Libro Segundo de las Crónicas
1 | 2 | 3 | 4 | 5 | 6 | 7 |
8 | 9 | 10 | 11 | 12 | 13 | 14 |
15 | 16 | 17 | 18 | 19 | 20 | 21 |
22 | 23 | 24 | 25 | 26 | 27 | 28 |
29 | 30 | 31 | 32 | 33 | 34 | 35 |
36 |
EL
REINADO DE SALOMÓN
Salomón, lo mismo que David, aparece en los libros de las Crónicas
con rasgos fuertemente idealizados. No se menciona nada que pueda
empañar su gloria, ni la eliminación de sus rivales al comienzo de
su reinado, ni el lujo y la fastuosidad de su corte, ni su
despotismo, ni la actitud tolerante frente a los cultos paganos de
sus esposas. El primer acto de Salomón como rey es la visita al
santuario de Gabaón, donde recibe el don de la sabiduría -el don
real por excelencia- que es el fundamento de su grandeza.
Según el Cronista, Salomón fue elegido para construir el Templo de
Jerusalén, conforme a las minuciosas instrucciones recibidas de su
padre David. (1 Crón. 28. 10). Con la Dedicación del Templo, queda
completado el conjunto de las instituciones destinadas a realizar el
reinado de Dios en Israel, la Ley, la dinastía davídica y el único
Santuario elegido por el Señor como lugar de culto legítimo. Reunida
alrededor del Templo y bajo la guía de sus sacerdotes y levitas, la
comunidad de Israel debe consagrarse al culto del verdadero Dios y a
la observancia de la Ley. Así podrá esperar confiadamente que se
cumplan las promesas divinas hechas a David.
Fuente: Catholic.net