Ezequiel 2 |
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Vocación del profeta
1*Y
me dijo: “Hijo de hombre, ponte en pie y Yo te
hablaré.” 2*Y
después que me habló entró en mí el Espíritu, el
cual me puso sobre mis pies; y escuché a Aquel que
me hablaba. 3*Y
me dijo: “Hijo de hombre, te envío a los hijos de
Israel, a esos gentiles apóstatas que se han
rebelado contra Mí. Ellos y sus padres han pecado
contra Mí, hasta este mismo día. 4*Hijos
de rostro duro y de corazón obstinado son aquellos a
quienes te envío y les dirás: «Así dice Yahvé el
Señor.» 5Te oigan o no te oigan —porque
son una casa rebelde— por lo menos han de conocer
que hay un profeta en medio de ellos. 6Tú,
pues, oh hijo de hombre, no los temas, ni tengas
miedo de sus palabras, aunque ellos son cardos y
espinas para contigo y tú habitas en medio de
escorpiones. No temas sus palabras, ni tengas miedo
de sus rostros; porque son una casa rebelde. 7Les
dirás mis palabras, ora que oigan, ora que no oigan;
porque son rebeldes.
8*Oye,
oh hijo de hombre, lo que te voy a decir: No seas tú
rebelde como esa casa de rebeldía; abre tu boca, y
come lo que te voy a dar.”
9*Yo
miré, y vi una mano que se tendía hacia mí, y he
aquí en ella el rollo de un libro. 10Lo
desenvolvió delante de mí, y estaba escrito por
dentro y por fuera; y lo escrito en él eran cantos
lúgubres, lamentaciones y ayes.
*
1. Dios llama al Profeta “hijo de hombre”,
para recordarle la fragilidad humana (San
Jerónimo). La expresión se repite 84 veces
en Ezequiel y una vez en Daniel 8, 17. En
Daniel 7, 13, en cambio, se entiende por
el
Hijo del hombre, lo mismo que en los 79
pasajes del Evangelio donde aparece este
término, un ser sobrehumano, el Mesías, al
cual Dios entrega la gloria, el poder y la
dominación eterna. No faltan quienes en esta
expresión quieren reconocer la reminiscencia
de una locución babilónica, según la cual
vendría a significar: hombre libre, noble.
Pero no es ésta la cuestión, sino más bien
el significado que el profeta le atribuye.
Aquí no quiere ser más que una perífrasis
hebraica para indicar a un simple hombre,
sin nombre personal.
*
2. Es decir que la Palabra de Dios es
acompañada de su Espíritu santo. Así se
llenaron -de Él los que escuchaban a San
Pedro en Hechos 10. 44, lo mismo que en
Pentecostés (como él lo hace notar en Hechos
de los Apóstoles 11, 15), aunque eran
paganos. “¿Cómo no habría de obrar así,
también en nosotros, esa divina Palabra
cuando la buscamos en el Evangelio? ¿Cómo no
habría de animarnos también al apostolado?”
*
3.
Esos gentiles apóstatas: Los judíos, que
apostataron y de este modo bajaron a la
categoría de gentiles. El hebreo usa el
término característico
goyyim,
que para los israelitas tenía un sentido
despectivo. Los Setenta vierten:
los
que me provocan.
*
4.
Hijos de rostro duro, etc.: Reproches
frecuentes en boca de Dios para calificar a
su pueblo, con esa severidad y amargura que
muestra al mismo tiempo el corazón dolorido
de un Padre. Nada más elocuente a ese
respecto que la expresión
“te
oigan o no te oigan” (repetida en el
versículo 7), como si Él no supiera muy bien
hasta dónde habría de llegar esa ingratitud.
Así también veía Jesús en la agonía de
Getsemaní a los que durante todos los siglos
actuales habrían de despreciar su Redención
(cf. 17, 15 ss. y nota) y a los que
pretenderían inutilizarla como aquellos
“insensatos gálatas” a quienes fulmina el
Apóstol de los gentiles (Gálatas 3, 1 ss.).
*
8.
Abre tu boca: Así dice Dios a Israel
para que reciba sus beneficios (cf. Salmo
80, 11 y nota). Véase 3, 1 y nota.
*
9. El libro contiene los designios, juicios
y castigos de Dios; lo que se colige de la
denominación que el profeta le da:
cantos
lúgubres, lamentaciones.
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