Jeremías |
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Vanidad de la idolatría
1Oíd,
oh casa de Israel, la palabra que os dice Yahvé. 2*Así
dice Yahvé:
“No
imitéis las costumbres de los gentiles,
ni
temáis las señales del cielo,
de
las cuales tienen miedo los gentiles.
3*Porque
los ritos de los gentiles son vanidad:
Se
corta un árbol del bosque,
lo
labra la mano del artífice con el buril,
4Io
adorna con plata y oro,
y
lo sujeta con clavos a golpe de martillo,
para que no se caiga.
5Son
como un espantajo en el melonar,
no
hablan:
han
de ser llevados,
porque no pueden caminar.
No
los temáis,
ya
que no pueden hacer ni mal ni bien.
6Nadie
hay semejante a Ti, oh Yahvé;
Tú
eres grande,
y
grande es el poder de tu nombre.
7
¿Quién no te temerá a Ti, oh Rey de las naciones?
porque esto te corresponde;
pues entre todos los sabios de los gentiles,
y
en todos sus reinos nadie hay como Tú.
8Todos
ellos son estúpidos y necios;
vana su doctrina, nada más que leño.
9*Se
trae plata laminada de Tarsis, y oro de Ufaz,
que
se labra por el artífice y por las manos del platero;
de
jacinto y púrpura son sus vestidos,
obra de diestros artífices todos ellos.
Omnipotencia de Yahvé
10Yahvé
es el Dios verdadero,
Él
es el Dios vivo y Rey de la eternidad.
Ante su indignación se estremece la tierra,
y
los gentiles no pueden soportar su ira.
11Así,
pues, les diréis: “Esos dioses que no han hecho ni cielo ni
tierra, desaparecerán de la tierra y de debajo del cielo.”
12El,
con su poder, hizo la tierra,
con
su sabiduría estableció el orbe
y
con su inteligencia extendió los cielos.
13A
una orden suya braman las aguas del cielo;
Él
levanta las nubes desde los extremos de la tierra,
hace los relámpagos para la lluvia,
y
saca de sus depósitos el viento.
14Necio
es todo hombre que no sabe (esto);
todo platero se cubre de vergüenza haciendo un ídolo,
porque mentira es su obra de fundición,
y
no hay aliento en ella.
15*Son
obras vanas, dignas de escarnio;
al
tiempo de la visita de (Dios) perecerán.
16*No
es como ésta la porción de Jacob,
porque Él ha hecho todas las cosas,
e
Israel es la tribu de su herencia;
Yahvé de los ejércitos es su nombre.
El
castigo de Dios es justo
17Lleva
fuera del país tu bagaje,
tú
que habitas en la ciudad fortificada.
18Porque
así dice Yahvé:
“He
aquí que esta vez lanzaré lejos a los moradores del país,
y
los atribularé, para que (me) encuentren.”
19
*¡Ay
de mí! ¡Qué quebranto el mío!
Mi
llaga es malísima. Y me dije:
“Esto es, en verdad, un mal,
y
debo soportarlo.”
20*Mi
tienda ha sido devastada,
y
todas mis cuerdas están rotas;
me
han separado de mis hijos que ya no existen;
no
hay quien pueda levantar mi tienda,
ni
alzar mi pabellón.
21Porque
los pastores han obrado neciamente,
y
no han buscado a Yahvé;
por
esto no entendieron
y
toda su grey
anda dispersa.
22*He
aquí que viene un ruido, un rumor,
y
grande alboroto de la parte del Norte,
para convertir las ciudades de Judá
en
desierto, en morada de chacales.
23*
“Ya
sé, Yahvé, que no es del hombre (determinar) su
camino,
ni
es del hombre el andar y dirigir sus pasos.
24*Pero
corrígeme, oh Yahvé, con equidad,
no
en tu ira, para que no me aniquiles.
25*Derrama
tu ardiente ira
sobre los gentiles que no te conocen,
y sobre los pueblos
que no invocan tu nombre;
porque han devorado a Jacob,
lo han devorado y acabado con él
y han devastado su morada.
*
2. Las costumbres: la conducta inmoral de los gentiles. Las señales del
cielo: los astros y sus constelaciones. Alusión a la
astrología de los magos babilónicos que pretendían
leer en las estrellas las cosas venideras. Dios
defendía celosamente a su pueblo contra el contagio
de la gentilidad, y las grandes calamidades de
Israel le vinieron de envidiar las glorias mundanas
del paganismo, despreciando el sublime privilegio de
ser el elegido de Dios.
*
3. ss. Para
ridiculizar la idolatría el profeta describe de
manera sarcástica la fabricación de un ídolo (Isaías
44, 12 ss.; Baruc capítulo 6; Sabiduría capítulos
13-15).
*
9.
Tarsis: ciudad situada en el extremo Occidente,
probablemente en España. Ufaz: tal vez
idéntico con el país de Ofir, de donde se traía el
oro (III Reyes 9, 28).
*
15. Al
tiempo de la visita, es decir, cuando Dios venga
para castigarlos. Véase Isaías 10, 3; Lucas 19, 44;
I Pedro 2, 12; 5, 6.
*
16 s. El
Señor es la suerte de Jacob, es decir, la gran
felicidad que le cupo en suerte (versículo 2 y
nota), y no, una desventaja, como sería un Dios
tiránico o un ídolo despreciable. Tu bagaje:
Vulgata: tu ignominia, es decir, tus ídolos.
*
19 ss.
Patéticas lamentaciones de Jerusalén (versículos
19-22), que será dispersada por culpa de sus
pastores (versículo 21). Debo soportarlo: He
aquí un lema para los días aciagos que nos tocan en
el correr de los años. Debo soportarlo, no
como cosa extraordinaria, casual o ilegítima, sino
como la parte que me corresponde de la carga
universal, y como un elemento de mi vida. Tampoco es
cosa existente por sí misma, sino que está en íntima
relación con la carga impuesta a mi pueblo y a todo
el género humano. “Para mí y los míos, para mí y mi
pueblo y todo el género humano, no puede ser
indiferente cómo resuelvo el problema de mi dolor,
ni si me muestro héroe o esclavo de él” (Mons.
Keppler).
*
20. Describe
la caída de la ciudad bajo la imagen de la
destrucción de un tabernáculo, o tienda de campaña.
*
22. Se
refiere a la invasión de los babilonios, que vendrán
desde el norte. Véase 4, 15 y nota.
*
23. Vemos
aquí cuán grande es la parte que Dios se reserva en
la conducción de nuestra vida. Véase Salmo 36, 33;
Proverbios 21, 1 y notas.
*
24. Israel
se acoge al juicio de Dios, sabiéndolo paternal y
misericordioso (Salmo 16, 2 y nota). La causa de
nuestra reparación es tan sólo la bondad de Dios
(San León).
*
25. Véase
Salmo 78, 6 y la oración del Eclesiástico, capítulo
36.
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