del Texto Masorético, parecería más bien que el salmista recordara los peligros pasados (cf. Salmo 114, 3-5) para decir que esa creencia o confianza no lo había abandonado aun cuando su debilidad lo llevase a proferir quejas como Job. Es de notar sin embargo que en el Salmo 114 no aparece expresamente la situación que indican los versículos 1 y 2.

* 2. Mentira: Así leyó también San Jerónimo, en lugar de mentiroso o engañoso. Forma de intensa elocuencia (cf. II Corintios 5, 21; Gálatas 3, 13), que expresa no sólo la falacia y lo mendaz del hombre caído, sino también la imposibilidad de apoyarse en auxilio humano (cf. Salmo 107, 13; Jeremías 17, 5 ss.). San Pablo cita este pasaje, contraponiéndolo solemnemente a la veracidad de Dios (Romanos 3, 4), junto con el Salmo 50 del mismo David. Cf. Salmo 93, 11 y nota. Según la interpretación histórica aludida en la nota anterior, estas palabras indicarían que David, ante la infidelidad de su hijo y la traición del jefe de su consejo, ya no confía en hombre alguno y sólo se encomienda a Dios (II Reyes 15, 31).

* 3. Es decir: no puedo retribuirte sino con tus propios dones.

* 4 s. Páramo pone aquí la siguiente nota: “Tomaré la copa de la salud. En los sacrificios pacíficos o de acción de gracias, una parte de la carne sacrificada se destinaba al que ofrecía el sacrificio, el cual celebraba un convite con su familia, sus amigos y los pobres (cf. Salmo 21, 7). En este convite, el jefe de familia tomaba una copa de vino, la ofrecía al Señor, bebía él primero de ella y después pasaba por todos los comensales. Esta copa se llamaba de la salud. Tal vez sea también una alusión a la copa que se hacía circular en la cena pascual en recuerdo de la liberación de la esclavitud de Egipto (cf. I Cor, 10, 16; Mateo 26, 27; Lucas 22, 17). Zorell prefiere esta otra explicación: La suerte destinada por Dios a cada uno se presenta en la Escritura bajo la metáfora de una copa que Dios ofrece para beber (cf. Salmos 10, 7; 15, 5; Mateo 26, 30, etc.). Quien recibe de otro una copa de rico vino no puede menos de dar las gracias, aceptar el obsequio, beber y alabar en público la bondad del donante. Eso es lo que desea hacer el salmista con Dios.” El versículo (14) 5, repetición del versículo 9, falta en varias versiones y estaría aquí fuera de lugar, como observan Callan, Ubach, etc.

* 6. Es cosa grave (así también Calès; otros vierten preciosa)... la muerte de sus fieles (Vulgata: de los santos): Quiere decir, como explican todos los comentadores, que Dios vela con una providencia especial por la vida de sus amigos; que no es para Él cosa indiferente, y no permite, sin grandes motivos, que caigan en poder de los malvados; lo cual explica que el salmista escapase tan maravillosamente del gran peligro que lo amenazaba. Así también defiende Él nuestras vidas (cf. Salmo 71, 14; Lucas 21, 18 y 36; Hechos 26, 17 y nota; II Corintios 11, 32 s.) y toma venganza por la sangre derramada (Salmos 65, 5; 108, 1 y notas).

* 7. Hijo de tu esclava. Algunos ven aquí un concepto mesiánico (cf. Lucas 1, 38), que extienden a todo el Salmo, al menos en sentido típico, según es frecuente en los Salmos de David, figura de Jesús (cf. Salmo 85, 16). Otros lo ven místicamente por el lado de la Sinagoga en oposición a la Jerusalén celestial y libre “que es nuestra madre” (Gálatas 4, 21-31). Para unos, la rotura de las cadenas significaría típicamente la Redención. Para otros, simplemente la liberación del peligro en que se hallaba el salmista.

* 8 ss. Nótese la similitud de este pasaje con la expresión de David en Salmo 55, 13, así como la correspondencia del mismo Salmo 55, 14 con Salmo 114, 8-9, lo cual aboga también en pro del origen davídico de estos poemas.