El Apocalipsis
1 | 2 | 3 | 4 | 5 | 6 | 7 |
8 | 9 | 10 | 11 | 12 | 13 | 14 |
15 | 16 | 17 | 18 | 19 | 20 | 21 |
22 |
Capítulo 7:
Apocalipsis 7
1 Después de esto, vi a cuatro Ángeles de pie en los cuatro
extremos de la tierra, que sujetaban los cuatro vientos de la
tierra, para que no soplara el viento ni sobre la tierra ni sobre el
mar ni sobre ningún árbol.
2 Luego vi a otro Ángel que subía del Oriente y tenía el sello de
Dios vivo; y gritó con fuerte voz a los cuatro Ángeles a quienes se
había encomendado causar daño a la tierra y al mar: 3 "No causéis daño ni a la tierra ni al mar ni a los árboles, hasta
que marquemos con el sello la frente de los siervos de
nuestro Dios."
4 Y oí el número de los marcados con el sello: 144.000 sellados, de
todas las tribus de los hijos de Israel.
5 De la tribu de Judá 12.000 sellados; de la tribu de Rubén 12.000;
de la tribu de Gad 12.000;
6 de la tribu de Aser 12.000; de la tribu de Neftalí 12.000; de la
tribu de Manasés 12.000; 7 de la tribu de Simeón 12.000; de la tribu de Leví 12.000; de la
tribu de Isacar 12.000; 8 de la tribu de Zabulón 12.000; de la tribu de José 12.000; de la
tribu de Benjamín 12.000 sellados.
9 Después miré y había una muchedumbre inmensa, que nadie podría
contar, de toda nación, razas, pueblos y lenguas, de pie delante del
trono y el Cordero, vestidos con vestiduras blancas y con palmas en
sus manos.
10 Y gritan con fuerte voz: "La salvación es de nuestro Dios, que
está sentado en el trono, y del Cordero."
11 Y todos los Ángeles que estaban en pie alrededor del trono de los
Ancianos y de los cuatro Vivientes, se postraron delante del trono,
rostro en tierra, y adoraron a Dios
12 diciendo: "Amén. Alabanza, gloria, sabiduría, acción de gracias,
honor, poder y fuerza, a nuestro Dios por los siglos de los siglos.
Amén."
13 Uno de los Ancianos tomó la palabra y me dijo: "Esos que están
vestidos con vestiduras blancas ¿quiénes son y de dónde han venido?"
14 Yo le respondí: "Señor mío, tú lo sabrás." Me respondió: "Esos
son los que vienen de la gran tribulación; han lavado sus vestiduras
y las han blanqueado con la sangre del Cordero.
15 Por esto están delante del trono de Dios, dándole culto día y
noche en su Santuario; y el que está sentado en el trono extenderá
su tienda sobre ellos.
16 Ya no tendrán hambre ni sed; ya nos les molestará el sol ni
bochorno alguno.
17 Porque el Cordero que está en medio del trono los
apacentará y los guiará a los manantiales de las aguas de la
vida. Y Dios enjugará toda lágrima de sus ojos."
Fuente: Catholic.net