| Zacarías 8 | 
| 1 | 2 | 3 | 4 | 5 | 6 | 7 | 
| 08 | 09 | 10 | 11 | 12 | 13 | 14 | 
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					Amor de Dios a su pueblo
					1*Y 
					llegó esta palabra de parte de Yahvé: 2 “Así dice 
					Yahvé de los ejércitos:  
					
					Tengo grandes celos de Sión, 
					y 
					un gran furor se ha apoderado de Mí en favor de ella. 
					3*Así 
					dice Yahvé: Me he vuelto a Sión, y moraré en medio de 
					Jerusalén; y Jerusalén será llamada la ciudad fiel; y el 
					monte de Yahvé de los ejércitos, monte santo. 
					4*Así 
					dice Yahvé de los ejércitos: Aun se sentarán en las plazas 
					de Jerusalén ancianos y ancianas, que por su edad avanzada 
					llevarán cada cual su bastón en la mano; 5y las 
					calles de la ciudad estarán llenas de muchachos y muchachas 
					que jugarán en ellas. 
					6*Así 
					dice Yahvé de los ejércitos: Si esto en aquellos días parece 
					cosa imposible a los ojos del resto de este pueblo, 
					¿parecerá acaso imposible también a mis ojos?, dice Yahvé de 
					los ejércitos. 
					7*Así 
					dice Yahvé de los ejércitos: 
					He 
					aquí que salvaré a mi pueblo de la tierra del Oriente, 
					y 
					de la tierra donde se pone el sol; 
					8*y 
					los traeré, 
					y 
					habitarán en medio de Jerusalén; 
					y 
					serán mi pueblo, 
					y 
					Yo seré su Dios, 
					en 
					verdad y en justicia. 
					
					Bendiciones por la reconstrucción del Templo
					9*Así 
					dice Yahvé de los ejércitos: Confórtense las manos de 
					vosotros, los que en estos días oís las palabras de boca de 
					los profetas que 
					(hablaron) en el día en que se echaron los cimientos de 
					la Casa de Yahvé de los ejércitos para que fuese reedificado 
					el Templo. 
					10*Porque 
					antes de ese tiempo 
					no 
					había jornal para los hombres, 
					ni 
					jornal para las bestias; 
					ni 
					había paz para quienes salían o entraban, 
					a 
					causa del enemigo; 
					
					habiendo Yo lanzado 
					a 
					todos los hombres unos contra otros. 
					11Mas 
					ahora no haré más con el resto de este pueblo 
					lo 
					que hice en los días pasados, 
					
					dice Yahvé de los ejércitos. 
					12*Porque 
					la siembra prosperará, 
					la 
					vid dará su fruto, 
					la 
					tierra sus productos y el cielo su rocío; 
					y 
					Yo daré al resto de este pueblo 
					
					todo esto como herencia. 
					13*Y 
					así como fuisteis objeto de maldición entre los pueblos, oh 
					casa de Judá y casa de Israel, de la misma manera os salvaré 
					y seréis una bendición. No temáis, antes bien confórtense 
					vuestras manos. 14Pues así dice Yahvé de los 
					ejércitos: Al modo que Yo había pensado haceros mal, cuando 
					vuestros padres provocaron mi ira, dice Yahvé de los 
					ejércitos, y Yo no me arrepentí, 15así, al 
					contrario, he pensado en estos días hacer bien a Jerusalén y 
					a la casa de Judá. ¡No tengáis miedo! 
					16*Estas 
					son las cosas que habéis de hacer: Cada uno hable verdad con 
					su prójimo; juzgad en vuestros tribunales según la verdad y 
					en favor de la paz. 17No maquinéis en vuestros 
					corazones el mal contra vuestro prójimo, ni améis el 
					juramento falso; porque aborrezco todo esto”, dice Yahvé. 
					18Y 
					me llegó esta palabra de parte de Yahvé de los ejércitos:
					19*
					
					
					“Así dice Yahvé de los ejércitos: El ayuno del
					(mes) cuarto, el 
					ayuno del quinto, el ayuno del séptimo, y el ayuno del 
					décimo, se tornarán para la casa de Judá en gozo y regocijo, 
					y en fiestas alegres, con tal que améis la verdad y la paz. 
					
					Vocación de los gentiles
					20*Así 
					dice Yahvé de los ejércitos: Aun han de venir pueblos, y los 
					habitantes de muchas ciudades; 21y los moradores 
					de una irán a decir a la otra: «Vamos a implorar el favor de 
					Yahvé, y a buscar a Yahvé de los ejércitos. Iré también yo».
					22Y muchos pueblos y naciones poderosas vendrán a 
					buscar a Yahvé de los ejércitos en Jerusalén, y a implorar 
					el favor de Yahvé. 
					23Así 
					dice Yahvé de los ejércitos: En aquellos días diez hombres 
					de todas las lenguas de las naciones, se asirán, sí, se 
					asirán de la falda 
					(del manto) de un judío, y dirán: «Iremos con vosotros, 
					porque hemos oído que con vosotros está Dios».” 
							
							
							
							
							* 
							1 ss. En este capítulo continúa la respuesta del 
							capítulo precedente y se dan siete preciosos 
							vaticinios sobre el cambio que se producirá en 
							Jerusalén cuando Dios vuelva a habitar en la Casa 
							del Señor (versículo 3). El duelo se convertirá en 
							gozo (versículo 19); Jerusalén será santa y morada 
							de Dios (versículo 3); rebosará no solamente de 
							bendiciones espirituales, sino también de bienes 
							temporales: Habrá cosechas abundantes, los 
							desterrados volverán, y en las calles se verán 
							ancianos felices que se alegran como niños más 
							felices aún. Todas estas imágenes reflejan la 
							perfección del nuevo reino teocrático. “Así dice 
							Yahvé” (versículo 2): muestra evidentemente, 
							como observa ya San Jerónimo, que estos anuncios no 
							eran un simple reflejo de las esperanzas del 
							profeta, sino promesas divinas (véase Isaías 7, 14; 
							Ezequiel 12, 24; 36, 33 y notas). Grandes celos
							(versículo 2): Véase 1, 14; Éxodo 20, 5; 34, 14; 
							Jeremías 2, 2 ss.; Ezequiel 5, 13; Oseas 2, 4 ss., 
							etc. Sobre su cumplimiento cf. versículo 6 y nota. 
							
							
							
							
							* 
							3. Ciudad 
							fiel, porque en ella será practicada de nuevo la 
							fidelidad y obediencia a la ley de Dios. Cf. la 
							misma expresión en Isaías 1, 26. 
							
							
							
							
							* 
							4. Sobre esta longevidad cf. Isaías 65, 20. 
							
							
							
							
							* 
							6. El resto de 
							este pueblo: cf. versículo 12. “En la época en 
							que estas cosas se realicen, parecerán maravillosas 
							a los ojos del pueblo, mas no a los ojos de Aquel 
							que las habrá cumplido” (Fillion). Gramática cita 
							aquí el Salmo 117, 23. Véase nuestra nota al 
							versículo 25 de dicho Salmo. Cf. Mateo 23, 39; 
							Romanos 11, 25 ss.; Jeremías 30, 3 y nota. 
							
							
							
							
							* 
							7. Profecía que se refiere a los israelitas 
							desterrados y dispersos entre los pueblos gentiles. 
							Véase versículo 13; Isaías 43, 5-6; Ez- 37, 21; Joel 
							3, 6. 
							
							
							
							
							* 
							8. Serán mi 
							pueblo: Cf. Levítico 26, 12; III Reyes 8, 51; 
							Salmo 78, 13; 99, 3; Jeremías 7, 23; Ezequiel 37, 
							27, etc. Compárese este pasaje con Jeremías 31, 31 
							ss., citado por San Pablo en Hebreos 8, 8 ss. 
							
							
							
							
							* 
							9. Los profetas a los cuales Zacarías se refiere, 
							son él mismo y su contemporáneo Ageo. que hablaron
							en el día (así el hebreo) o 
							desde el día (así los Setenta) en que se empezó 
							el Templo. Desgraciadamente Israel seguiría siendo 
							sorda (cf. 6, 15; 7, 13), como lo fue también al 
							anuncio del Bautista (Juan 1, 19; Ageo 2, 10 y 20 y 
							notas). 
							
							
							
							
							* 
							10. Véase Ageo 1, 6 y 9-11; 2, 17-20. Sobre el 
							trabajo sin utilidad en materia espiritual alecciona 
							San Pablo a los cristianos en I Corintios 3, 12 ss.; 
							13, 1 ss., etc. 
							
							
							
							
							* 
							12. Habrá una perfecta armonía entre la tierra y el 
							cielo: “Aquélla dará sus mejores jugos, éste sus 
							lluvias y su rocío.” Cf. Joel 2, 21 ss.; Malaquías 
							3, 8-12 y notas. 
							
							
							
							
							* 
							13. Esta profecía reviste máxima importancia por 
							referirse no solamente a los de Judá sino también a 
							las diez tribus del reino de Israel, que nunca 
							volvieron del exilio (cf. 10, 6; 11, 4 y notas). Su 
							carácter es, pues, mesiánico. Véase anuncios 
							semejantes en 10, 6; Isaías 11, 12 y 16; 27, 13; 
							Jeremías 3. 12 y 18 ss.; 31, 1; 33, 14; Ezequiel 16, 
							53; 20, 40 ss.; 37, 15-23; 39, 25 ss., etc.
							Seréis 
							bendición: Véase Miqueas 5, 7 y nota. 
							
							
							
							
							* 
							16 s. Véase versículo 1; 5, 3 s.; 7, 9 s. y notas. 
							San Pablo alude a esto en Efesios 4, 25. 
							
							
							
							
							* 
							19. Los judíos observaban después del cautiverio 
							estos cuatro días de ayuno rememorando las 
							calamidades caídas sobre Jerusalén: el primero 
							recordaba la toma de Jerusalén por Nabucodonosor 
							(587); el segundo, la destrucción del Templo; el 
							tercero, el asesinato de Godolías; el cuarto, el 
							comienzo del asedio de Jerusalén. Cf. 7, 3 y 6 s. y 
							nota. 
							
							
							
							
							* 
							20 ss. He aquí la culminación de la divina promesa. 
							No solamente los judíos formarán la nueva nación 
							teocrática, sino también, junto con ellos, todos los 
							gentiles convertidos. Véase Ezequiel 47, 22 s.
							Los habitantes 
							de muchas ciudades. Los paganos se estimulan 
							mutuamente a ir a buscar al Señor (versículo 21). 
							Véase en 14, 16-19 un anuncio semejante, y cómo el 
							pecado de los gentiles consistirá en su 
							incumplimiento. Análogas profecías mesiánicas se 
							encuentran en Isaías 2, 2 ss.; Miqueas 4, 1 ss., 
							etc. 'Cf. 2, 11; Juan 4, 22. 
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