Tobías |
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Últimos años de Tobías
1Así
terminó Tobías su cántico.
Cuarenta y dos años vivió Tobías después de recobrada la
vista, y viendo a los hijos de sus nietos; 2cumplió
ciento dos años hasta que fue sepultado con honores en
Nínive. 3Porque a los cincuenta y seis años
perdió la vista, y a los sesenta la recobró. 4*Pasó
en gozo el resto de su vida; y habiendo hecho grandes
progresos en el temor de Dios, vino a descansar en paz.
5A
la hora de su muerte llamó a sí a su hijo Tobías y a los
siete jóvenes hijos de éste, nietos suyos, y les dijo:
6 “La ruina de Nínive está cerca; pues la
palabra del Señor no dejará de cumplirse; nuestros
hermanos que están dispersos fuera de la tierra de
Israel, volverán a ella; 7*será
repoblada toda su tierra desierta, y reedificada de
nuevo la casa de Dios, que fue allí entregada a las
llamas. Volverán allá todos los que temen a Dios; 8*los
gentiles abandonarán sus ídolos y vendrán a Jerusalén
para morar en ella. 9Allí se regocijarán
todos los reyes de la tierra, adorando al Rey de Israel.
10Escuchad, hijos míos, a vuestro padre;
servid al Señor en verdad y buscad cómo hacer lo que le
es agradable. 11Encomendad a vuestros hijos
que practiquen la justicia y den limosnas; que tengan
presente a Dios
y le bendigan en todo tiempo sinceramente y con todo esfuerzo.
12Ahora oídme, hijos míos. No queráis
permanecer aquí; el día mismo en que hubiereis sepultado
a vuestra madre junto a mí, en la misma sepultura, en
ese día disponed vuestro viaje para salir de aquí.
13Porque yo veo que la iniquidad llevará a esta
(ciudad) a la ruina.”
Conclusión
14En
efecto, después de la muerte de su madre, se retiró
Tobías (el hijo) de Nínive con su mujer, sus
hijos y los hijos de sus hijos, y se volvió a sus
suegros; 15a los cuales halló sanos y salvos,
en dichosa vejez. Cuidó de ellos, y el mismo les cerró
los ojos. Recibió toda la herencia de la casa de Ragüel,
y vio a los hijos de sus hijos hasta la quinta
generación. 16*Después
que hubo cumplido noventa y nueve años en el temor del
Señor, le sepultaron con alegría. 17Toda su
parentela y todos sus descendientes perseveraron en el
bien vivir y en el ejercicio de obras santas; de manera
que fueron gratos a Dios y a los hombres, y a todos los
habitantes de aquel país.
*
4. Otra versión: “Y cuánto más progresaba en el
temor de Dios, más gozaba de la paz.” ¡Qué
programa ideal para una ancianidad feliz! Véase
el Salmo 70.
*
7. El edicto de Ciro permitió a los judíos
reedificar el Templo (Paralipómenos 1, 1), pero
volvieron a caer en la iniquidad y el Templo fue
nuevamente destruido, quedando sin cumplirse las
promesas de los profetas. Cf. 13, 12; Nehemías
9, 36 ss.; Ezequiel 43, 7-9 ss.; 37, 26-28; 20,
40 ss., etc.
*
8 s. Véase 13, 14. Profecía acerca de la
vocación de los gentiles y del triunfo final de
la Iglesia después de la conversión de Israel
(Romanos 11, 25 ss.) y de la destrucción del
Anticristo (II Tesalonicenses 2, 8; Apocalipsis
19, 11 ss.). Sobre esto dice Santo Tomás:
“Después de la muerte del Anticristo habrá para
la Iglesia doble motivo de consolación, a saber:
la paz y la multiplicación de la fe. pues
entonces todos los judíos se convertirán a la fe
de Cristo.”
*
16. ¡Le sepultaron con alegría! Es el
digno coronamiento de esta maravillosa historia
de felicidad doméstica.
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