Jeremías |
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Jeremías es llevado a Egipto
1Cuando
Jeremías hubo acabado de transmitir al pueblo entero todas
las palabras de Yahvé, su Dios, todas aquellas palabras que
Yahvé, su Dios, le había encargado decirles, 2*respondieron
Azarías, hijo de Osaías, y Johanán, hijo de Caree, y todos
los hombres rebeldes: “Es mentira lo que dices; no te ha
enviado Yahvé, nuestro Dios, para decir: «No vayáis a Egipto
para habitar allí»; 3*es
Baruc, hijo de Nerías, el que te instiga contra nosotros,
para entregarnos en manos de los caldeos, a fin de que nos
maten, o nos deporten a Babilonia.”
4De
este modo Johanán, hijo de Caree, y todos los capitanes de
las tropas, y todo el pueblo desobedecieron la orden de
Yahvé de permanecer en la tierra de Judá. 5Y así
Johanán, hijo de Caree, y todos los capitanes de las tropas
tomaron a todo el resto de Judá, a los que de todas las
regiones donde había dispersos, habían regresado para
habitar en la tierra de Judá; 6*a
hombres, mujeres y niños, a las hijas del rey, y a cuantos
Nabuzardán, capitán de la guardia, había dejado con
Godolías, hijo de Ahicam, hijo de Safán, y también al
profeta Jeremías y a Baruc, hijo de Nerías; 7*y
entraron en la tierra de Egipto, no obedeciendo la orden de
Yahvé, y llegaron hasta Tafnis.
Vaticinio sobre Egipto
8En
Tafnis recibió Jeremías esta palabra de Yahvé: 9*
“Toma en tu mano unas piedras grandes, y escóndelas con
argamasa en el empedrado a la entrada del palacio del
Faraón, en Tafnis, de modo tal que lo vean los hombres de
Judá; 10*y
diles: Así dice Yahvé de los ejércitos, el Dios de Israel:
He aquí que enviaré a buscar a mi siervo Nabucodonosor, rey
de Babilonia, el cual colocará su trono sobre estas piedras
que he escondido y extenderá sobre ellas su tapiz. 11Pues
él vendrá y herirá la tierra de Egipto, e (irán) los
destinados a la muerte, a la muerte; los destinados al
cautiverio, al cautiverio; y los destinados al filo de la
espada, a la espada. 12*Y
pegará fuego a la casa de los dioses de Egipto; a unos de
ellos los quemará, y a otros se los llevará cautivos; y
despiojará el país de Egipto, como un pastor despioja su
ropa, y saldrá de allí sin ser molestado. 13*Romperá
también las columnas del templo del Sol en la tierra de
Egipto, y abrasara las casas de los dioses de Egipto.
*
2. Es
mentira: Así habla el corazón pervertido. En
realidad, saben muy bien que Jeremías no miente y
que nada le importa la impresión producida por sus
palabras. Aunque le echaran en la cárcel por tercera
vez, no cambiaría siquiera un ápice de lo que Dios
le ha revelado. Quebrantan también, con su conducta,
el juramento dado en 42, 5. Es que nada resulta más
duro que perseverar en las opiniones de Dios cuando
van contra los deseos del corazón.
*
3. Baruc,
el secretario del profeta, es objeto inmediato
de las acusaciones que en realidad se dirigen contra
Jeremías.
*
6. Colígese
de aquí y de 42, 9 ss. que el profeta fue arrastrado
a Egipto contra su voluntad. Nótese el contraste con
el versículo 2, donde le tratan de mentiroso. ¿De
qué les sirve un profeta mentiroso? ¿Por qué le
llevan consigo? ¿No es precisamente porque saben que
su palabra es auténtica y que Dios está con él?
Tenemos en este episodio un ejemplo de la
inconsecuencia humana. Por una parte queremos ser
fieles a la palabra de Dios, que nos atrae con sus
divinas promesas; y por otra parte la rechazamos
cuando no concuerda con nuestros intereses. En vano
intentaremos servir a dos señores, a Dios y a los
apetitos de la carne, pues, como dice Jesús, el que
quiere servir a dos señores, “o tendrá aversión al
uno y amor al otro, o, si se sujeta al primero,
mirará con desdén al segundo” (Mateo 6, 24).
*
7.
Tafnis: Cf. 2, 16; 44, 1. En Tafnis, situada en
el delta del Nilo, residían en aquel tiempo los
faraones.
*
9.
Escóndelas con argamasa en el empedrado, etc.:
Se trata aquí de una profecía simbólica, semejante a
la del capítulo 13, donde el profeta recibe la orden
de esconder un cinturón en la ribera del Éufrates
(13, 1 ss.). El texto admite muchas traducciones si
bien el sentido es siempre el mismo. La Vulgata
dice: escóndelas en la bóveda que está debajo del
muro de ladrillo a la puerta de
la
casa del
Faraón; Bover-Cantera: escóndelas con
mortero espeso en la obra de ladrillo que se halla a
la entrada de la casa del Faraón.
*
10. Pocos
años después Nabucodonosor invadió Egipto dos veces,
la primera, en 572, la segunda, en 568. Mi
siervo: sobre este título del rey de los
caldeos, véase 25, 9 y nota.
*
12.
Despiojará: Nada más gráfico que esta imagen del
pastor que limpia su vestido de los piojos. La
Vulgata trae otro sentido: se vestirá de la
tierra de Egipto, es decir, ocupará el país como
si fuese suyo.
*
13. Alusión
a los obeliscos del templo del Sol en On. La Vulgata
da a esta ciudad el nombre de Casa del Sol. Véase
Isaías 19, 18. Los griegos la llamaban Heliópolis.
On o Heliópolis se menciona ya en Génesis 41, 45.
Estaba situada a pocos kilómetros al norte del Cairo
y era centro del culto que los egipcios tributaban
al Sol. Hoy día es un montón de ruinas, y de sus
obeliscos, símbolos de los rayos del Sol, uno solo,
de 66 pies de altura, ha quedado allí como testigo
solitario de la gloria desvanecida. Otro de esos
obeliscos fue llevado a Roma y está ahora ante la
Basílica de San Pedro. Así el símbolo del sol está
hoy dedicado al “Sol invictus” Jesucristo y ostenta
en letras de oro las palabras: “Christus vincit,
Christus regnat, Christus imperat.”
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