El Apocalipsis
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Y vi que venía sobre las nubes del cielo como un
Hijo de hombre; él avanzó hacia el Anciano y lo hicieron acercar hasta
él.Y le fue dado el dominio, la gloria y el reino,y lo sirvieron
todos los pueblos, naciones y lenguas. Su dominio es un dominio
eterno que no pasará, y su reino no será destruido.
Dn. 7. 13-14
Después vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo
y la primera tierra desaparecieron,y el mar ya no existe más.Vi la
Ciudad santa, la nueva Jerusalén, que descendía del cielo y venía de
Dios, embellecida como una novia preparada para recibir a su esposo.Y
el que estaba sentado en el trono dijo:
"Yo hago nuevas todas las
cosas".
Apoc. 21. 1-2, 5
APOCALIPSIS
El último de los escritos del Nuevo Testamento es un mensaje
profético, destinado a reavivar la fe y la esperanza de los
cristianos perseguidos. Lleva el título de APOCALIPSIS, palabra
griega que significa "Revelación", y contiene una "Revelación de
Jesucristo" comunicada "a su servidor Juan" por medio de un "Ángel"
(1. 1-3).
El Libro está redactado en el estilo llamado "apocalíptico", muy
utilizado en el mundo judío de esa época, y presenta evidentes
analogías con el de otros escritos bíblicos y extrabíblicos. Dicho
estilo tiene su origen en los oráculos proféticos que anunciaban el
Reino mesiánico y la manifestación del Día del Señor, y encuentra su
expresión más característica en el libro de Daniel.
La historia de las interpretaciones del Apocalipsis es muy variada y
hasta contradictoria. El hecho es explicable, dadas las grandes
dificultades que encierra esta obra. Para no caer en
interpretaciones fantasiosas y arbitrarias, es necesario tener en
cuenta que las visiones, en especial los números y los colores, son
de carácter más bien simbólico que descriptivo.
Pero, a pesar de sus muchas oscuridades, el sentido profundo del
Apocalipsis es sumamente claro: este célebre Libro anuncia el
triunfo de Dios sobre todos los poderes que se oponen a su designio
salvífico, y recuerda las promesas indefectibles hechas a la
Iglesia. Cristo es el Señor de la historia, y más allá del tiempo,
se realiza plenamente el Reino de Dios. Por eso, puede considerarse
al Apocalipsis como el Libro por excelencia de la esperanza
cristiana. Esa esperanza está latente en el ferviente anhelo de la
Venida del Señor, que pone punto final al Apocalipsis y a todo el
Nuevo Testamento: "¡Ven, Señor Jesús!" (22. 20).
Fuente: Catholic.net