Salmo 115 |
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¿Qué podemos dar al Señor?
(10) 1*Yo
tenía confianza
aun cuando hablé diciendo:
“Grande es mi aflicción”,
(11) 2*y
exclamando en mi angustia:
“Todo hombre es mentira.”
(12) 3*¿Que
daré a Yahvé
por todo lo que Él me ha dado?
(13) 4*Tomaré
la copa de la salud
y publicaré el Nombre de Yahvé.
(14) 5[Cumpliré
los votos hechos a Yahvé
en presencia de todo su pueblo.]
(15) 6*Es
cosa grave delante de Yahvé
la muerte de sus fieles.
(16) 7*Oh
Yahvé, yo soy tu siervo;
siervo tuyo, hijo de tu esclava.
Tú soltaste mis ataduras,
(17) 8*y
yo te ofreceré un sacrificio de alabanza;
publicaré el Nombre de Yahvé.
(18)9Cumpliré
a Yahvé estos votos
en presencia de todo su pueblo;
(19) 10en
los atrios de la casa de Yahvé,
en medio de ti, oh Jerusalén.
*
1. En hebreo este Salmo es continuación del
anterior (cf. Salmo 114, 9 y nota), aunque
algunos observan que parece aludir a la revuelta
de Absalón y traición de Aquitófel según II
Reyes 15 ss. San Pablo cita este versículo con
el sentido que tiene en LXX y Vulgata: “Creí,
por eso hablé” (cf. II Corintios 4, 13; Romanos
10, 8-10), para expresar que la fe viva nos hace
confiar en la palabra oída y nos mueve al
apostolado (cf. Hechos 4, 19 s.; 5,29). Aquí,
según el concepto del Texto Masorético,
parecería más bien que el salmista recordara los
peligros pasados (cf. Salmo 114, 3-5) para decir
que esa creencia o confianza no lo había
abandonado aun cuando su debilidad lo llevase a
proferir quejas como Job. Es de notar sin
embargo que en el Salmo 114 no aparece
expresamente la situación que indican los
versículos 1 y 2.
*
2.
Mentira: Así leyó también San Jerónimo, en
lugar de mentiroso o engañoso. Forma de intensa
elocuencia (cf. II Corintios 5, 21; Gálatas 3,
13), que expresa no sólo la falacia y lo mendaz
del hombre caído, sino también la imposibilidad
de apoyarse en auxilio humano (cf. Salmo 107,
13; Jeremías 17, 5 ss.). San Pablo cita este
pasaje, contraponiéndolo solemnemente a la
veracidad de Dios (Romanos 3, 4), junto con el
Salmo 50 del mismo David. Cf. Salmo 93, 11 y
nota. Según la interpretación histórica aludida
en la nota anterior, estas palabras indicarían
que David, ante la infidelidad de su hijo y la
traición del jefe de su consejo, ya no confía en
hombre alguno y sólo se encomienda a Dios (II
Reyes 15, 31).
*
3. Es decir: no puedo retribuirte sino con tus
propios dones.
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4 s. Páramo pone aquí la siguiente nota: “Tomaré
la copa de la salud. En los sacrificios
pacíficos o de acción de gracias, una parte de
la carne sacrificada se destinaba al que ofrecía
el sacrificio, el cual celebraba un convite con
su familia, sus amigos y los pobres (cf. Salmo
21, 7). En este convite, el jefe de familia
tomaba una copa de vino, la ofrecía al Señor,
bebía él primero de ella y después pasaba por
todos los comensales. Esta copa se llamaba de la
salud. Tal vez sea también una alusión a la copa
que se hacía circular en la cena pascual en
recuerdo de la liberación de la esclavitud de
Egipto (cf. I Cor, 10, 16; Mateo 26, 27; Lucas
22, 17). Zorell prefiere esta otra explicación:
La suerte destinada por Dios a cada uno se
presenta en la Escritura bajo la metáfora de una
copa que Dios ofrece para beber (cf. Salmos 10,
7; 15, 5; Mateo 26, 30, etc.). Quien recibe de
otro una copa de rico vino no puede menos de dar
las gracias, aceptar el obsequio, beber y alabar
en público la bondad del donante. Eso es lo que
desea hacer el salmista con Dios.” El versículo
(14) 5, repetición del versículo 9, falta en
varias versiones y estaría aquí fuera de lugar,
como observan Callan, Ubach, etc.
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6. Es cosa
grave (así también Calès; otros vierten
preciosa)...
la muerte
de sus fieles (Vulgata:
de los
santos): Quiere decir, como explican todos
los comentadores, que Dios vela con una
providencia especial por la vida de sus amigos;
que no es para Él cosa indiferente, y no
permite, sin grandes motivos, que caigan en
poder de los malvados; lo cual explica que el
salmista escapase tan maravillosamente del gran
peligro que lo amenazaba. Así también defiende
Él nuestras vidas (cf. Salmo 71, 14; Lucas 21,
18 y 36; Hechos 26, 17 y nota; II Corintios 11,
32 s.) y toma venganza por la sangre derramada
(Salmos 65, 5; 108, 1 y notas).
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7. Hijo de
tu esclava. Algunos ven aquí un concepto
mesiánico (cf. Lucas 1, 38), que extienden a
todo el Salmo, al menos en sentido típico, según
es frecuente en los Salmos de David, figura de
Jesús (cf. Salmo 85, 16). Otros lo ven
místicamente por el lado de la Sinagoga en
oposición a la Jerusalén celestial y libre “que
es nuestra madre” (Gálatas 4, 21-31). Para unos,
la rotura de las cadenas significaría
típicamente la Redención. Para otros,
simplemente la liberación del peligro en que se
hallaba el salmista.
*
8 ss. Nótese la similitud de este pasaje con la
expresión de David en Salmo 55, 13, así como la
correspondencia del mismo Salmo 55, 14 con Salmo
114, 8-9, lo cual aboga también en pro del
origen davídico de estos poemas.
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