I Macabeos |
1 | 2 | 3 | 4 | 5 | 6 | 7 |
8 | 9 | 10 | 11 | 12 | 13 | 14 |
15 | 16 |
Jonatás recibe grandes favores de parte del rey Demetrio
1*El
año ciento sesenta Alejandro, hijo de Antíoco el
ilustre, subió a ocupar a Tolemaida, y fue recibido, y
empezó allí a reinar. 2Así que lo supo el rey
Demetrio, levantó un poderoso ejército, y marchó a
pelear contra él. 3Envió también una carta a
Jonatás llena de paz y de grandes elogios. 4Porque
pensó: Anticipémonos a hacer con él la paz, antes que la
haga con Alejandro en daño nuestro; 5pues él
se acordará de los males que le hemos hecho tanto a él
como a su hermano y a su nación. 6Le dio
facultad para levantar un ejército y fabricar armas; le
declaró su aliado, y mandó que se le entregasen los que
estaban en rehenes en el alcázar.
Reedificación y fortificación de la ciudad
7Entonces Jonatás pasó a
Jerusalén, y leyó las cartas delante de todo el pueblo,
y de los que estaban en el alcázar; 8y se
intimidaron estos en gran manera al oír que el rey le
daba facultad de levantar un ejército. 9Se
entregaron luego a Jonatás los rehenes, el cual los
volvió a sus padres. 10*Fijó
Jonatás su residencia en Jerusalén, y comenzó a
reedificar y restaurar la ciudad. 11*Y
mandó a los arquitectos que levantasen una muralla de
piedras cuadradas alrededor del monte Sión, para que
quedase bien fortificado; y así lo hicieron. 12Entonces
los extranjeros que estaban en las fortalezas
construidas por Báquides, huyeron, 13y
abandonando sus puestos se fue cada cual a su país.
14Sólo en Betsura quedaron algunos de aquellos que
habían abandonado la Ley y los preceptos de Dios; porque
esta fortaleza era su refugio.
El pretendiente Alejandro nombra a Jonatás sumo
sacerdote
15Entretanto llegaron a oídos
de Alejandro las promesas que Demetrio había hecho a
Jonatás, y le contaron las batallas y acciones gloriosas
de Jonatás y de sus hermanos, y los trabajos que habían
padecido. 16Y dijo: “¿Podrá haber acaso otro
varón como éste? Pensemos, pues, en hacerle nuestro
amigo y aliado”. 17Con esta mira le escribió,
enviándole una carta concebida en los términos
siguientes: 18“El rey Alejandro a su hermano
Jonatás, salud: 19Hemos sabido que eres un
hombre de valor, y digno de ser nuestro amigo. 20*Por
lo tanto, te constituimos hoy Sumo Sacerdote de tu
nación, y queremos además que tengas el título de amigo
del rey, y que tus intereses estén unidos a los
nuestros, y que conserves amistad con nosotros”. Y le
envió la vestidura de púrpura y la corona de oro.
21*En
efecto, en el séptimo mes del año ciento sesenta,
Jonatás se vistió la estola santa, en el día solemne de
los tabernáculos; y levantó un ejército, e hizo fabricar
gran multitud de armas.
Demetrio promete nuevos y grandes favores
22Así que supo Demetrio estas
cosas se entristeció sobremanera, y dijo: 23“¿Cómo
hemos dado lugar a que Alejandro se nos haya adelantado
en conciliar la amistad de los judíos para fortalecer su
partido? 24Voy yo también a escribirles
cortésmente, ofreciéndoles dignidades y dádivas, para
empeñarlos a unirse conmigo en mi auxilio”. 25Y
les escribió en estos términos: “El rey Demetrio a la
nación de los judíos, salud: 26*Hemos
sabido, con mucho placer, que habéis mantenido la
alianza que teníais hecha con nosotros; y que sois
constantes en nuestra amistad, sin haberos coligado con
nuestros enemigos. 27Perseverad como hasta
aquí, guardándonos la misma fidelidad, y os
recompensaremos ampliamente lo que habéis hecho por
nosotros. 28Os perdonaremos muchos impuestos,
y os haremos muchas gracias. 29*Desde
ahora a vosotros y a todos los judíos os eximo de
tributos; os condono los impuestos sobre la sal; os
perdono las coronas y la tercera parte de la simiente.
30*Además
os cedo, desde hoy en adelante, la mitad de los frutos
de los árboles, que me corresponde, por lo cual no se
exigirá más de la tierra de Judá, ni tampoco de las tres
ciudades de Samaría y de Galilea que se le han agregado;
y así será desde hoy para siempre.
31Quiero también que
Jerusalén sea santa, y que quede libre con todo su
territorio, y que los diezmos y tributos sean para ella.
32*Os
entrego también el alcázar de Jerusalén, y se lo doy al
Sumo Sacerdote para que ponga en él la gente que él
mismo escogiere para su defensa. 33Concedo
además gratuitamente la libertad a todos los judíos que
se trajeron cautivos de la tierra de Judá, en cualquier
parte de mi reino que se hallen, eximiéndolos de pagar
tributos por sí y también por sus ganados. 34*Todos
los días solemnes, los sábados, las neomenias y los días
establecidos, y los tres días antes y después de una
fiesta solemne, sean días de inmunidad y de libertad
para todos los judíos que hay en mi reino; 35de
modo que nadie podrá proceder contra ellos, ni llamarlos
a juicio por ningún motivo.
36*Sean
también admitidos en el ejército del rey hasta treinta
mil judíos, los cuales serán mantenidos de igual modo
que todas las tropas reales, y se echará mano de ellos
para ponerlos de guarnición en las fortalezas del gran
rey.
37Igualmente se escogerán de
éstos algunas personas, a las cuales se encarguen los
negocios del reino que exigen gran confianza. Sus jefes
serán elegidos de entre ellos mismos, y vivirán conforme
a sus leyes, según el rey ha ordenado para el país de
Judá.
38Repútense asimismo en un
todo, como la misma Judea, las tres ciudades de la
provincia de Samaría incorporadas a Judea, de suerte que
no dependan más que de un jefe, ni reconozcan otra
potestad que la del Sumo Sacerdote.
39Hago donación de Tolemaida
con su territorio al Templo de Jerusalén para los gastos
necesarios del Santuario; 40*y
le consigno todos los años quince mil siclos de plata de
los derechos reales que me pertenecen. 41Y
todo aquello que ha quedado atrasado, y han dejado de
pagar mis administradores en los años precedentes, se
entregará desde ahora para la reparación del Templo.
42*Y
por lo que hace a los cinco mil siclos de plata que
aquéllos recaudaban cada año por cuenta de las rentas
del Santuario, también pertenecerán éstos a los
sacerdotes que están ejerciendo las funciones de su
ministerio.
43Asimismo todos aquellos
que, siendo responsables al rey, por cualquier motivo
que sea se refugiaren en el Templo de Jerusalén, o en
cualquier parte de su recinto, quedarán inmunes, y
gozarán libremente de todos los bienes que posean en mi
reino. 44Y el gasto de lo que se edifique o
repare en el Santuario correrá por cuenta del rey;
45como también lo que se gaste para restaurar los
muros de Jerusalén, y fortificarlos por todo alrededor,
y para las murallas que deben levantarse en Judea.
Jonatás desconfía del rey Demetrio y presta su ayuda a
Alejandro
46Habiendo oído Jonatás y el
pueblo estas proposiciones, no las creyeron sinceras, ni
las quisieron aceptar; porque se acordaban de los
grandes males que había hecho en Israel, y cuan
duramente los había oprimido. 47Y así se
inclinaron más bien a complacer a Alejandro, pues había
sido el primero que les había hablado de paz, y con
efecto le auxiliaron constantemente.
48*En
esto, juntó el rey Alejandro un grande ejército, y
marchó con sus tropas contra Demetrio. 49Y se
dieron la batalla ambos reyes; y habiendo sido puestas
en fuga las tropas de Demetrio las fue siguiendo
Alejandro, y cargó sobre ellas. 50*Fue
muy recio el combate, hasta ponerse el sol; y murió
Demetrio en aquel día.
Alianza de Alejandro con Egipto
51Después
de esto Alejandro envió sus embajadores a Ptolomeo, rey
de Egipto, para que le dijesen: 52“Puesto que
he vuelto a mi reino, y me hallo sentado en el trono de
mis padres, y he recobrado mis estados, y entrado en
posesión de mis dominios con la derrota de Demetrio,
53a quien deshice en batalla campal, por cuyo
motivo ocupo el trono que él poseía; 54establezcamos
ahora entre nosotros una mutua amistad; y concédeme por
esposa a tu hija, con lo cual seré yo tu yerno, y te
presentaré tanto a ti como a ella regalos dignos de tu
persona.”
55A
lo que el rey Ptolomeo respondió diciendo: “¡Bendito sea
el día en que has vuelto a entrar en la tierra de tus
padres, y te has sentado en el trono de su reino!
56Yo estoy pronto a concederte lo que me has
escrito; mas ven hasta Tolemaida, para que nos veamos
allí ambos, y te entregue yo mi hija por esposa,
conforme me pides.”
57*Partió
Ptolomeo de Egipto con su hija Cleopatra, y vino a
Tolemaida el año ciento sesenta y dos. 58Y
fue Alejandro a encontrarla allí; y Ptolomeo le dio su
hija Cleopatra por esposa, celebrándose sus bodas en
dicha ciudad de Tolemaida, con una magnificencia
verdaderamente real.
Jonatás es invitado por Alejandro y colmado de honores
59El
rey Alejandro escribió también a Jonatás que viniese a
verle; 60y en efecto, habiendo pasado a
Tolemaida con grande pompa, visitó a los dos reyes, les
presentó mucha plata y oro y regalos, y ellos le
recibieron con mucho agrado. 61Entonces
algunos hombres corrompidos y malvados de Israel se
conjuraron para presentar una acusación contra él; mas
el rey no quiso darles oídos. 62Antes bien
mandó que a Jonatás le quitasen sus vestidos, y le
revistiesen de púrpura. Y así se ejecutó. Después de lo
cual, el rey le mandó sentar a su lado.
63*Luego
dijo a sus magnates: “Id con él por medio de la ciudad,
y haced publicar que nadie por ningún título forme
acusación contra él, ni le moleste, sea por cualquier
cosa que fuere”. 64Así que los acusadores
vieron la honra que se hacía a Jonatás, y lo que se
había pregonado, y cómo iba revestido de púrpura,
echaron a huir todos. 65El rey le elevó a
grandes honores, y le contó entre sus principales
amigos. Le hizo general, y le dio parte en el gobierno.
66Después de lo cual se volvió Jonatás a
Jerusalén en paz, y lleno de gozo.
Jonatás se apodera de Jope y derrota a Apolonio
67*El
año ciento sesenta y cinco, Demetrio, hijo de Demetrio,
vino desde Creta a la tierra de sus padres; 68y
habiéndolo sabido el rey Alejandro, tuvo de ello gran
pena, y se volvió a Antioquía. 69Y el rey
Demetrio hizo general de sus tropas a Apolonio, que era
gobernador de la Celesiria, el cual juntó un grande
ejército, y se acercó a Jamnia, 70y envió a
decir a Jonatás, Sumo Sacerdote, estas palabras: “Tú
eres el único que nos haces resistencia; y yo he llegado
a ser un objeto de escarnio y oprobio, a causa de que tú
te haces fuerte en los montes contra nosotros. 71*Ahora
bien si tienes confianza en tus tropas, desciende a la
llanura, y mediremos allí nuestras fuerzas; pues el
valor militar en mí reside. 72Infórmate,
sino, y sabrás quién soy yo, y quiénes son los que
vienen en mi ayuda; los cuales dicen que vosotros no
podréis sosteneros en nuestra presencia; porque dos
veces fueron tus mayores puestos en fuga en su propio
país. 73¿Cómo ahora podrás resistir el ímpetu
de la caballería y de un ejército tan poderoso en una
llanura, donde no hay piedras ni peñas, ni lugar para
huir?”
74Así
que Jonatás oyó estas palabras de Apolonio, se alteró su
ánimo; y escogiendo diez mil hombres, partió de
Jerusalén, saliendo a incorporarse con él su hermano
Simón para ayudarle. 75*Fueron
a acamparse junto a la ciudad de Jope; la cual le cerró
las puertas, porque Jope tenía guarnición de Apolonio, y
así hubo de ponerla sitio. 76Pero
atemorizados los que estaban dentro, le abrieron las
puertas, y Jonatás se apoderó de Jope. 77Habiéndolo
sabido Apolonio se acercó con tres mil caballos y un
ejército numeroso; 78*y
marchando como para ir a Azoto, bajó sin perder tiempo a
la llanura; pues tenía mucha caballería, en la cual
llevaba puesta su confianza. Jonatás le siguió hacia
Azoto, y allí se dio la batalla.
79Había
dejado Apolonio en el campo, a espaldas de los enemigos,
mil caballos en emboscada. 80Supo Jonatás
esta emboscada que los enemigos habían dejado a sus
espaldas; los cuales le cercaron en su campo, y
estuvieron arrojando dardos sobre sus gentes desde la
mañana hasta la tarde. 81Pero los de Jonatás
se mantuvieron inmobles, conforme él había ordenado; y
se fatigó mucho la caballería enemiga. 82Entonces
Simón hizo avanzar su gente, y acometió a la infantería,
pues la caballería estaba ya cansada, y la derrotó y
puso en fuga. 83*Los
que se dispersaron por el campo, se refugiaron en Azoto,
y se metieron en la casa de su ídolo Dagón para salvarse
allí. 84Pero Jonatás puso fuego a Azoto, y a
las ciudades circunvecinas, después de haberlas
saqueado; y abrasó el templo de Dagón con cuantos en él
se habían refugiado; 85y entre pasados a
cuchillo y quemados, perecieron cerca de ocho mil
hombres.
86Levantó
luego Jonatás el campo, y se aproximó a Ascalón, cuyos
ciudadanos salieron a recibirle con grandes agasajos.
87Después regresó a Jerusalén con sus tropas
cargadas de despojos.
88Así
que el rey Alejandro supo todos estos sucesos, concedió
nuevamente mayores honores a Jonatás, 89*y
le envió la hebilla de oro, que se acostumbraba dar a
los parientes del rey; y le dio el dominio de Acarón con
todo su territorio.
*
1. En el
año 152 a. C. según nuestra era. Se trata aquí
de Alejandro Balas, de origen humilde,
que se hizo pasar por hijo de Antíoco Epífanes.
*
10. No sólo la ciudad sino también el Templo
había sufrido mucho. Cf. 6, 62; 9, 54. Véase
versículos 39 ss.
*
11. Monte
Sión: Véase 4, 37 y nota.
*
20. Amigo
del rey: Véase 2, 18 y nota.
La
vestidura de púrpura y
la corona
de oro son regalos con que se obsequiaba a
los reyes. Alejandro Balas, reconoce con esto
virtualmente la independencia del pequeño pueblo
judío.
*
21. Estola
santa: ornamento distintivo del Sumo
Sacerdote. Sobre la magnificencia de los
ornamentos del Sumo Sacerdote véase Eclesiástico
45, S ss. Cf. Éxodo 28, 4 ss.; 39, 2 ss.;
Levítico 8, 7 ss. La silla del Pontífice estaba
vacante desde la muerte de Alcimo (9, 56).
Jonatás, por ser sacerdote, pertenecía a la casa
de Aarón; sin embargo, en sentido estricto, no
le correspondía la dignidad de Sumo Sacerdote.
Pero no había otro después de la muerte de Onías
y la huida de su hijo a Egipto.
*
26. Nótese el contraste entre esta diplomacia
hipócrita, frecuente en todos los tiempos, y la
que señalamos en 8, 23. Así también los judíos
no creyeron en tales promesas (versículo 46).
*
29. Las
coronas: Véase versículo 20. Corona
significa aquí una clase de impuestos, que se
pagaba en forma de una corona de oro o en el
valor respectivo.
*
30. Las tres ciudades incorporadas a Judea son:
Efrén, Lydda. Ramatain (cf. 11. 34, texto
griego). Pertenecían antes a Samaría. La palabra
Galilea está de más.
*
32. Esta ciudadela había sido motivo de
constantes dificultades para los judíos (cf. 1,
35-39; 4, 41; 6, 18, etc.). Ahora se la ofrecían
al Sumo Sacerdote que era también jefe del poder
civil (cf. versículo 38).
*
34. Los
días solemnes: las tres fiestas principales
eran Pascua, Pentecostés y la fiesta de los
Tabernáculos, en las cuales los judíos tenían
que peregrinar a Jerusalén. Cf. Éxodo 12, 1 ss.;
23, 16; 34, 22; 33. 16; Levítico 23, 33 ss.
Además se celebraba el gran día de la Expiación
(Levítico capítulo 16), la fiesta de Purim
(Ester 9, 17 ss.) y probablemente también la
fiesta de la Purificación del Templo (4, 52-59).
Sobre los sábados véase Éxodo 20, 11; Levítico
23, 3; Números 28, 9 s.; IV Reyes 4, 23; sobre
las neomenias véase Números 28, 11 ss.; Isaías
1, 13; 66, 3; Ez- 48, 3.
*
36. Gran
rey: Los reyes de Siria solían llamarse así
a ejemplo de los de Nínive, Babilonia y Persia
(IV Reyes 18, 28; Isaías 36, 4, etc.). En el
griego se lee simplemente:
el rey.
*
40. Un siclo pesaba 8,19 gramos; el siclo
sagrado o del Templo 16,83 gr.
*
42.
Pertenecerán a los sacerdotes: Parece haber
aquí una intención de soborno a éstos, si se
considera lo que habían resuelto los reyes Joás
(IV Reyes 12, 4 ss.) y Josías (IV Reyes 22, 4
ss.).
*
48 ss. Vemos cómo los jefes del pueblo y los
mismos reyes jugaban entonces su vida en las
batallas. Si hoy fuera así, quizás habría menos
guerras…
*
50. Demetrio reinó doce años (162-150),
Alejandro Balas, cinco años (150-145).
*
57 ss.
Cleopatra: Nombre frecuente entre las
princesas sirias y egipcias. No es ésta la
hermosa reina de Egipto, amante de César y de
Marco Antonio, que se suicidó el año 30 a. C.
*
63. De modo semejante honró el rey Jerjes a
Mardoqueo (Ester 6. 11 ss.). Cf. los honores que
el Faraón tributó a José (Génesis 41, 43).
*
67. En el año 147 a. C., según nuestra era.
*
71. El
valor militar en mí reside. El texto griego
dice: Conmigo está la fuerza de las ciudades, es decir, las poderosas
ciudades filisteas y fenicias.
*
75. Jope,
hoy día Jafa, el puerto más cercano a Jerusalén,
distante unos 60 kilómetros.
*
78. Azoto,
situada al sur de Jope, una de las ciudades
filisteas; hoy día Esdud.
*
83. Dagón
era el dios nacional de los filisteos,
representado como medio hombre, medio pez. En
ese mismo templo de Dagón los filisteos metieron
en tiempos de Helí, el Arca que habían quitado a
los israelitas, mas al día siguiente Dagón yacía
boca abajo en el suelo (I Reyes 5, 2 ss.) y los
filisteos sufrieron tanto que devolvieron el
Arca. También esta vez Dagón fue incapaz de
salvar a sus adoradores.
*
89. La
hebilla de oro: condecoración que se llevaba
en el hombro para sujetar el manto. Véase 11,
58; 14, 44. Como se ve, Jonatás supo
aprovecharse de la guerra civil siria para
reforzar su posición.
Acarón:
una de las cinco ciudades filisteas.
|