MATEO 3
|
|
II. PREPARACIÓN PARA LA
VIDA PÚBLICA
(3, 1 - 4, 11)
Predicación de Juan el
Bautista.
1 En aquel
tiempo apareció Juan el Bautista, predicando en el
desierto de Judea,
2 y decía: “Arrepentíos, porque el reino de los cielos*
está cerca”.
3 Éste es de quien habló el profeta Isaías*
cuando dijo: “Voz de uno que clama en el desierto:
Preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas”.
4 Juan tenía un vestido de pelos de camello, y un
cinto de piel alrededor de su cintura; su comida eran
langostas y miel silvestre.
5 Entonces salía hacia él Jerusalén y toda la Judea y
toda la región del Jordán,
6 y se hacían bautizar*
por él en el río Jordán, confesando sus pecados.
7 Mas viendo a muchos fariseos y saduceos venir a su bautismo, les dijo:
“Raza de víboras, ¿quién os ha enseñado a huir de la
cólera que viene?
8 Producid, pues, frutos propios del arrepentimiento.
9 Y no creáis que podéis decir dentro de vosotros: “Tenemos por padre a
Abrahán”; porque yo os digo: “Puede Dios de estas
piedras hacer que nazcan hijos a Abrahán”.
10 Ya el hacha está puesta a la raíz de los árboles; y todo árbol que no
produce buen fruto será cortado y arrojado al fuego*.
11 Yo, por mi parte, os bautizo con agua para el
arrepentimiento; mas Aquel que viene después de mí es
más poderoso que yo, y yo no soy digno de llevar sus
sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego.
12 La pala de aventar está en su mano y va a limpiar su
era: reunirá el trigo en el granero, y la paja la
quemará en fuego que no se apaga”.
Bautismo de Jesús.
13 Entonces Jesús fue de Galilea al Jordán a Juan para
ser bautizado por él.
14 Pero Juan quería impedírselo*
y le decía: “Yo tengo necesidad de ser bautizado por Ti
y ¿Tú vienes a mí?”
15 Jesús le respondió y dijo: “Deja ahora; porque así conviene que
nosotros cumplamos toda justicia”. Entonces (Juan) le dejó.
16 Bautizado Jesús, salió al punto del agua, y he aquí
que se le abrieron los cielos y vio al Espíritu de Dios,
en figura de paloma, que descendía y venía sobre Él*.
17 Y una voz del cielo decía: “Este es mi Hijo, el Amado, en quien me
complazco”*.
2.
El reino de los
cielos,
o sea, el reino
de Dios. La condición necesaria para entrar en
ese reino es arrepentirse de los pecados y creer
al Evangelio (4, 17; Mc. 1, 15), cosas ambas que
Jesús resume en la pequeñez, es decir, en la
infancia espiritual o la pobreza en espíritu (5,
3; 18, 1-4). Véase v. 10 y nota.
6. Este
bautismo
no era sino
una preparación de Israel para recibir al Mesías
(Hch. 19, 4 y nota). Tampoco era un sacramento
la confesión que los pecadores hacían, pero sí una manifestación del
dolor interior, un medio eficaz para conseguir
la gracia de arrepentimiento, condición del
perdón.
10 ss. Aquí y en
el v. 12 el Bautista señala a Jesús dispuesto a
comenzar su reinado de justicia. En 11, 12 ss.,
el mismo Jesús nos muestra cómo ese reino será
en ese entonces impedido
por la violencia y cómo, aunque el Bautista vino
con la misión de Elías (Mal. 4, 5 y 13 [Nota: en
la Biblia de Jerusalén: Mal. 3, 23]), éste habrá
de volver un día (17, 11 s.) a restaurarlo todo.
Fillion hace notar la similitud de este pasaje
con Mal. 3, 2 s. (véase allí la nota), donde no
se trata ya del juicio sobre las naciones como
en 25, 32 (cf. Jl. 3) sino de un juicio sobre su
pueblo. Cf. Sal. 49, 4 ss. y notas.
14. Jesús no
necesitaba del bautismo, pero queriendo cumplir
toda justicia
(v. 15), es
decir, guardar puntualmente todas las leyes y
costumbres de su pueblo, se sometió al bautismo
como se había sometido a la circuncisión y demás
ritos judíos.
16. En el
bautismo de Jesús se manifiesta la Ssma.
Trinidad: el Padre que habla del cielo, el Hijo
que está en forma de hombre arrodillado a la
orilla del Jordán, y el Espíritu Santo que se
hace visible en forma de paloma. Cf. Lc. 3, 22;
Jn. 1, 32 ss. y nota.
17. He aquí la
primera revelación del más grande de los
misterios:
el infinito amor del Padre al Unigénito,
en el
cual reside toda su felicidad sin límites y por
el cual, con el cual y en el cual recibe
eternamente toda su gloria, como lo expresa el
Canon de la Misa. Cf. sobre este amor 12, 18;
17, 5; Is. 42, 1; Jn. 3, 35; 12, 28; 2 Pe. 1,
17.
|