Libro Segundo de Samuel
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Capítulo 8: 2 Samuél 8
Las guerras de David
1 Crón. 18. 1-13
8 1 Después de esto, David derrotó a los filisteos y los sometió,
despojándolos de su hegemonía.
2 También derrotó a los moabitas y, haciéndolos echarse en tierra,
los midió con una cuerda, a lo largo de dos cuerdas, los hizo matar;
y a lo largo de una cuerda completa, les perdonó la vida. Los
moabitas pasaron a ser vasallos de David, sometidos a tributo.
3 David derrotó a Hadadézer, hijo de Rejob, rey de Sobá, cuando este
iba a restablecer su dominio sobre el Río.
4 Capturó mil setecientos soldados de caballería y veinte mil
hombres de a pie, y mutiló todos los caballos de los carros de
guerra, reservándose sólo cien.
5 Los arameos de Damasco acudieron en auxilio de Hadadézer, rey de
Sobá, pero David derrotó a veintidós mil de esos arameos.
6 Luego puso gobernadores en Arám de Damasco, y los arameos pasaron
a ser vasallos de David, sometidos a tributo. El Señor daba la
victoria a David en todas sus campañas.
7 David se apoderó de los escudos de oro que llevaban los oficiales
de Hadadézer, y se los llevó a Jerusalén.
8 De Tébaj y de Berotai, ciudades de Hadadézer, el rey David se
trajo una enorme cantidad de bronce.
9 Cuando Tou, rey de Jamat, oyó que David había derrotado a todo el
ejército de Hadadézer, 10 le envió a su hijo Iorám, para saludarlo y
felicitarlo por haber hecho la guerra y derrotado a Hadadézer, ya
que este era su rival. Iorám llevó consigo objetos de plata, oro y
bronce, 11 y el rey David consagró también esos objetos, como lo
había hecho con la plata y el oro provenientes de todas las naciones
que había sometido, 12 de Arám, de Moab, de los amonitas, de los
filisteos y de Amalec, como asimismo del botín de Hadadézer, hijo de
Rejob, rey de Sobá.
13 David adquirió gran renombre cuando volvió de derrotar a
dieciocho mil arameos en el valle de la Sal.
14 Además, puso gobernadores en Edóm, estableciéndolos por todo el
país, y todos los edomitas pasaron a ser vasallos de David. El Señor
daba la victoria a David en todas sus campañas.
La administración del reino
1 Crón. 18. 14-17
15 David reinó sobre todo Israel, y administraba el derecho y la
justicia a todo su pueblo.
16 Joab, hijo de Seruiá, era el comandante del ejército; Josafat,
hijo de Ajilud, el heraldo; 17 Sadoc y Abiatar, hijo de Ajimélec,
hijo de Ajitub, eran sacerdotes; Seraías, el secretario; 18 Benaías,
hijo de Iehoiadá, comandaba a los quereteos y peleteos; y los hijos
de David eran sacerdotes.
CRÓNICA DE LA SUCESIÓN AL TRONO DE DAVID
En los últimos años de su reinado, David vivió muchas horas
amargas. El jefe guerrero que supo consolidar un reino, se mostró
más de una vez demasiado condescendiente con sus hijos, y esta
debilidad le impidió ejercer una autoridad efectiva sobre su
familia. Así se creó el clima propicio para los conflictos
domésticos y las rebeliones que nos relata la "Crónica de la
sucesión al trono de David", obra compuesta por un testigo
presencial, en una época bastante cercana a los hechos. El narrador
quiere mostrar cómo Salomón llegó a ser el legítimo sucesor de
David, a través de una serie de circunstancias dramáticas e
imprevisibles que hicieron fracasar una tras otra las ambiciones de
los demás pretendientes al trono.
Por su valor literario y su manera de presentar los acontecimientos,
esta crónica ocupa un lugar de excepción en toda la historiografía
del Antiguo Oriente. Los hechos reviven ante nosotros en una
sucesión de cuadros, que revelan el arte de un agudo observador y de
un narrador sobrio e imparcial. De un modo particular, el carácter
de David aparece lleno de contrastes, como lo pone de manifiesto el
comienzo mismo de la narración. Las consecuencias de su pasión por
Betsabé lo llevan a cometer un crimen fríamente premeditado. Pero el
reproche del profeta Natán lo hace recapacitar sobre la gravedad de
su pecado y provoca en él un sincero arrepentimiento. Ante esta
muestra de miseria y de grandeza, el narrador no emite ningún
juicio. Deja que los hechos hablen por sí mismos.
Fuente: Catholic.net