www.LaSantaBiblia.com.ar

Los Salmos

1 2 3 4 5 6 7
8 9 10 11 12 13 14
15 16 17 18 19 20 21
22 23 24 25 26 27 28
29 30 31 32 33 34 35
36 37 38 39 40 41 42
43 44 45 46 47 48 49
50 51 52 53 54 55 56
57 58 59 60 61 62 63
64 65 66 67 68 69 70
71 72 73 74 75 76 77
78 79 80 81 82 83 84
85 86 87 88 89 90 91
92 93 94 95 96 97 98
99 100 101 102 103 104 105
106 107 108 109 110 111 112
113 114 115 116 117 118 119
120 121 122 123 124 125 126
127 128 129 130 131 132 133
134 135 136 137 138 139 140
141 142 143 144 145 146 147
148 149 150        

Capítulo 10: Salmo 10

La arrogancia y la prepotencia de los malvados

Lámed 1 ¿Por qué te quedas lejos, Señor,
y te ocultas en los momentos de peligro?

2 El pobre se consume por la soberbia del malvado
y queda envuelto en las intrigas tramadas contra él.

Nun 3 Porque el malvado se jacta de su ambición,
el codicioso blasfema y menosprecia al Señor;
4 el impío exclama en el colmo de su arrogancia:
"No hay ningún Dios que me pida cuenta".
Esto es lo único que piensa.

5 Sus caminos prosperan constantemente;
tus juicios, allá arriba, lo tienen sin cuidado;
elimina de un soplo a todos sus rivales
6 y se dice a sí mismo: "No vacilaré,
seré siempre feliz, no tendré contrariedades".

Pe 7 Su boca está llena de maldiciones,
de engaños y de violencias;
detrás de sus palabras hay malicia y opresión;
8 se pone al acecho en los poblados
y mata al inocente en lugares ocultos.
Ain Sus ojos espían a los débiles;
9 acecha ocultamente como el león en su guarida;
se agazapa para atrapar al pobre,
y lo atrapa arrastrándolo en sus redes.

10 Espía, se inclina, se dobla,
y cae sobre el débil con todas sus fuerzas.

11 Luego piensa: "Dios lo olvida;
aparta su rostro y nunca ve nada".


Súplica al Señor, defensor de los humildes

Cof 12 ¡Levántate, Señor Dios, alza tu mano,
no te olvides de los pobres!

13 ¿Por qué el malvado desprecia a Dios,
pensando que tú no pides cuenta?

Res 14 Pero tú lo estás viendo:
tú consideras los trabajos y el dolor,
para tomarlos en tus propias manos.
El débil se encomienda a ti;
tú eres el protector del huérfano.

Sin 15 ¡Quiebra el brazo del malvado y del impío,
castiga su malicia y no subsistirá!

16 El Señor reina para siempre
y los paganos desaparecerán de la tierra.

Tau 17 Tú, Señor, escuchas los deseos de los pobres,
los reconfortas y les prestas atención.

18 Tú haces justicia al huérfano y al oprimido:
¡que el hombre hecho de tierra no infunda más temor!

 

LaSantaBiblia.com.ar

Fuente: Catholic.net

 

lasantabiblia@cmbs.com.ar