Libro Segundo de los Reyes
1 | 2 | 3 | 4 | 5 | 6 | 7 |
8 | 9 | 10 | 11 | 12 | 13 | 14 |
15 | 16 | 17 | 18 | 19 | 20 | 21 |
22 | 23 | 24 | 25 |
Capítulo 1: 2 Reyes 1
El profeta Elías y la muerte de Ocozías
1 1 Después de la muerte de Ajab, Moab se sublevó contra Israel.
2 Ocozías se cayó por el balcón del piso alto de su casa, en
Samaría, y quedó malherido. Entonces envió unos mensajeros con este
encargo: “Vayan a consultar a Baal Zebub, el dios de Ecrón, si me
repondré de mis heridas”.
3 Pero el Ángel del Señor dijo a Elías, el tisbita: “Sube al
encuentro de los mensajeros del rey de Samaría, y diles: ¿Acaso no
hay Dios en Israel, para que ustedes vayan a consultar a Baal Zebub,
el dios de Ecrón?
4 Por eso, así habla el Señor: No te levantarás del lecho en el que
te has acostado, porque morirás irremediablemente”. Y Elías se fue.
5 Los mensajeros regresaron, y el rey les preguntó: “¿Cómo es que
están de vuelta?”.
6 Ellos le dijeron: “Un hombre nos salió al encuentro y nos dijo:
Vuelvan a ver al rey que los ha enviado y díganle: Así habla el
Señor: ¿Acaso no hay Dios en Israel, para que tú mandes a consultar
a Baal Zebub, el dios de Ecrón? Por eso, no te levantarás del lecho
en el que te has acostado, porque morirás irremediablemente”.
7 El rey les preguntó: “¿Cómo era el hombre que subió al encuentro
de ustedes y les dijo esas palabras?”.
8 Ellos le respondieron: “Era un hombre con un manto de piel y con
un cinturón de cuero ajustado a la cintura”. Entonces el rey
exclamó: “¡Es Elías, el tisbita!”.
9 El rey envió a un oficial con sus cincuenta hombres para buscar a
Elías. Cuando él subió a buscarlo, lo encontró sentado en la cumbre
de la montaña, y le dijo: “Hombre de Dios, el rey ha dicho que
bajes”.
10 Elías respondió al oficial: “Si yo soy un hombre de Dios, que
baje fuego del cielo y te devore, a ti y a tus cincuenta hombres”. Y
bajó fuego del cielo y lo devoró, a él y a sus cincuenta hombres.
11 El rey le volvió a enviar otro oficial con sus cincuenta hombres.
Este tomó la palabra y dijo a Elías: “Hombre de Dios, así habla el
rey: Baja en seguida”.
12 Elías le respondió: “Si yo soy un hombre de Dios, que baje fuego
del cielo y te devore, a ti y a tus cincuenta hombres”. Y bajó fuego
del cielo y lo devoró, a él y a sus cincuenta hombres.
13 El rey volvió a enviar a un tercer oficial con sus cincuenta
hombres. El tercer oficial subió y, al llegar, se puso de rodillas
frente a Elías y le suplicó, diciendo: “Hombre de Dios, por favor,
que mi vida y la vida de estos cincuenta servidores tuyos tengan
algún valor a tus ojos.
14 Ya ha bajado fuego del cielo y ha devorado a los dos oficiales
anteriores con sus cincuenta hombres. Pero ahora, ¡que mi vida tenga
algún valor a tus ojos!”.
15 El Ángel del Señor dijo a Elías: “Baja con él, no le temas”.
Elías se levantó, bajó con él a presentarse ante el rey, 16 y le
dijo: “Así habla el Señor: Por haber enviado mensajeros a consultar
a Baal Zebub, el dios de Ecrón, como si no hubiera Dios en Israel
para consultar su palabra, por eso, no te levantarás del lecho donde
te has acostado, morirás irremediablemente”.
17 El rey murió, conforme a la palabra del Señor que había
pronunciado Elías. En lugar de él reinó su hermano Jorám, en el
segundo año de Jorám, hijo de Josafat, rey de Judá; porque Ocozías
no tenía hijos.
18 El resto de los hechos de Ocozías, lo que él hizo, ¿no está
escrito en el libro de los Anales de los reyes de Israel?
EL CICLO DE ELISEO
A diferencia de Elías, el profeta intransigente y solitario,
Eliseo vive en estrecho contacto con las comunidades proféticas que
solían encontrarse en las inmediaciones de los santuarios
israelitas. En el ciclo que relata su actividad, pueden distinguirse
fácilmente dos series de narraciones, de índole bastante diversa. La
primera reúne un conjunto de relatos breves, de carácter más bien
anecdótico y popular, en los que predomina el gusto por lo
maravilloso. Eliseo aparece como un taumaturgo dotado de
extraordinarios poderes sobrenaturales, que le permiten realizar
toda clase de milagros en favor de los pobres y necesitados.
La otra serie de relatos presenta a este profeta plenamente
comprometido con la vida política de Israel. Como ferviente
patriota, él defiende la causa de su pueblo contra las naciones
enemigas, aconseja a los reyes, los acompaña en sus guerras y
preanuncia sus victorias. En su ardiente celo religioso llega
incluso a apoyar la sangrienta rebelión de Jehú contra la dinastía
reinante, demasiado complaciente con el paganismo cananeo. Así, a
través de Eliseo, el movimiento profético sigue luchando por
mantener incontaminada la fe de Israel.
Fuente: Catholic.net