Eclesiástico 21 |
1 | 2 | 3 | 4 | 5 | 6 | 7 |
8 | 9 | 10 | 11 | 12 | 13 | 14 |
15 | 16 | 17 | 18 | 19 | 20 | 21 |
22 | 23 | 24 | 25 | 26 | 27 | 28 |
29 | 30 | 31 | 32 | 33 | 34 | 35 |
36 | 37 | 38 | 39 | 40 | 41 | 42 |
43 | 44 | 45 | 46 | 47 | 48 | 49 |
50 | 51 |
¡Huye de la soberbia del pecado!
1Hijo,
¿has pecado? No vuelvas a pecar más; antes bien haz
oración por las culpas pasadas, a fin de que te sean
perdonadas.
2*Como
de la vista de una serpiente, así huye del pecado;
porque si te arrimas a él te morderá.
3Sus
dientes son dientes de león, que matan las almas de los
hombres.
4Todo
pecado es como espada de dos filos; sus heridas son
incurables.
5La
arrogancia y las injurias reducen a humo la hacienda; y
la más opulenta casa será arruinada por la soberbia; así
también serán aniquilados los bienes del soberbio.
6*La
súplica del pobre llegará desde su boca hasta los oídos
de Dios, y al punto se le hará justicia.
7El
aborrecer la corrección es indicio de pecador; pero el
que teme a Dios entrará en sí.
8De
lejos se da a conocer el poderoso por su osada lengua;
mas el varón sensato sabe escabullirse del tal.
9*Quien
edifica su casa a expensas de otro, es como el que reúne
sus piedras para el invierno.
10Todos
los pecadores juntos son como un montón de estopa para
ser consumida con llamas de fuego.
11*El
camino de los pecadores está bien enlosado y liso, pero
va a parar en el infierno, en las tinieblas y en los
tormentos.
El sabio y el necio
12*El
que observa la justicia comprenderá el espíritu de ella.
13El
perfecto temor de Dios es la sabiduría y prudencia.
14Quien
no es sabio en el bien, nunca será instruido.
15*Mas
hay una sabiduría fecunda en lo malo; bien que no hay
prudencia donde se halla la amargura.
16*La
ciencia del sabio rebosa como inundación; y sus consejos
son cual fuente perenne de vida.
17Como
un vaso roto, así es el corazón del fatuo; no puede
retener ni una gota de sabiduría.
18*Cualquier
palabra bien dicha que oyere el sabio, la celebrará, y
se la aplicará a sí; la oirá el hombre dado a los
deleites, y le desagradará, y la echará detrás de sí.
19Los
razonamientos del necio son como un fardo para el que
anda de viaje; mientras los labios del prudente están
llenos de gracia.
20La
boca del varón prudente es buscada en las asambleas, y
cada uno medita en su corazón sus palabras.
21Como
una casa demolida es la sabiduría para el necio, y la
ciencia del insensato se reduce a dichos ininteligibles.
22*Como
grillos en los pies, y como cadena en su mano derecha,
así es para el necio la doctrina.
23*El
tonto cuando ríe, ríe a carcajada suelta; mas el varón
sabio apenas sonríe.
24La
ciencia es para el hombre prudente un joyel de oro, y
como un brazalete en el brazo derecho.
25El
tonto con facilidad mete el pie en casa ajena; mas el
hombre avisado mira con timidez la persona del poderoso.
26*El
necio registra por las ventanas lo que pasa dentro de la
casa; mas el hombre bien criado se queda a la puerta.
27Es
propio del tonto estar escuchando a la puerta; el hombre
prudente tendrá esto por afrenta insoportable.
28*Los
labios de los indiscretos cuentan tonterías; mas las
palabras de los sabios son pesadas en una balanza.
29*El
corazón de los fatuos está en su boca, y la boca de los
sabios en su corazón.
30*Cuando
el impío maldice al diablo, a sí mismo se maldice.
31*El
chismoso contamina su propia alma, y de todos será
odiado; y será mal visto quien converse con él; mas el
hombre que sabe callar y tiene prudencia, será honrado.
*
2 s. Te morderá: Así dice el texto
griego. El traductor latino tradujo: te
recibirá. Esto es, el pecado te atraerá y
hará que caigas cada vez más. El Eclesiástico
compara el pecado con la serpiente venenosa,
cuyas acometidas son ocultas y mortales. Lo
compara asimismo con los efectos que producen
los dientes del león (versículo 3) que
despedazan sin dejar nada de la víctima. El
sentido es: quien transige con el pecado está
perdido, pues el diablo no tiene piedad de
nadie. También San Pedro compara a Satanás con
un león que busca cómo devorarnos, y agrega:
“Resistidle firmes en la fe” (I Pedro 5, 8 s.).
Cf. Proverbios 5, 8 y nota.
*
6.
Véase 4, 6; Éxodo 3, 9; 22, 23; Job
34, 28; Salmo 33, 7; Santiago 5, 4.
*
9. El invierno es el tiempo más impropio
para reunir piedras y construir casas. Según
otros: como el que junta piedras en vez de leña
para calentarse. Nácar-Colunga vierte: para
su sepultura.
*
11. “Ancha es la puerta y espacioso el camino
que conduce a la perdición” (Mateo 7, 13). Véase
Génesis 37, 35; Proverbios 7, 27; 14, 12; 16,
25.
*
12. La sabiduría se muestra en el perfecto
conocimiento de la voluntad de Dios y en el
cumplimiento de lo que le agrada (1, 34; 2, 19;
4, 15 y notas). Es la que lleva al amor, como lo
explica Jesús en Juan 14, 21: “Quien ha recibido
mis mandamientos y los observa, ése es el que me
ama.” Véase 27, 10 y nota, y la admirable luz
que Jesús da en Juan 7, 17.
*
15. En griego al revés: Hay una prudencia que
produce mucha amargura. Es la prudencia
humana que la Escritura condena implacablemente
(Santiago 3, 15; Romanos 8, 5-7; I Corintios 2,
14, etc.) aunque el mundo la elogia como gran
virtud.
*
16. Fuente perenne de vida es la ciencia
de Dios, es decir, su conocimiento (cf. Juan 17,
3). La ciencia que no conoce a Dios, hincha,
como dice el Apóstol (I Corintios 8, 1), por
donde vemos que para llegar a la fuente de vida,
debemos ser humildes,
hacernos vacíos para poder recibir.
*
18. Es la paradoja que señalamos en la nota a
Proverbios 9, 7. Véase 6, 21 y nota.
*
22. (El versículo 24 es continuación de éste.)
¡He aquí planteado el problema básico de toda
alma frente a Dios! Si pensamos que Él es un
tirano, forzosamente miraremos como odiosas y
pesadas esas instrucciones con las cuales su
amor de Padre quiere darnos la verdadera vida
(Juan 10, 10; 20, 31). De ahí que la primera
enseñanza que nos da la Sabiduría consiste en
creer que Dios es bueno (Sabiduría 1, 1). La
Didascalia de los doce Apóstoles (26, 23, 4)
dice que los hombres “no quisieron obedecer a
nuestro Señor y Maestro, porque creyeron que su
palabra era dura como el hierro” (cf. Juan 6,
60; Vulgata 6, 61). Entretanto, Él nos dice que
es su Verdad la que nos hace libres (Juan 8, 31
s.) y que su yugo es una carga liviana (Mateo
11, 30). Véase 4, 18 ss. y nota.
*
23. Sobre risa y bromas, véase Proverbios 22,
10; Eclesiastés 7, 4 ss. y notas.
*
26 s. Nótese cómo Dios nos enseña aún las normas
de buena educación (31, 12).
*
28. Oigamos a este respecto las palabras de San
Agustín: “Puesto que elegís lo que queréis
comer, elegid también lo que debéis decir.
Hablad con vuestras obras más bien que con
vuestra lengua.”
*
29. Véase 8, 22; Proverbios 10, 14; 14, 33; 16,
C3. Admirable fórmula para distinguir entre la
indiscreción (20, 23) y la sinceridad y
conservar la franqueza sin decir demasiado. El
Espíritu Santo nos la da aquí, diciendo que el
corazón de los necios está en su boca, y la boca
de los sabios está en su corazón. Es decir que
el uno está todo vertido hacia afuera, el otro,
en cambio, atiende a lo interior recordando que
“sobre toda cosa guardada hemos de guardar el
corazón” (Proverbios 4, 23). El que así obra no
será indiscreto, pues “la boca habla, dice
Jesús, de la abundancia del corazón” (Mateo 12,
34). Entonces nuestra franqueza será siempre
plena delante de Dios y no tendrá más límites
que la justa desconfianza que Él nos enseña a
tener en todo ser humano (empezando por nosotros
mismos), teniendo con ellos “la prudencia de la
serpiente” mientras con Él podemos conservar “la
sencillez de la paloma” (Mateo 10, 16), para “no
dar el pan a los perros ni las perlas a los
cerdos”, según la fuerte expresión del divino
Maestro (Mateo 7, 6).
*
30. Diablo: Satán. En hebreo significa
originariamente acusador, calumniador, lo mismo
que el vocablo griego diablo.
*
31. Y será... hasta el final del
versículo falta en el texto original.
|