Ester
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El
libro de ESTER, lo mismo que el de Judit, cuenta cómo el
Pueblo judío fue liberado de sus enemigos gracias a la intervención
de una mujer. Este relato es anterior a la guerra de los Macabeos,
ya que en ese tiempo los judíos de Palestina celebraban el "día
llamado de Mardoqueo" (2 Mac. 15. 36), lo cual supone que conocían
la historia de Ester y posiblemente el Libro mismo. Es probable que
la obra haya sido escrita a fines de la época persa o a comienzos
del período griego, es decir, entre los siglos IV y III a. C.
Este Libro ilustra de manera ejemplar una idea contenida en los
escritos sapienciales; "El que cava una fosa cae en ella" (Ecl. 10.
8). Toda la narración, en efecto, va presentando una serie de
personajes contrapuestos y de situaciones que terminan por
revertirse. La orgullosa reina Vasti es humillada y sustituida por
Ester, la humilde joven judía. Arnán, el primer ministro omnipotente
y pagado de sí mismo, es ajusticiado en el patíbulo que había
preparado para vengarse de Mardoqueo. Por fin, los judíos dan muerte
a todos sus enemigos en el día fijado para su propio exterminio.
Detrás de todos estos "cambios de papeles", está el Señor, cuyo
nombre no es mencionado ni una sola vez en el texto hebreo, pero que
va guiando los acontecimientos para dar la victoria a su Pueblo.
El arte con que están narrados los hechos muestra que el autor no se
propuso escribir la crónica detallada de un hecho histórico preciso.
Su intención fue más bien presentar en forma novelada una triste
experiencia vivida repetidas veces por el Pueblo elegido; la del
odio y las persecuciones provocadas por lo que hoy en día se llama
"antisemitismo". Esto explica, al menos en parte, el increíble
encarnizamiento con que los judíos se desquitaron de la amenaza que
había pesado sobre ellos. Lo cierto es que el libro de Ester se
opone a la corriente universalista, que había encontrado una de sus
más bellas expresiones en los libros de Rut y de Jonás.
El recuerdo de la gran liberación evocada en este relato fue
relacionado más tarde con la fiesta de los "Purím" o de las
"Suertes". Así dicha fiesta, de origen pagano y meramente profana,
entró en el calendario de las fiestas nacionales del Judaísmo,
convirtiéndose en la celebración del triunfo del Señor sobre los
enemigos de su Pueblo. La versión griega de este Libro es bastante
más extensa y tiene un tono mucho más religioso que el texto hebreo
original, donde apenas se insinúa una posible intervención del Señor
(4. 14). Las partes propias de la traducción griega se encuentran
entre los Libros "deuterocanónicos".
Al destacar la violenta oposición entre judíos y paganos, este Libro
nos lleva a comprender mejor el alcance de la obra reconciliadora de
Cristo. "Él ha unido a los dos pueblos en uno solo, derribando el
muro de enemistad que los separaba... Así creó con los dos pueblos
un solo Hombre nuevo en su propia persona, restableciendo la paz"
(Ef. 2. 14-15).
Fuente: Catholic.net