Iglesia Remanente
Números 22

 

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V. En las campiñas de Moab
 
Balac y Balaam

1Partieron los hijos de Israel y acamparon en las llanuras de Moab, al otro lado del Jordán, frente a Jericó. 2*Balac, hijo de Sefor, supo todo lo que Israel había hecho a los amorreos, 3y se atemorizó Moab grandemente frente al pueblo tan numeroso y perdió el ánimo ante los hijos de Israel. 4Por lo cual dijo Moab a los ancianos de Madián: “Ahora esta multitud devorará todos nuestros contornos a la manera del buey que devora la hierba del campo.” Balac, hijo de Sefor, era a la sazón rey de Moab. 5Envió, pues, mensajeros a Balaam, hijo de Beor, a Petor, que está junto al Río en la tierra de los hijos de su pueblo, para llamarle, diciendo: “He aquí un pueblo que ha salido de Egipto y que cubre la faz de la tierra; está acampado frente a mí. 6Ven, te ruego, y maldíceme a este pueblo, porque es demasiado fuerte para mí; quizás así logre yo derrotarlo y arrojarlo del país: porque sé que es bendito aquel a quien tú bendijeres, y maldito aquel a quien tú maldijeres.”

7*Fueron los ancianos de Moab y los ancianos de Madián, llevando en sus manos el estipendio de mago, y llegados a Balaam, le refirieron las palabras de Balac. 8Él les contestó: “Pasad la noche aquí, y os responderé según me diga Yahvé.” Se quedaron, pues, los príncipes de Moab con Balaam. 9Y vino Dios a Balaam y le dijo: “¿Quiénes son estos hombres que están contigo?” 10Balaam respondió a Dios: “Balac, hijo de Sefor, rey de Moab, ha enviado a decirme: 11He aquí un pueblo que ha salido de Egipto y que cubre la faz de la tierra. Ven, por lo tanto, y maldícemelo; quizás así podré combatirlo y rechazarlo.” 12Y dijo Dios a Balaam: “No vayas con ellos, ni maldigas a ese pueblo, porque es bendito.” 13Se levantó, pues, Balaam por la mañana, y dijo a los príncipes de Balac: “Volveos a vuestra tierra, porque Yahvé no quiere dejarme ir con vosotros”. 14Y se levantaron los príncipes de Moab, y regresados a Balac le dijeron: “Balaam no quiere venir con nosotros.”

15Entonces Balac envió de nuevo otros príncipes a Balaam, en mayor número y más distinguidos que los anteriores; 16los cuales llegados a Balaam le dijeron: “Así dice Balac, hijo de Sefor: Te ruego no dejes apartarte de venir a mí; 17que yo te colmaré de honores, y haré todo lo que me digas, con tal que vengas y me maldigas a esta gente.” 18Mas Balaam respondió y dijo a los siervos de Balac: “Aunque Balac me diese tanta plata y oro como cabe en su casa no puedo desoír la palabra de Yahvé, mi Dios, haciendo (algo contrario), sea cosa chica, sea grande. 19Quedaos pues aquí esta noche, vosotros también, para que yo sepa qué más me diga Yahvé.” 20Y vino Dios de noche a Balaam y le dijo: “Si estos hombres han venido a llamarte, levántate y vete con ellos, pero harás solamente lo que Yo te dijere.” 21Y se levantó Balaam a la mañana, aparejó su asna, y marchó con los príncipes de Moab.

22*Sin embargo se encendió la ira de Dios al emprender Balaam viaje, y el Ángel de Yahvé se puso en el camino para cerrarle el paso. Iba Balaam montado sobre su asna, y le acompañaban dos de sus siervos. 23Cuando la burra vio al Ángel de Yahvé parado en el camino, con su espada desenvainada en la mano, se desvió del camino, andando por el campo; y Balaam le dio golpes para volverla al camino. 24Entonces el Ángel de Yahvé se apostó en una hondonada entre las viñas, con un muro de un lado y un muro del otro. 25Al ver la burra al Ángel de Yahvé se arrimó al muro y apretó el pie de Balaam contra la pared, el cual volvió a pegarla. 26Una vez más se adelantó el Ángel de Yahvé y se puso en un sitio estrecho donde no había espacio para desviarse ni a la derecha ni a la izquierda. 27Entonces al ver la burra al Ángel de Yahvé, se echó en tierra debajo de Balaam, el cual enfurecido la pegó con el bastón. 28*Mas Dios abrió la boca de la burra, la cual dijo a Balaam: “¿Qué te he hecho para que me pegues ya por tercera vez?” 29Balaam respondió a la burra: “Porque haces burla de mí. ¡Ojalá tuviera yo una espada, que ahora mismo te mataría!” 30Replicó la burra a Balaam: “¿No soy yo tu asna, en que has cabalgado siempre desde que yo soy tuya hasta hoy? ¿Por ventura he hecho yo contigo jamás cosa semejante?” Y él respondió: “No”.

31Entonces Yahvé abrió los ojos de Balaam, de modo que vio al Ángel de Yahvé parado en el camino con la espada desenvainada en la mano; e inclinándose se prosternó sobre su rostro. 32Y le dijo el Ángel de Yahvé: “¿Por qué has pegado a tu asna estas tres veces? He aquí que yo he salido para cerrarte el camino, pues tu viaje es perverso delante de mí. 33Me vio la burra y se desvió delante de mí estas tres veces. Si no se hubiera desviado de mi presencia, te habría matado a ti, y a ella la abría dejado con vida.” 34Dijo entonces Balaam al Ángel de Yahvé: “He pecado; porque no sabía que tú te habías apostado contra mí en el camino. Si la cosa te parece mal, ahora mismo me volveré.” 35El Ángel de Yahvé respondió a Balaam: “Ve con estos hombres; pero habla solamente lo que yo te dijere.” Se fue, pues, Balaam con los príncipes de Balac.

36*Cuando Balac supo que venía Balaam, le salió al encuentro hasta Ir-Moab, situada en el límite del Arnón, en el extremo de la frontera. 37Y dijo Balac a Balaam: “¿Acaso no he enviado a llamarte? ¿Por qué no viniste a mí? ¿Crees tal vez que yo no soy capaz de recompensarte?” 38Respondió Balaam a Balac: “Heme aquí, he venido a ti; pero ¿podré yo acaso decir algo? No te diré otra palabra sino la que Dios pusiere en mi boca.” 39*Y se marchó Balaam con Balac, y llegaron a Kiryat-Husot. 40Y sacrificó Balac bueyes y ovejas para hacer presentes a Balaam y a los príncipes que le acompañaban. 41* Al día siguiente tomó Balac a Balaam y le hizo subir a Bamot-Baal, desde donde podía divisar la parte extrema del pueblo.



* 2 ss. Balac, rey de Moab, renuncia a la resistencia activa y busca, en unión con los madianitas, vecinos de su país (v. 4), otro remedio para deshacerse de los israelitas. Recurre a la magia, que estaba muy en boga entre los pueblos paganos. Envió una embajada al más famoso mago que conocía y que vivía junto al Rio (v. 5), es decir, en la región del Éufrates. Su nombre era Balaam. Balaam temía a Yahvé, como se ve por el versículo 8, y tal vez también los prodigios que Yahvé hiciera en favor de su pueblo. Lo cierto es que sus vaticinios sobre Israel fueron inspirados por Dios. Santo Tomás toma a Balaam por profeta del demonio, mas añade que éstos no siempre hablan por revelación de los demonios, sino que algunas veces por revelación divina. Véase 24, 14 y nota. Balaam es el prototipo de los falsos profetas y predicadores que juran no decir otra cosa que la palabra de Dios, mas en realidad no se distinguen del mundo contrario a Dios, buscan su propia ventaja y dan consejos (cf. 31, 16) que pervierten a las almas rectas. A pesar de haber sido prevenido dos veces (v. 12 y 20) por el mismo Yahvé, Balaam no se sometió interiormente a la voluntad de Dios, sino que bendijo a Israel de mala gana porque temía la espada del ángel que le había amenazado en el camino. San Pedro se refiere a este profeta al hablar de la codicia de los falsos maestros y predicadores que “con halagos atraen las almas superficiales y su corazón está versado en la codicia; son hijos de la maldición que, dejando el camino derecho, se han extraviado para seguir el camino de Balaam, hijo de Beor, que amó el salario de la iniquidad” (II Pedro 2, 14 s.). Cf. Judas 11 y Apocalipsis 2, 14 y notas.

* 7. El estipendio de mago: lo que se daba a los magos en recompensa de sus conjuros. Balac no escatimaba los regalos, puesto que una maldición eficaz hubiera librado a él y a su pueblo.

* 22. El Ángel de Yahvé: o el mismo Yahvé, como en Génesis 32, 24, o, según Orígenes el Arcángel San Miguel, protector del pueblo de Israel (Daniel 10, 13 y 12, 1).

* 28. SI texto no permite dudar de que se trataba de un suceso milagroso. Si un ser irracional se pone a hablar es por obra de Dios, quien de esta manera confunde el soberbio entendimiento de los hombres. Por esto dice San Pedro que el animal hablando en voz humana, reprimió la locura del profeta (II Pedro 2, 16); y San Agustín observa que el milagro no consistió en que Dios diese entendimiento a un animal, sino en que por boca de éste hizo oír a Balaam de una manera comprensible lo que quería decirle.

* 36. Ir-Moab, o Ar-Moab (cf. 21, 28; Deuteronomio 2, 9 y 18). La Vulgata traduce: una ciudad de Moab, lo cual corresponde al sentido etimológico del nombre de la ciudad.

* 39. Kiryat-Husot: También este nombre ha sido traducido por San Jerónimo según la etimología: la ciudad que estaba en los últimos términos de su reino.

* 41. Bamot-Baal, o sea alturas de Baal, un monte no lejano del Fasga (21, 19 s.).