Tobías |
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Dios prueba a Tobías
1*Después
de esto, un día festivo del Señor, estando preparada una
buena comida en casa de Tobías, 2*dijo
éste a su hijo: “Vete y trae acá algunos de nuestra
tribu, temerosos de Dios, para que coman con nosotros.”
3Se fue (el hijo), y cuando volvió,
contó cómo uno de los hijos de Israel, que había sido
matado, yacía en la plaza. Al instante se levantó
(Tobías) de la mesa, y dejada la comida, sin probar
bocado, fue adonde estaba el cadáver, 4*cargó
con él y lo llevó secretamente a su casa, para darle
sepultura cautelosamente, después de puesto el sol.
5Ocultado el cadáver, comió el pan entre lágrimas
y temblando; 6*pues
se acordaba de aquellas palabras que el Señor había
dicho por el profeta Amós:
“Vuestros días festivos se convertirán en lamentos y
luto.”
7Puesto
ya el sol, fue y le dio sepultura.
8Reprendíanle
entonces todos sus parientes, diciendo: “Precisamente
por esto se dio la orden de quitarte la vida, y apenas
escapaste del poder de la muerte; ¿y ahora vas
nuevamente a enterrar los cadáveres?” 9Pero
Tobías, temiendo a Dios más qué al rey, robaba los
cadáveres de los que habían sido muertos, los escondía
en su casa, y a medianoche los enterraba.
Ceguera de Tobías
10Un
día, después de volver a su casa fatigado de enterrar,
se echó junto a la pared, y se adormeció. 11Mientras
dormía, le cayó de un nido de golondrinas estiércol
caliente sobre los ojos, y se quedó ciego. 12*El
Señor permitió que le sobreviniese esta prueba, para
que, como el santo Job, diera a los venideros un ejemplo
de paciencia. 13Pues, como desde su niñez
vivió siempre en temor de Dios, guardando sus
mandamientos, no se quejó contra Dios por la desgracia
de la ceguedad que había venido sobre él; 14sino
que permaneció inquebrantable en el temor de Dios,
dándole gracias todos los días de su vida.
15*Así
como los reyes insultaban al santo Job, del mismo modo
los parientes y los amigos se burlaban de la conducta de
Tobías, diciendo: 16“¿Dónde está tu
esperanza, por la cual hacías limosnas y dabas sepultura
a los muertos?” 17Mas Tobías los reprendía,
diciendo: “No habléis de esa manera. 18*Porque
nosotros somos hijos de santos y esperamos aquella vida
que Dios ha de dar a los que le sirven fielmente.”
Probidad de Tobías
19Ana,
su mujer, iba todos los días a tejer, y traía el
sustento que podía ganar con el trabajo de sus manos;
20y así sucedió que trajo a casa un cabrito
que había recibido. 21*Su
marido, al oír el balido del cabrito, dijo: “Mirad que
no sea acaso hurtado; restituidlo a sus dueños; porque
no nos es lícito comer cosa robada, ni siquiera
tocarla.” 22A lo que su mujer, irritada,
respondió: “Es evidente que ha fracasado tu esperanza;
ahora se ve el fruto de tus limosnas.” 23Con
estas y otras semejantes palabras, lo zahería.
*
1. La fiesta de Pentecostés (según el texto
griego).
*
2. A cada paso hay en este libro una lección
práctica que imitar. Aquí vemos a quiénes
invitar a la mesa. Véase 4, 17; Mateo 5. 46 s.;
Lucas 14, 13.
*
4 s. Admirable valentía que no vacila en
arriesgar la vida por hacer una obra de
misericordia; y que va unida con prudencia,
aprovechando la oscuridad de la noche para dar
sepultura a un hermano. Véase 1, 21 s. y nota.
*
6. Véase Amós 8, 10; I Macabeos 1, 41.
*
12. Job, cubierto de llagas y acosado de
tormentos insoportables resistió a todas las
tentaciones de perder la fe en la justicia de
Dios. Por eso aquí es llamado santo y el Apóstol
Santiago recomienda su conducta ejemplar a los
cristianos que sufren (Santiago 5, 11). Las
tribulaciones momentáneas de esta vida, sufridas
con paciencia, nos dan la seguridad de la gloria
eterna. “La paciencia protege la fe, es reina de
la paz y sostén de la caridad” (Tertuliano, De
Patientia, c. XV). Cf. 12. 13; Eclesiástico 2,
3-5; Romanos 5, 3-5; II Corintios 6, 4 s.; II
Tim 2, 12; Hebreos 10, 36; Santiago 1, 3 s. y
12; I Pedro 2, 20; Lucas 21, 19 y todo el Libro
de Job. Tobías y Job son dos modelos, dos
espejos de paciencia para todos los afligidos,
pobres y perseguidos.
*
15. Los tres amigos de Job: Elifaz, Baldad y
Sofar, son llamados reyes, por el
prestigio que tenían entre sus pueblos.
*
18. Hijos de santos, por ser
descendientes de los patriarcas Abrahán. Isaac v
Jacob, a los que Dios dio las promesas. (Véase
Hebreos 11, 3 ss.)
*
21 ss. ¡Qué delicadeza de conciencia! Tobías
pregunta de qué modo hayan sido adquiridos los
víveres que se le daban de comer. Lo mismo hacía
Santa Isabel en la corte de Turingia. Hoy día
tal delicadeza ya no existe, y si uno la
practicara, lo tomarían por enfermo mental.
Nótese el realismo de este episodio, lo mismo
que el de 3, 7-10. “Campea en toda esta escena
un realismo tan vigoroso, y son tan naturales y
espontáneas las reacciones que lo imprevisto de
los acontecimientos produce en cada personaje,
que el relato parece ser en su conjunto eco fiel
de la tradición oral, conservada con la nativa
frescura con que brotara de los labios de los
mismos protagonistas” (Prado, Sefarad 1949 p.
34).
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