Jeremías |
|
El
nuevo pueblo de Dios
1*En
aquel tiempo, dice Yahvé,
seré Yo el Dios de todas las tribus de Israel,
y
ellas serán mi pueblo.
2*Así
dice Yahvé:
Halló gracia en el desierto
el
pueblo que se libró de la espada;
Israel llegó a su descanso.
3*Desde
lejos se me apareció Yahvé
(diciendo):
“Con amor eterno te he amado,
por
eso no dejé de compadecerte.
4De
nuevo te edificaré,
y
quedarás edificada, virgen de Israel;
todavía te adornarás con tus tamboriles
y
saldrás a alegres danzas.
5*Todavía
plantarás viñas
sobre los montes de Samaría;
plantarán los plantadores y se gozarán.
6*Porque
tiempo vendrá en que los atalayas
clamarán sobre los montes de Efraím:
«¡Levantaos y subamos a Sión,
a
Yahvé, nuestro Dios!»
7*Porque
así dice Yahvé:
Cantad con alegría loores a Jacob,
exaltad porque es el primero de los pueblos,
pregonad, cantad y exclamad:
«
¡Yahvé, salva a tu pueblo,
el
resto de Israel!»
Plenitud de bienes
8He
aquí que Yo los traeré de la tierra del Norte,
y
los recogeré de los extremos de la tierra;
entre ellos también al ciego y al cojo,
a
la mujer que está encinta, como a aquella que da a luz.
Grande será la muchedumbre de los que volverán acá.
9*Vendrán
llorando,
pero Yo los conduciré con misericordia;
los
guiaré a corrientes de agua,
por
un camino recto donde no tropezarán,
porque Yo soy Padre para Israel,
y
Efraím es mi primogénito.”
10Escuchad
la palabra de Yahvé, naciones,
anunciadla a las islas remotas, y decid:
“El
que dispersó a Israel, lo recoge,
y
lo guarda como el pastor a su rebaño.”
11Porque
Yahvé ha rescatado a Jacob,
lo
ha librado del poder de uno que era más fuerte que él.
12*Vendrán
y exaltarán sobre las alturas de Sión,
y
concurrirán a los bienes de Yahvé,
al
trigo, al vino, al aceite,
a
las crías de ovejas y de vacas;
y
será su alma como jardín regado,
y
no padecerán ya necesidades.
13Entonces
las doncellas,
danzando en coro, se regocijarán,
y
los jóvenes a una con los ancianos;
pues Yo trocaré su duelo en alegría,
los
consolaré, y los llenaré de gozo
en
cambio de su dolor.
14Saciaré
de grosura el alma de los sacerdotes,
y
mi pueblo se hartará
de
mis bienes”, dice Yahvé.
Esperanza para el pueblo penitente
15*Así
dice Yahvé:
“Se
oye una voz en Ramá,
gemidos y llanto amargo.
Es
Raquel que llora a sus hijos.
rehúsa consolarse de la suerte de sus hijos
que
ya no existen”.
16Así
dice Yahvé:
Cese tu voz de llorar,
y
tus ojos de derramar lágrimas,
pues será recompensada tu pena
—oráculo de Yahvé—,
volverán del país del enemigo.
17Hay
esperanza para tus días postreros
—oráculo de Yahvé—,
pues tus hijos volverán a su tierra.
18*He
oído con atención a Efraím
que
así se lamentaba:
“Tú
me has castigado,
y
yo cual indómito novillo he sido corregido.
¡Conviérteme y yo me convertiré!
pues Tú eres Yahvé, mi Dios.
19Porque
después de mi defección,
me
he arrepentido,
y
después de volver en mí, me azoté el muslo;
estoy avergonzado y confuso,
pues llevo el oprobio de mi juventud.”
20*¿No
es Efraím para Mí un hijo querido,
un
niño predilecto?
pues cuanto más hablo contra él,
con
tanto mayor cariño lo recuerdo;
por
eso se conmueven por él mis entrañas,
no
puedo dejar de apiadarme de él,
dice Yahvé.
Vuelta del pueblo
21*Plántate
hitos, asienta jalones,
pon
tu atención en el camino,
el
camino por donde fuiste.
¡Vuelve, virgen de Israel,
regresa a estas tus ciudades!
22*¿Hasta
cuándo andas errando, hija infiel?
pues Yahvé ha hecho una cosa nueva sobre la tierra:
la
mujer rodeará al varón.
23*Así
dice Yahvé de los ejércitos, el Dios de Israel: “Otra vez al
tornar Yo su cautiverio, dirán en el país de Judá y en sus
ciudades: «¡Te bendiga Yahvé, oh Morada de la justicia, oh
Monte santo!» 24Y habitarán allí Judá y todas sus
ciudades juntamente, los labradores y los pastores de
rebaños. 25*Porque
saciaré al alma que desfallece y hartaré a toda alma
decaída.”
26Con
esto me desperté, y vi que me fue dulce mi sueño.
27
“He
aquí que vienen días, dice Yahvé, en que sembraré la casa de
Israel y la casa de Judá con simiente de hombres y con
simiente de bestias. 28*Y
de la misma manera que velaba sobre ellos para arrancar y
derribar, para destruir y arruinar y hacer daño, así velaré
sobre ellos para edificar y plantar, dice Yahvé.
29*En
aquellos días no se dirá más:
«Los padres comieron agraces,
y
los hijos sufren la dentera.»
30Cada
uno morirá por su propia maldad; y sólo aquel que coma
agraces sufrirá la dentera.
La
nueva alianza con Israel
31*He
aquí que vienen días, dice Yahvé, en que haré una nueva
alianza con la casa de Israel, y con la casa de Judá;
32no como la alianza que hice con sus padres cuando
los tomé de la mano para sacarlos de la tierra de Egipto.
Ellos quebrantaron esa alianza, y Yo les hice sentir mi
mano, dice Yahvé. 33*
Ésta será la alianza que haré con la casa de Israel después
de aquellos días, dice Yahvé: Pondré mi ley en sus entrañas,
y la escribiré en sus corazones; y Yo seré su Dios, y ellos
serán mi pueblo. 34*Y
no tendrán ya que enseñar cada cual a su compañero y cada
cual a su hermano, diciendo: «¡Conoced a Yahvé!» porque
todos ellos me conocerán, desde el menor hasta el mayor,
dice Yahvé; porque perdonaré su iniquidad, y no me acordaré
más de sus pecados.”
35*Así
dice Yahvé,
el
que ha establecido el sol para alumbrar el día,
y
leyes a la luna y a las estrellas para que alumbren de
noche;
el
que alborota el mar, de modo que bramen sus olas,
Yahvé de los ejércitos es su Nombre.
36
“Si
cesan estas leyes ante Mí, dice Yahvé,
entonces también el linaje de Israel para siempre cesará
de
ser nación delante de Mí.
37Así
dice Yahvé:
Si
pueden medirse los cielos arriba,
y
escudriñarse los cimientos de la tierra abajo,
también Yo desecharé a toda la raza de Israel,
por
todo lo que han hecho, dice Yahvé.
38*He
aquí que vienen días, dice Yahvé, en que la ciudad será
edificada para Yahvé desde la torre de Hananeel hasta la
puerta del Ángulo; 39y la cuerda de medir seguirá
en línea recta hasta la colina de Gareb, dando vuelta
después hacia Goa. 40Y todo el valle de los
cadáveres y de las cenizas, y todos los campos hasta el
torrente Cedrón, y hasta la esquina de la puerta de los
Caballos, al oriente, serán consagrados a Yahvé; no serán
arrancados ni destruidos jamás.
*
1. Todo este capítulo es de admirable belleza. Su
idea fundamental es mesiánica, sirviendo los
acontecimientos históricos como punto de partida
para ilustrar la gloria y magnificencia del Reino
mesiánico.
*
2. A su descanso: al país prometido. Véase
Salmo 94, 11; Hebreos 3, 11; 4, 3 y 5.
*
3. Este texto es una exposición maravillosa del amor
de Dios a su pueblo. Cf. Isaías 11, 4; 54, 7 ss.;
Lucas 1, 54 s. y notas. Bien podemos aquí poner en
boca de Israel como un “Cántico nuevo por las
maravillas que Él hizo” (Salmo 97, 1 y nota), los
afectos del Magníficat ante la asombrosa declaración
de amor y las promesas que contiene todo este
capítulo (cf. Ezequiel 16 y 37). Y también podemos,
como en el Cantar (cf. la Introducción a dicho
Libro), aprovechar y gozar, trasladándoles a nuestra
alma, esos mismos sentimientos, como la novia
elegida por el príncipe, que dijese a sus íntimas:
“Soy feliz, amigas, soy feliz porque Él se ha fijado
en mí. Él, tan bello, tan poderoso, tan magnánimo, y
sobre todo tan bueno, se ha fijado en mí que no soy
nada, que no le traigo más que mi persona dichosa y
agradecida. Y ahora todos me llamarán afortunada, y
rica, y princesa, y todo eso será por las maravillas
que Él me ha hecho. Porque Él prefiere siempre a los
débiles, y me ha elegido, de puro bondadoso, para
poder protegerme al ver mi incapacidad. Porque ésa
es la característica de su corazón: preferir a los
que no son nada, y levantar al pobre del estiércol
para ponerlo entre los príncipes” (Salmo 112, 7 y
nota). Con
amor eterno: Hay en Dios un amor infinito que
desea comunicarse. “Dios es en las cosas
espirituales lo que el sol en las cosas sensibles,
dice San Gregorio Nacianceno. Así como el sol lanza
por todas partes sus rayos bienhechores, a fin de
iluminar, calentar, vivificar, fecundizar la
naturaleza, así Dios derrama sobre todas las
criaturas y especialmente sobre los ángeles y los
hombres, los divinos rayos de su beneficencia a fin
de ilustrarlos con la luz de su sabiduría,
inflamarlos con su amor, vivificarlos con la vida de
la gracia y la de la gloria” (Distich). El amor con
que Dios ama a su pueblo, trae por consecuencia el
perdón de la apostasía en que tantas veces
incurrieron. “Esta idea del perdón es fundamental en
la restauración del pueblo y del mundo. Porque, como
el pecado excitó la cólera de Dios y trajo el
castigo sobre los delincuentes, así a las
bendiciones divinas es preciso que preceda la
desaparición del pecado y la reconciliación. Pero
hay una diferencia entre lo uno y lo otro: la cólera
de Dios no se excita por sí, es el pecado del pueblo
quien la excita; mas el perdón no tiene su causa en
el hombre, sino en la bondad y misericordia de Dios.
Como en el orden físico el hombre puede darse la
muerte, pero es incapaz de volver a la vida, así en
el orden espiritual puede acarrearse el castigo,
pero no merecer la misericordia y el perdón”
(Colunga). Véase Isaías 4, 2-4; 43, 22, 25; Miqueas
7, 18-20.
*
5. Véase
Isaías 62, 9; 65, 21.
*
6.
Efraím: el reino de Israel, que se había
separado del Templo de Jerusalén haciéndose dos
becerros en Betel y Dan, peregrinará de nuevo a
Jerusalén, al Templo del Señor. Este pasaje
significa que no habrá más cisma entre Israel y
Judá. Véase la parábola de Ezequiel 37, 16ss.
*
7. El
Primero de los Pueblos (Vulgata: contra caput
gentium): Todos los pueblos se regocijarán cuando
vuelva Jacob. Es obvio el sentido mesiánico. La
jaculatoria final está desarrollada en la gran
oración del Eclesiástico capítulo 36. El resto de
Israel: término frecuentemente usado en los
libros proféticos. Dios, aunque castiga los crímenes
de su pueblo, no quiere destruirlo por completo,
porque, como dice San Pablo, “las promesas de Dios
son inmutables” (Romanos 11, 29). Un residuo
se conservará y se convertirá, según el mismo
Apóstol (Romanos 11, 26). Isaías expresa esta
esperanza mesiánica, dando, por orden de Yahvé a uno
de sus hijos el nombre de Schearyaschub, que
significa: un resto volverá, o sea, se convertirá.
Cf. 6, 13; 10, 21; 11, 11; Miqueas 5, 3; Sofonías 3,
13, etc.
*
9 s. El mismo Dios los conducirá, como un pastor, a
la nueva Sión y los cuidará como un padre. En
realidad Efraím no volvió del destierro, por lo cual
esta profecía se cumplirá al fin de los tiempos,
cuando las doce tribus se incorporen a la grey de
Cristo. Véase Juan 10, 16; Isaías 40, 11; 66, 18;
Ezequiel 34, 12 ss.
*
12. Los dones materiales son imágenes de las
bendiciones mesiánicas. Véase Ezequiel 30, 30.
14. Saciaré,
etc.: “El pueblo nuevo, tan piadoso como próspero,
ofrecerá tal cantidad de sacrificios, que la parte
reservada a los sacerdotes será riquísima. Cf.
Levítico 3, 31-34. Por lo mismo la raza sacerdotal
será bendecida de una manera particular” (Cardenal
Gomá, Salterio, pág. 321).
*
15. Raquel, madre de José y Benjamín, está
representada llorando la deportación de sus hijos al
cautiverio. Pronto se gozará, al verlos volver a su
país y al Dios de sus países. Ramá (Vulgata:
en lo alto): hoy día Er-Ram, situada al norte
de Jerusalén, campo de concentración de los judíos
que en 587 fueron deportados a Babilonia (véase 40,
1). Raquel es introducida por el profeta como madre
de todos los deportados y como madre de todo el
pueblo, porque sus dos hijos, José y Benjamín,
representan los dos reinos, aquél el reino de
Israel, y éste el de Judá. San Mateo cita este texto
aplicándolo a la degollación de los niños de Belén
(Mateo 2, 18), pues lo que se cumplió en Ramá bajo
Nabucodonosor fue una figura de lo que hizo Herodes
en Belén.
*
18.
Conviérteme y yo me convertiré: Es Efraím,
representante del reino de Israel, el que expresa
con estas palabras no sólo su arrepentimiento, sino
también su confianza en Dios, el único capaz de
concederle la gracia de la conversión. Pensamiento
eminentemente cristiano, porque nadie se convierte
por sus propias fuerzas; “pues Dios es el que, por
su benevolencia obra en vosotros tanto el querer
como el obrar” (Filipenses 2, 13).
*
20. Una vez
más vemos, desde el Antiguo Testamento, la doctrina
que Jesús había de exponer en la parábola del hijo
pródigo (Lucas 15, 20) sobre los sentimientos
paternales del corazón de Dios. Si no hemos
desaparecido ya a causa de nuestros pecados, lo
debemos a la misericordia del Padre (Lamentaciones
3, 22). Por esto decía San Agustín a Dios: “A tu
misericordia, Señor, debo cuanto soy.”
*
21.
Invitación de Dios a preparar el regreso de los
cautivos. Lo primero será marcar el camino para que
no se desvíen en el desierto que media entre
Babilonia y Palestina. Jalones: Vulgata:
amarguras.
*
22. La
mujer rodeará al varón: “En esta mujer
privilegiada, San Cipriano, San Jerónimo, San
Agustín y la mayoría de los exegetas católicos han
visto a la Virgen María” (Fillion). Véase Isaías 7,
14; Miqueas 5, 2 s. El varón aludido sería,
entonces, Jesucristo. Crampón observa que esta
opinión no es unánime entre los Padres, y se decide,
con varios autores, por otra, según la cual Yahvé,
que antes había inútilmente rodeado a Israel con su
amor (Isaías 65, 2), será finalmente abrazado por
esta esposa rebelde. En favor de esta interpretación
se aduce la versión siríaca, que dice: la mujer
amará tiernamente al hombre, y los textos de
Isaías 64, 6-8; Ezequiel capítulo 16; Oseas capítulo
2; Jeremías 2, 2; 3, 8; 9, 2; 16, 15; 23, 8; 24, 6
s.; 29, 14; 30, 3; 31, 3-8, etc.
*
23. En los
versículos precedentes Dios se dirigía a todas las
tribus de Israel; en los versículos 23-25 habla
solamente a Judá, La nueva Jerusalén se llama
Morada de la justicia, y Monte santo, por
ser morada del Mesías. Véase Salmo 64, 2 y nota.
*
25. Véase
las palabras de Jesús en el Sermón de la Montaña
(Mateo 5, 6).
*
28. Para
edificar y plantar: Isaías (60, 22) dice que
esto se hará en un instante cuando llegare su
tiempo. “Desde entonces los judíos serán tan
bendecidos cuanto habían sido antes castigados”
(Fillion).
*
29. Locución
proverbial, que quiere decir: los hijos son
castigados por los pecados de los padres (Ezequiel
18, 2 ss.: cf. Éxodo 20, 5 y nota). Cada uno llevará
en adelante la pena de su propio pecado.
*
31 ss.
Haré una nueva alianza con la casa de Israel y con
la casa de Judá: “Estos versículos forman el más
hermoso pasaje de todo el libro” (Bover-Cantera).
San Pablo renueva a los hebreos esta promesa de una
nueva alianza en dos notables citas textuales
(Hebreos 8, 8 ss. y 10, 16 s.). Cf. Isaías 59, 20
s.; Romanos 11, 25 ss. Según el Apóstol de los'
gentiles la reprobación de Israel fue ocasión de
nuestra admisión al Reino; mas una vez obtenido el
perdón, el pueblo judío entrará de nuevo en la
posesión de las promesas y formará parte del Reino
de Cristo, como se ve en el pasaje citado. Cf, 32,
40, donde Dios promete a su pueblo “una alianza
eterna”.
*
33.
Pondré mi ley en sus entrañas: Fray Luis de León
parafrasea este hermoso pasaje, diciendo: “No será
menester que loe ahora yo lo que ello se loa; ni me
será necesario que refiera los bienes y las ventajas
grandes de aquesta gobernación, adonde guía el amor
y no fuerza el temor; adonde lo que se manda se ama,
y lo que se hace se desea hacer; adonde no se obra
sino lo que da gusto, ni se gusta sino de lo que es
bueno; adonde el querer el bien y el entender son
conformes; adonde para que la voluntad ame lo justo,
en cierta manera no tiene necesidad que el
entendimiento se lo diga y declare” (Nombres de
Cristo).
*
34. Cf.
Isaías 54, 13. No tendrán ya que enseñar: La
jerarquía enseñante de la Iglesia ha sido
establecida por Cristo en persona y no se podría sin
extremada violencia aceptar con respecto a ella una
interpretación de este pasaje que implicaría, por
una parte, suprimir el magisterio eclesiástico, como
pretenden los partidarios del libre examen; y por
otra parte, afirmar que ahora todos conocen al
Señor, sin necesidad de enseñanza alguna. Esto
sería, además, contradictorio con todas las
instrucciones que los Sumos Pontífices han impartido
a través de los siglos para la evangelización de los
pueblos, y también con el contexto, pues el
versículo 31 habla de Israel
y de
Judá (cf. 30, 3) y todo el capítulo contiene
alusiones al pueblo judío que de una u otra manera
participará de las bendiciones del conocimiento de
Dios.
*
35 ss. Se
refiere a la duración perpetua de la nueva alianza
con Dios y encierra un profundo sentido mesiánico.
*
38 ss. La
nueva Jerusalén no será mucho más grande que la
destruida por Nabucodonosor, pero si más santa. La
torre de Hananeel, mencionada también en
Nehemías 3, 1; 12, 38; Zacarías 14, 10 estaba en la
parte nordeste de la muralla; la puerta del
Ángulo, en la parte occidental. Gareb y
Goa (Vulgata: Goata) (versículo 39)
son lugares desconocidos. El valle de los
cadáveres y de las cenizas (versículo 40): el
valle de Hinnom, al sur de la ciudad; el Cedrón,
al este de la misma. Fillion distingue en esta
descripción entre figura y realidad: “la figura es
la Jerusalén material; la realidad es la Iglesia de
Cristo, centro perpetuo de la Nueva Alianza”.
|