Evangelio según San Marcos
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Este
Evangelio fue compuesto por un discípulo o, más exactamente, un
"intérprete" del Apóstol Pedro, cuyo nombre completo era JUAN
MARCOS. Es el más antiguo, el primero que fue puesto por escrito,
cerca del año 70 de nuestra era, y es también el más breve.
Como está dirigido a cristianos provenientes del paganismo, que no
conocían las costumbres judías, Marcos se las explica y, asimismo,
traduce las expresiones arameas que utiliza en varias ocasiones. Su
estilo es vivo y popular, y está lleno de espontaneidad, aunque su
lenguaje es pobre y rudimentario.
El Evangelio de Marcos contiene pocos discursos, y se interesa más
por las acciones que por las palabras de Jesús. En cambio, los
relatos se desarrollan con abundancia de detalles, y en ellos Jesús
aparece con las reacciones propias de un ser humano. Marcos destaca
especialmente la humanidad de Jesús y, a partir de ella, nos lleva
progresivamente a descubrir en él al Hijo de Dios. Porque detrás de
su Persona se esconde un gran "secreto", el secreto "mesiánico", que
sólo se revela en su Muerte y su Resurrección.
Únicamente en la cruz está la respuesta a la gran pregunta latente a
lo largo de todo este Evangelio: "¿Quién es Jesús de Nazaret?".
Ciertamente, no es el Mesías glorioso que esperaban sus
contemporáneos, sino el Mesías crucificado. La cruz era el camino
obligado para llegar a la Resurrección. Todos estamos llamados a
seguirlo por este camino, para poder comprender cada vez más
profundamente "la Buena Noticia de Jesús, Mesías, Hijo de Dios" (1.
1), que Marcos nos transmite con tanta frescura y sencillez, como un
eco fiel del primer anuncio del Evangelio.
PREPARACIÓN DEL MINISTERIO DE JESÚS
Marcos, lo mismo que Juan, no hace ninguna referencia a la infancia
de Jesús, como lo hacen Mateo y Lucas. Su Evangelio comienza
abruptamente con la predicación de Juan el Bautista. Este bautiza
con agua y atrae a la multitud, pero anuncia la llegada del que es
"más poderoso" (1. 7): sólo él bautizará "con el Espíritu Santo" (1.
8).
Desde el primer momento, Marcos nos dice claramente quién es Jesús.
Ya en la escena de su bautismo pone bien de relieve la manifestación
del Padre que lo declara su "Hijo muy querido" (1. 11). La brevedad
con que Marcos narra la tentación del Señor en el desierto, nos
ayuda a penetrar en el aspecto esencial del hecho: la lucha y la
victoria de Cristo contra el espíritu del mal, que es uno de los
temas centrales de este Evangelio.
Fuente: Catholic.net