Deuteronomio
1 | 2 | 3 | 4 | 5 | 6 | 7 |
8 | 9 | 10 | 11 | 12 | 13 | 14 |
15 | 16 | 17 | 18 | 19 | 20 | 21 |
22 | 23 | 24 | 25 | 26 | 27 | 28 |
29 | 30 | 31 | 32 | 33 | 34 |
Capítulo 11: Deuteronomio
11
Acontecimientos aleccionadores para Israel
11 1 Amarás al Señor, tu Dios, y observarás siempre sus
prescripciones, sus preceptos, sus leyes y sus mandamientos. 2
Ustedes –y no sus hijos, que no han conocido ni experimentado la
lección del Señor– son los que conocen hoy su grandeza, el poder de
su mano y la fuerza de su brazo; 3 los signos y las obras que
realizó en Egipto contra el Faraón, rey de Egipto, y contra todo su
país; 4 lo que hizo con el ejército egipcio, con su caballería y sus
carros de guerra, cuando se lanzaron en persecución de ustedes y él
desencadenó contra ellos las aguas del Mar Rojo, y los hizo
desaparecer hasta el día de hoy; 5 lo que hizo por ustedes en el
desierto, hasta que llegaron a este lugar; 6 y la manera como trató
a Datán y a Abirón, los hijos de Eliab, el rubenita, cuando la
tierra abrió sus fauces y los devoró junto con sus familias, sus
carpas, y todos sus secuaces, en medio de todo Israel. 7 Sí, son
ustedes los que han visto, con sus propios ojos, la gran obra que
realizó el Señor.
Promesas y amenazas
8 Observen todos los mandamientos que hoy les prescribo. Así tendrán
la fuerza necesaria para ir a conquistar el país del que ustedes van
a tomar posesión, 9 y podrán vivir largo tiempo en la tierra que el
Señor juró dar a sus padres y a su descendencia, tierra que mana
leche y miel.
10 Porque la tierra que tú vas a tomar en posesión no es como
Egipto, el país de donde ustedes salieron. Allí sembrabas tu
semilla, y luego tenías que regar con tu pie, como se riega una
huerta. 11 En cambio, la tierra que vas a tomar en posesión es una
región de montañas y valles regados por la lluvia del cielo, 12 y
está bajo el cuidado constante del Señor, tu Dios. Sobre ella
permanecen fijos los ojos del Señor, tu Dios, desde el comienzo
hasta el fin del año. 13 Y si ustedes obedecen fielmente los
mandamientos que hoy les impongo, amando al Señor, su Dios, y
sirviéndolo de todo corazón y con toda el alma, 14 yo enviaré lluvia
a la tierra en el momento oportuno –lluvia de otoño y de primavera–
y podrás recoger tu trigo, tu vino nuevo y tu aceite. 15 Haré crecer
en tus campos pasto para tu ganado, y comerás hasta saciarte.
16 Pero tengan cuidado, no sea que sus corazones se dejen seducir, y
ustedes se extravíen, sirviendo a otros dioses y postrándose delante
de ellos. 17 Porque entonces la ira del Señor arderá contra ustedes:
él cerrará el cielo y ya no habrá más lluvia; el suelo dejará de dar
sus frutos, y ustedes no tardarán en desaparecer de esta tierra
fértil que les da el Señor.
18 Graben estas palabras en lo más íntimo de su corazón. Átenlas a
sus manos como un signo, y que sean como una marca sobre su frente.
19 Enséñalas a tus hijos, inculcándoselas cuando estés en tu casa y
cuando vayas de viaje, al acostarte y al levantarte. 20 Escríbelas
en las puertas de tu casa y en sus postes. 21 Así, mientras haya
cielo sobre la tierra, durarán tus días y los de tus hijos en el
suelo que el Señor juró dar a tus padres.
22 Porque si observan realmente todo este mandamiento que yo les
doy, amando al Señor, su Dios, siguiendo siempre sus caminos y
siendo en todo fieles a él, 23 el Señor desposeerá delante de
ustedes a todas esas naciones, y así podrán conquistarlas, aunque
sean más grandes y fuertes que ustedes.
24 Todos los lugares donde pongan la planta de sus pies, les
pertenecerán. Y estas serán sus fronteras: desde el desierto, el
Líbano y el río Éufrates, hasta el mar occidental. 25 Nadie podrá
resistirles, porque el Señor, su Dios, sembrará el pánico y el
terror en todo el territorio por donde ustedes pasen, como él mismo
les ha prometido.
La alternativa propuesta por el Señor a Israel
26 Yo pongo hoy delante de ustedes una bendición y una maldición.
27
Bendición, si obedecen los mandamientos del Señor, su Dios, que hoy
les impongo. 28 Maldición, si desobedecen esos mandamientos y se
apartan del camino que yo les señalo, para ir detrás de dioses
extraños, que ustedes no han conocido. 29 Y cuando el Señor, tu
Dios, te introduzca en la tierra de la que vas a tomar posesión,
pondrás la bendición sobre el monte Garizín y la maldición sobre el
monte Ebal.
30 Estas montañas se encuentran, como es sabido, al otro lado del
Jordán, detrás del camino del oeste, en el país de los cananeos que
habitan en la Arabá, frente a Guilgal, cerca de la encina de Moré.
31 Porque ustedes van a cruzar el Jordán para ir a tomar posesión de
la tierra que les da el Señor, su Dios. Cuando la posean y vivan en
ella, 32 cumplan fielmente todos los preceptos y leyes que hoy les
impongo.
Fuente: Catholic.net