Iglesia Remanente

Salmo 27

       

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* (Alef 1-8) (Bet 9-16) (Guimel 17-24) (Dalet 25-32) (He 33-40) (Vau 41-48) (Zain 49-56) (Het 57-64) (Tet 65-72) (Yod 73-80) (Caf 81-88) (Lamed 89-96) (Mem 97-104) (Nun 105-112) (Samec 113-120) (Ayin 121-128) (Pe 129-136) (Sade 137-144) (Qof 145-152) (Resch 153-160) (Sin 161-168) (Tau 169-176)

 

Salmo 27 (28)

Oración escuchada

1*De David.

A Ti, Yahvé, clamo, roca mía,

no te muestres sordo conmigo;

no sea que si Tú me desoyes

me asemeje yo a los que bajan al sepulcro.

 

2*Escucha la voz de mi súplica

cuando clamo a Ti,

mientras levanto mis manos

hacia el interior de tu Santuario.

 

3*No me quites de en medio con los impíos

y los obradores de iniquidad,

que hablan paz a su prójimo

y maquinan el mal en su corazón.

 

4*Retribúyeles conforme a sus obras

y a la malicia de sus maquinaciones;

págales según su conducta,

dales su merecido.

 

5*Porque no paran mientes

en los hechos de Yahvé,

ni en las obras de sus manos.

¡Destrúyalos Él y no los restablezca!

6*Bendito sea Yahvé,

porque oyó la voz de mi súplica.

7Yahvé es mi fortaleza y mi escudo;

en Él confió mi corazón y fui socorrido.

Por eso mi corazón salta de gozo

y lo alabo con mi cántico.

 

8*Yahvé es la fuerza de su pueblo,

y el alcázar de salvación para su ungido.

9*Salva a tu pueblo

y bendice a tu heredad;

apaciéntalos y condúcelos para siempre.

 



* 1. Súplica semejante a la del Salmo anterior, pronto se transforma en jubilosa gratitud al ver que ha sido escuchada (versículo 6 ss.). Sordo: otros vierten: mudo.

* 2. El interior de tu santuario: En hebreo “debir”, o sea el Santo de los Santos, la parte más sagrada del Tabernáculo y luego del Templo (III Reyes 6, 18 ss.; 8, 6). Sobre esta forma de orar hacia Jerusalén, cf. III Reyes 8, 22 y 30; Daniel 6, 10.

* 3. Siempre el horror a la doblez e hipocresía, que finge lo que no siente (Lucas 12, 1), y quiere acomodar a Dios con el mundo (Mateo 23. 1 ss.).

* 4. No es imprecación, sino apelación a la Justicia divina. San Agustín ve cumplida la palabra del santo Profeta en la destrucción de Jerusalén por los romanos. Y San Jerónimo añade: para que entiendan por los siniestros lo que no entendieron por los beneficios.

* 5. Es la ignorancia culpable de los que cierran los ojos para no ver. Jesús la enrostra muchas veces a loa fariseos (cf. Juan 12, 37-41), y San Pablo también a los paganos que no saben ver en la naturaleza las obras de Dios (Romanos 1, 20 s.).

* 6 ss. Esta segunda parte del Salmo nos muestra cuan presto ha escuchado el Señor la oración de su amigo. “Por eso... lo alabo”: La acción de gracias se traduce siempre en alabanza (cf. Lucas 1, 46 ss.).

* 8. El ungido es el rey David; en sentido típico, Cristo.

* 9. Tu heredad: Tu pueblo. Israel se llamaba herencia del Señor por ser el pueblo escogido y objeto de las bendiciones divinas (cf. Deuteronomio 4, 20). Apaciéntalos: Vulgata: gobiérnalos (cf. Hechos 20, 28 y nota). Este pasaje, inscrito en el frente de la Catedral de Buenos Aires, se reza en el “Te Deum”, himno compuesto a base de diversos textos bíblicos según la Vulgata.