Génesis 37 |
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50 |
V.
Historia de José
Envidia de los hijos de Jacob contra José su hermano
1Habitó
Jacob en la tierra de las peregrinaciones de su padre, en la
tierra de Canaán. 2*He
aquí la historia de Jacob.
Cuando José tenía diez y siete años, apacentaba con sus
hermanos los rebaños, y por ser todavía joven, estaba con
los hijos de Bilhá y los hijos de Silfá, mujeres de su
padre; y dio José noticia de la mala fama que ellos tenían.
3*Israel
amaba a José más que a todos sus hermanos, por ser el hijo
de su vejez; y le había hecho un traje talar. 4Viendo,
pues, sus hermanos que su padre le amaba más que a todos sus
hermanos, cobraron tal odio contra él que no podían hablarle
en paz.
5Tuvo
José un sueño, que contó a sus hermanos, por lo cual le
odiaron más todavía. 6Les dijo: “Escuchad este
sueño que he soñado. 7*Estábamos
atando gavillas en el campo, y vi cómo se levantaba mi
gavilla y se mantenía derecha, mientras que vuestras
gavillas la rodeaban, y se postraban ante mi gavilla.”
8Le dijeron sus hermanos: “¿Quieres acaso reinar sobre
nosotros o dominarnos por completo?” De modo que le odiaron
aun más a causa de sus sueños y sus palabras.
9Tuvo,
además otro sueño, y lo contó a sus hermanos diciendo:
“Mirad, he tenido otro sueño más: el sol y la luna y once
estrellas se postraban delante de mí.” 10Lo contó
a su padre y a sus hermanos, por lo cual su padre le
reprendió, diciendo: “¿Qué sueño es éste que has soñado?
¿Debemos acaso venir, yo y tu madre y tus hermanos, y
postrarnos en tierra delante de ti?” 11*Y
sus hermanos le tenían envidia, mas su padre reflexionaba
sobre lo sucedido.
José es arrojado en una cisterna.
12Los
hermanos de José fueron a apacentar los rebaños de su padre
en Siquem, 13y dijo Israel a José: “¿No están tus
hermanos pastoreando en Siquem? Ven, que te enviaré a donde
ellos están.” Le respondió: “Heme aquí.” 14Y
dijo: “Anda, y ve cómo están tus hermanos y cómo se halla el
ganado, y tráeme noticias.” Así le envió desde el valle de
Hebrón, y (José)
se fue a Siquem. 15Y cuando andaba errante por el
campo le encontró un hombre, el cual le preguntó: “¿Qué
estás buscando?” 16Contestó: “Busco a mis
hermanos; dime por favor, dónde están pastoreando.” 17*Dijo
el hombre; “Se han ido de aquí, pues les oí decir: ‘Vamos a
Dotain’.” Con esto se marchó José en busca de sus hermanos,
y los halló en Dotain.
18Cuando
ellos le vieron desde lejos, ya antes que llegase a ellos,
buscaron cómo matarle dolosamente, 19diciéndose
uno a otro: “Mirad, ahí viene ese soñador. 20Vamos
a matarle y arrojarle en una de estas cisternas; y diremos
que una fiera lo ha devorado; entonces veremos qué será de
sus sueños.” 21Rubén, que oyó esto, trató de
librarlo de sus manos, diciendo: “No le quitemos la vida.”
22*Y
los exhortó Rubén: “No derraméis sangre; arrojadlo en esta
cisterna que está en el desierto, mas no pongáis en él la
mano”, (esto decía)
para librarlo de su mano, a fin de devolverlo a su padre.
23Con todo, cuando José llegó a sus hermanos, le
despojaron de su túnica, el traje talar que traía puesto;
24y tomándolo lo arrojaron en la cisterna. La
cisterna estaba vacía, no había agua en ella.
José en Egipto
25*Después
se sentaron a comer, y levantando los ojos vieron una
caravana de ismaelitas que venía de Galaad, y cuyos camellos
llevaban especias y bálsamo y resina para transportarlos a
Egipto. 26Entonces dijo Judá a sus hermanos:
“¿Qué ganaremos con matar a nuestro hermano y ocultar su
sangre? 27Vamos, vendámoslo a los ismaelitas y no
pongamos en él nuestra mano; pues es nuestro hermano, carne
nuestra.” Sus hermanos estaban de acuerdo, 28*y
cuando pasaron los mercaderes madianitas, sacaron a José,
alzándole de la cisterna. Y vendieron a José por veinte
piezas de plata a los ismaelitas, que le llevaron a Egipto.
29Cuando Rubén volvió a la cisterna y vio que
José no estaba en la cisterna, rasgó sus vestidos, 30y
volviéndose a sus hermanos, les dijo: “El niño no aparece;
ahora, ¿adónde voy yo?”
31Mas
ellos tomaron la túnica de José, degollaron un macho cabrío,
empaparon la túnica en la sangre, 32y enviaron el
traje talar a su padre, diciendo: “Esto hemos hallado;
comprueba, pues, si es o no la túnica de tu hijo.” 33Y
él la reconoció y dijo: “Es la túnica de mi hijo; una fiera
lo ha devorado. Despedazado, despedazado ha sido José.”
34*Y
rasgó Jacob sus vestidos, puso un saco sobre sus lomos e
hizo duelo por su hijo muchos días. 35*Todos
sus hijos y todas sus hijas vinieron a consolarle; mas él no
quiso ser consolado, sino que dijo: “Por tristeza bajaré
adonde está mi hijo, al scheol.” Así lo lloró su padre.
36*Los
madianitas le vendieron en Egipto a Putifar, eunuco del
Faraón, jefe de la guardia.
*
2. Diez y siete años: Vulgata: dieciséis.
*
3 ss. Un traje
talar: Otros:
una túnica de
varios colores. Así también la Vulgata. Los
hermanos de José no comprendían el cariño de su
padre hacia el hijo predilecto, que era mejor
educado que ellos y no participaba en sus fechorías
(cf. v. 2). En sentido espiritual Jacob es figura
del Padre Eterno, y José figura de Jesucristo, el
“Hijo amado” (Marcos 12, 6).
*
7. Los sueños con que Dios favoreció a José
aumentaron la envidia y el odio de los hermanos,
porque los miraban como una expresión de ambición de
reinar y tomar el mando sobre toda la casa de Jacob.
De ahí que tramen su ruina, sin saber que con ello
serán la causa de su elevación y gloria. Pues los
designios de Dios deben cumplirse; cumplirse al pie
de la letra. Tenemos en esta narración un ejemplo
clásico de los caminos de la divina Providencia, que
sabe convertir en bien las maquinaciones de la
malicia humana, como lo dice el mismo José en 50,
20.
*
11. Como Jacob mismo había recibido en sueños
instrucciones divinas, miraba el caso con respeto y
no le parecía imposible que los sueños de su hijo
significaran grandes acontecimientos.
*
17. Dotain,
localidad situada a unos 60 kilómetros al norte de
Jerusalén y unos 100 kilómetros al norte de Hebrón,
donde vivía Jacob.
*
22. Las cisternas secas se usaban también como
prisiones. Véase el caso del profeta Jeremías, quien
sufrió la misma suerte (Jeremías 38, 6).
*
25. Ismaelitas,
árabes, descendientes de Ismael, hijo de Abrahán. En
versículo 28 se llaman madianitas. Cf. Jueces 8, 22
ss.
*
28. Por ser odiado por sus hermanos y vendido por
pocas monedas, José es figura de Jesucristo. También
Jesús fue perseguido por su propio pueblo y vendido
como José por unas monedas de plata. Pero para ambos
la humillación fue el comienzo de la glorificación:
Jesús triunfó en la cruz y José en los sufrimientos
de la esclavitud. Pues Dios empieza a elevar cuando
humilla, y cuanto más quiere ensalzar, más deprime.
“Los hermanos vendieron a José por no honrarle, y él
fue honrado y enaltecido precisamente porque lo
vendieron” (San Gregorio, in Gen.).
*
34. El rasgar los vestidos y cubrirse de saco eran
señales de dolor y de luto, no sólo entre los judíos
sino también en otros pueblos del Oriente.
*
35. Scheol
llamaban los israelitas el lugar donde moraban las
almas de los difuntos. Aquí se manifiesta la fe del
patriarca en la inmortalidad, que en el pueblo de
Israel se desarrollará hasta llegar a la fe en la
resurrección (Job 19, 25; Proverbios 7, 27; Isaías
14, 15; Ezequiel 32, 21). Generalmente, la Vulgata
traduce “Scheol” por infierno, y da a esta palabra
su significado antiguo, que se ha perdido en las
lenguas modernas. El “infierno” de la Vulgata se
refiere, por consiguiente, no al lugar de los
condenados, sino al “limbo de los padres” o “seno de
Abrahán”. Cf. el “descendit ad inferos” del Credo.
*
36. Eunuco,
no en sentido propio, pues no lo fue, sino en
sentido de oficial o funcionario.
Faraón:
Título de los reyes egipcios. Su significado es
“Casa Magna”. Reinaban aquel tiempo en Egipto una
dinastía extranjera, la de los Hyksos, invasores
asiáticos. † |