2 Macabeos |
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15 |
Onías se justifica delante del rey
1Mas
el mencionado Simón, que en daño de la patria había
denunciado aquel tesoro, hablaba mal de Onías, como si
éste hubiese instigado a Heliodoro a hacer tales cosas,
y sido el autor de aquellos males; 2y al
protector de la ciudad, al defensor de su nación, al
celador de la Ley de Dios, tenía el atrevimiento de
llamarle traidor del reino. 3Mas como estas
enemistades pasasen a tal extremo, que se cometían hasta
asesinatos por algunos amigos de Simón; 4considerando
Onías los peligros de la discordia, y que Apolonio,
gobernador de Celesiria y de Fenicia atizaba con su
furor la malignidad de Simón, 5*se
fue a presentar al rey, no para acusar a sus
conciudadanos, sino únicamente con el fin de atender al
bien de todo su pueblo, que era lo que él se proponía;
6pues estaba viendo que era imposible el
pacificar los ánimos, ni el contener la locura de Simón,
sin una providencia de rey.
Traición de Jasón
7*Más
después de la muerte de Seleuco, habiéndole sucedido en
el reino Antíoco, llamado el ilustre, Jasón, hermano de
Onías, aspiraba al pontificado. 8Pasó a
presentarse al rey, y le prometió trescientos sesenta
talentos de plata, y otros ochenta talentos por otros
títulos; 9*con
más otros ciento cincuenta que ofrecía dar si se le
concedía facultad de establecer un gimnasio, y una
efebia, y el que los moradores de Jerusalén gozasen del
derecho de que gozaban los ciudadanos de Antioquía.
Jasón introduce costumbres paganas
10Habiendole
otorgado el rey lo que pedía, y obtenido el principado,
comenzó al instante a hacer tomar a sus paisanos los
usos y costumbres de los gentiles. 11Y
desterrando la manera de vivir, que los reyes por un
efecto de su bondad a favor de los judíos habían
aprobado, mediante los oficios de Juan, padre de
Eupólemo, el que fue enviado de embajador a los romanos
para renovar la amistad y alianza, establecía Jasón
leyes perversas, trastornando los derechos legítimos de
los ciudadanos. 12*Pues
tuvo el atrevimiento de establecer bajo el alcázar
mismo, un gimnasio, y de exponer en lugares infames la
flor de la juventud; 13*siendo
esto no un principio, sino un progreso y consumación de
la vida pagana y extranjera, introducida con detestable
e inaudita maldad por el no sacerdote e impío Jasón.
14*Llegó
la cosa a tal estado, que los sacerdotes no se aplicaban
ya al ministerio del altar, sino que despreciando el
Templo y los sacrificios, corrían a la palestra, y a los
premios indignos, y a ejercitarse en el disco. 15Reputando
en nada los honores patrios, apreciaban más las glorias
de Grecia; 16por cuya adquisición se excitaba
entre ellos una peligrosa emulación; de suerte que
hacían alarde de imitar los usos de los griegos, y de
parecer semejantes a aquellos mismos que habían sido sus
mortales enemigos. 17*Pero
el obrar impíamente contra las leyes de Dios no queda
sin castigo, como se verá en los tiempos siguientes.
El impío Jasón costea los sacrificios de Hércules
18Como
se celebrasen en Tiro los juegos de cada cinco años, y
el rey estuviese presente, 19*envió
el malvado Jasón desde Jerusalén unos hombres perversos
a llevar trescientas didracmas para el sacrificio de
Hércules. Mas los mismos que las llevaron pidieron que
no se expendiesen en los sacrificios, por no ser
conveniente tal aplicación, sino que se empleasen en
otros objetos. 20Y así, aunque el donador de
estas dracmas las había ofrecido para el sacrificio de
Hércules, las emplearon, a instancias de los
conductores, en la construcción de galeras.
El rey Antíoco en Jerusalén
21*Mas
Antíoco, habiendo enviado a Egipto a Apolonio, hijo de
Mnesteo, a tratar con los grandes de la corte del rey
Ptolomeo Filometor, luego que vio que le impedía en el
manejo de los negocios de su reino, atendiendo sólo a
sus propios intereses, partió de allí, y se vino a Jope;
desde dónde pasó a Jerusalén, 22y recibido
con toda pompa por Jasón y por la ciudad, hizo su
entrada en ella en medio de luminarias y aclamaciones; y
desde allí volvió a Fenicia con su ejército.
Traición de Menelao
23Tres
años después envió Jasón a Menelao, hermano del
mencionado Simón, a llevar dinero al rey, y a recibir
órdenes de éste sobre negocios de importancia. 24Mas
habiéndose granjeado Menelao la voluntad del rey, porque
supo lisonjearle ensalzando la grandeza de su poder, se
alzó con el Sumo Sacerdocio, dando trescientos talentos
de plata más de lo que daba Jasón. 25Y
recibidas las órdenes del rey, se volvió. Y en verdad
que nada se veía en su persona digno del sacerdocio;
pues tenía el corazón de un cruel tirano, y la rabia de
una bestia feroz. 26De esta suerte Jasón, que
había vendido a su propio hermano, engañado ahora él
mismo, huyó como desterrado al país de los ammonitas.
27Menelao,
empero, así que obtuvo el principado, no se cuidó de
enviar al rey el dinero que le había prometido; no
obstante que Sóstrato, comandante del alcázar, le
estrechaba al pago, 28pues estaba a cargo de
éste la cobranza de los tributos. Por cuya causa fueron
citados ambos a comparecer ante el rey. 29*Y
Menelao fue depuesto del pontificado, sucediéndole su
hermano Lisímaco; y a Sóstrato le dieron el gobierno de
Chipre.
El Sumo Sacerdote Onías muere asesinado
30*Mientras
que sucedían estas cosas, los de Tarso y de Malo
excitaron una sedición, porque habían sido donados a
Antioquide, concubina del rey. 31Con este
motivo pasó el rey allá apresuradamente a fin de
apaciguarlos, dejando por su lugarteniente a Andrónico,
uno de sus amigos. 32Menelao, entonces,
creyendo que la ocasión era oportuna, hurtando del
Templo algunos vasos de oro, dio una parte de ellos a
Andrónico, y vendió la otra en Tiro, y en las ciudades
comarcanas. 33*Lo
que sabido con certeza por Onías, le reprendió por esta
acción desde un sitio de Antioquía, cercano a Dafne,
donde se hallaba refugiado. 34Por esta causa
pasó Menelao a ver a Andrónico y le rogó que hiciese
matar a Onías. Andrónico fue a visitar a Onías; y
habiéndole alargado su mano derecha, y jurado, le
persuadió (a pesar de que no se fiaba de él) a que
saliese del asilo; más al punto que salió le quitó la
vida, sin tener ningún miramiento a la justicia. 35*Con
cuyo motivo, no solamente los judíos, sino también las
demás naciones se irritaron, y llevaron muy a mal la
injusta muerte de un tan grande varón.
Castigo del asesino
36Y
así, habiendo el rey vuelto de Cilicia, se le
presentaron en Antioquía los judíos y los mismos griegos
a querellarse de la inicua muerte de Onías. 37Y
Antíoco, afligido en su corazón, y enternecido por la
muerte de Onías, prorrumpió en llanto, acordándose de la
moderación y modestia del difunto; 38y
encendiéndose en cólera, mandó que Andrónico, despojado
de la púrpura, fuese paseado por toda la ciudad; y que
en el mismo lugar en que este sacrílego había cometido
tal impiedad contra Onías, allí mismo se le quitase la
vida. Así le dio el Señor el merecido castigo.
Menelao es acusado pero absuelto, a pesar de sus
maldades
39Por
lo que hace a Lisímaco, habiendo cometido muchos
sacrilegios en el Templo a instigación de Menelao, y
esparcida la fama del mucho oro que de allí había
sacado, se sublevó el pueblo contra él. 40*Y
amotinándose las gentes, y encendidos en cólera los
ánimos, Lisímaco, armando como unos tres mil hombres,
capitaneados por un cierto Tirano, tan consumado en
malicia, como avanzado en edad, empezó a cometer
violencias. 41Mas luego que fueron conocidos
los intentos de Lisímaco, unos se armaron de piedras,
otros de gruesos garrotes, y otros arrojaron sobre él
ceniza. 42De cuyas resultas muchos quedaron
heridos, algunos quedaron muertos, y todos los restantes
fueron puestos en fuga, perdiendo también la vida, junto
al erario, el mismo sacrílego. 43De todos
estos desórdenes comenzó a acusarse a Menelao.
44Y
habiendo llegado el rey a Tiro, pasaron a darle quejas
sobre estos sucesos, tres diputados enviados por los
ancianos. 45Pero Menelao, conociendo que iba
a ser vencido, prometió a Ptolomeo una grande suma de
dinero, con tal que inclinase al rey en su favor.
46En efecto, Ptolomeo entró a ver al rey, que
estaba tomando el fresco en una galería, y le hizo mudar
de parecer; 47*de
tal suerte, que Menelao, reo de toda maldad, fue
absuelto de sus delitos; y a aquellos infelices, que en
un tribunal, aunque fuese de escitas, hubieran sido
declarados inocentes, los condenó a muerte. 48Fueron
castigados inmediatamente, contra toda justicia,
aquellos que habían sostenido la causa del pueblo y de
la ciudad, y la veneración de los vasos sagrados.
49Pero los mismos vecinos de Tiro, indignados de
semejante acción, se mostraron sumamente generosos en la
honrosa sepultura que les dieron. 50Entretanto,
Menelao conservaba la autoridad, por medio de la
avaricia de aquellos que tenían el poder, y crecía en
malicia para daño de sus conciudadanos.
*
5. Notemos la delicadeza de conciencia y la
caridad que muestra este proceder.
*
7. Sobre este
Antíoco el
Ilustre (en griego Epífanes), véase 1, 11 y
16 y notas. Jasón ambicionaba principalmente el
poder político. Cf. versículo 23 ss.
*
9. Era imposible que Jasón pagase de su peculio
tan inmensas sumas. Su intención era, sin duda,
apoderarse del tesoro del Templo.
Gimnasio:
edificio y patios para ejercicios físicos, según
las costumbres paganas (1 Macabeos 1, 15 y
nota). Gimnasio viene de
gimnos
(desnudo). Ese nombre se le dio a esta
institución porque los ejercicios se hacían con
el cuerpo desnudo. Cf. lo que dice el salmista
de los músculos del hombre (Salmo 148, 10 y
nota). Según San Pablo, el ejercicio corporal es
útil para pocas cosas, en tanto que la piedad es
útil para todas las cosas (I Timoteo 4, 8).
Efebia:
parte del gimnasio reservado a los jóvenes.
*
12.
Exponer en lugares infames: El griego:
obligar a
la juventud a llevar el petaso (sombrero de
Mercurio).
*
13. Jasón aunque oriundo de familia sacerdotal,
no podía ejercer legítimamente las funciones de
Sumo Sacerdote porque era un usurpador.
*
14 ss. Esta paganización de Israel, origen de
tantos males, es también una lección para
nosotros, porque la misma tendencia se
manifiesta hoy en la civilización moderna, que
busca en los clásicos antiguos o del
Renacimiento las fuentes de la sabiduría que
solamente están en el Libro divino (Nehemías 9,
6 y nota).
*
17. Los que abandonan la Ley del Señor, se
encaminan a la muerte (Baruc 4, 1). “Execrada
será la oración de aquel que cierra los oídos
para no escuchar la Ley” (Proverbios 28, 9).
*
19. Hércules reemplazaba en Tiro al ídolo
Melkart, dios nacional de los tirios. A tal
punto había llegado la depravación de este
pontífice intruso. Ejemplos como éste nos hacen
vislumbrar en qué grado cundía el paganismo en
el pueblo escogido, y cuan grandes esfuerzos
eran necesarios para desterrarlo
definitivamente.
*
21. Ptolomeo VI Filometor reinó de 181 a 145 a.
C.
24. El traidor
Jasón es traicionado a su vez por su propio
amigo Menelao. Esta fue la primera etapa de su
caída; las otras se narran en el capítulo 5.
*
29. La variante griega dice:
Y Menelao dejó a su hermano Lisímaco como suplente en el sacerdocio, y
Sóstrato (dejó como suplente) a Crates, el cual
era gobernador de Chipre.
*
30. Era costumbre de los potentados antiguos
regalar a sus amigos y favoritas una u otra
ciudad para sus rentas personales. Cf. I
Macabeos 10, 39.
Tarso
y Malo
(Mallus) eran ciudades importantes de Cilicia.
En la primera nació San Pablo.
*
33. Dafne,
en las proximidades de Antioquía. Había allí un
bosque sagrado con un santuario de Apolo y
Artemis, al cual peregrinaban muchos devotos de
esos dioses.
*
35. Aun después de muerto, Onías no dejó de orar
por su pueblo, como se ve en la visión que tuvo
Judas Macabeo antes de la victoria sobre
Nicanor. Véase 15, 12; 15, 14 y nota.
*
40. Un
cierto Tirano; según algunos códices
griegos:
un cierto Auranos.
*
47.
Escitas, bárbaros que vivían en la Crimea y
servían como mercenarios en los ejércitos de los
príncipes asiáticos. Un grupo de este pueblo se
radicó en Palestina en la ciudad de Betsán, la
cual de ellos recibió el nombre de Escitópolis.
Lo que aquí se lee basta para mostrar que los
escitas no podían ser judíos como sostienen los
defensores de British Israel, según los cuales
los escoceses fuesen descendientes de esos
escitas judíos. Véase 12, 29 s.
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