Libro Segundo de Samuel
1 | 2 | 3 | 4 | 5 | 6 | 7 |
8 | 9 | 10 | 11 | 12 | 13 | 14 |
15 | 16 | 17 | 18 | 19 | 20 | 21 |
22 | 23 | 24 |
Capítulo 7: 2 Samuél 7
La profecía de Natán
1 Crón. 17. 1-15
7 1 Cuando David se estableció en su casa y el Señor le dio paz,
librándolo de todos sus enemigos de alrededor, 2 el rey dijo al
profeta Natán: "Mira, yo habito en una casa de cedro, mientras el
Arca de Dios está en una tienda de campaña".
3 Natán respondió al rey: "Ve a hacer todo lo que tienes pensado,
porque el Señor está contigo".
4 Pero aquella misma noche, la palabra del Señor llegó a Natán en
estos términos, 5 "Ve a decirle a mi servidor David: Así habla el
Señor: ¿Eres tú el que me va a edificar una casa para que yo la
habite?
6 Desde el día en que hice subir de Egipto a los israelitas hasta el
día de hoy, nunca habité en una casa, sino que iba de un lado a
otro, en una carpa que me servía de morada.
7 Y mientras caminaba entre los israelitas, ¿acaso le dije a uno
solo de los jefes de Israel, a los que mandé apacentar a mi Pueblo,
‘¿Por qué no me han edificado una casa de cedro?’.
8 Y ahora, esto es lo que le dirás a mi servidor David: Así habla el
Señor de los ejércitos, Yo te saqué del campo de pastoreo, de detrás
del rebaño, para que fueras el jefe de mi pueblo Israel.
9 Estuve contigo dondequiera que fuiste y exterminé a todos tus
enemigos delante de ti. Yo haré que tu nombre sea tan grande como el
de los grandes de la tierra.
10 Fijaré un lugar para mi pueblo Israel y lo plantaré para que
tenga allí su morada. Ya no será perturbado, ni los malhechores
seguirán oprimiéndolo como lo hacían antes, 11 desde el día en que
establecí Jueces sobre mi pueblo Israel. Yo te he dado paz,
librándote de todos tus enemigos. Y el Señor te ha anunciado que él
mismo te hará una casa.
12 Sí, cuando hayas llegado al término de tus días y vayas a
descansar con tus padres, yo elevaré después de ti a uno de tus
descendientes, a uno que saldrá de tus entrañas, y afianzaré su
realeza.
13 Él edificará una casa para mi Nombre, y yo afianzaré para siempre
su trono real.
14 Seré un padre para él, y él será para mí un hijo. Si comete una
falta, lo corregiré con varas y golpes, como lo hacen los hombres.
15 Pero mi fidelidad no se retirará de él, como se la retiré a Saúl,
al que aparté de tu presencia.
16 Tu casa y tu reino durarán eternamente delante de mí, y tu trono
será estable para siempre".
17 Natán comunicó a David toda esta visión y todas estas palabras.
La oración de David
1 Crón. 17. 16-27
18 Entonces el rey David fue a sentarse delante del Señor y exclamó:
"¿Quién soy yo, Señor, y qué es mi casa para que me hayas hecho
llegar hasta aquí?
19 Y como esto te pareció demasiado poco, también le has hecho una
promesa a la casa de tu servidor, para un futuro lejano. ¿Es esto lo
que haces habitualmente con los hombres, Señor?
20 ¿Y qué más podría decirte David, si tú, Señor, conoces bien a tu
servidor?
21 A causa de tu palabra y conforme a tu designio, tú has hecho esta
gran obra, dándosela a conocer a tu servidor.
22 Por eso tú eres grande Señor, no hay nadie como tú, ni hay Dios
fuera de ti, por todo lo que hemos escuchado con nuestros propios
oídos.
23 ¿Y quién es como tu pueblo, como Israel, la única nación sobre la
tierra a quien Dios fue a rescatar para hacerla su pueblo y darle un
nombre? Tú has realizado en su favor cosas grandes y terribles,
expulsando a las naciones y a sus dioses delante del pueblo que
rescataste de Egipto.
24 Tú has establecido a tu pueblo Israel para que sea tu pueblo
eternamente, y tú, Señor, eres su Dios.
25 Y ahora, Señor Dios, confirma para siempre la palabra que has
pronunciado acerca de tu servidor y de su casa, y obra conforme a lo
que has dicho.
26 Que tu Nombre sea engrandecido para siempre, y que se diga, ‘¡El
Señor de los ejércitos es el Dios de Israel!’. Y que la casa de
David, tu servidor, esté bien afianzada delante de ti.
27 Porque tú mismo, Señor de los ejércitos, Dios de Israel, te has
revelado a tu servidor, diciendo, ‘Yo te edificaré una casa’. Por
eso tu servidor se ha atrevido a dirigirte esta plegaria.
28 Ahora, Señor, tú eres Dios, tus palabras son leales y has
prometido estos bienes a tu servidor.
29 Dígnate, entonces, bendecir la casa de tu servidor, para que ella
permanezca siempre en tu presencia. Porque tú, Señor, has hablado, y
con tu bendición la casa de tu servidor será bendita para siempre".
Fuente: Catholic.net