Oseas
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Capítulo 3:
Oseas 3
Valor simbólico del matrimonio de Oseas
3 1 El Señor me dijo: "Ve una vez más, y ama a una mujer amada por
otro y adúltera, como ama el Señor a los israelitas, mientras ellos
se vuelven a otros dioses y aman las tortas de uvas".
2 Yo la compré por quince siclos de plata, y por una carga y media
de cebada.
3 Entonces le dije: "Durante mucho tiempo, estarás conmigo; no te
prostituirás ni te entregarás a otro hombre. Y yo haré lo mismo
contigo".
4 Porque durante mucho tiempo, los israelitas estarán sin rey y sin
jefe, sin sacrificio y sin piedra conmemorativa, sin efod y sin
ídolos familiares.
5 Después los israelitas volverán y buscarán al Señor, su Dios, y a
David, su rey; y acudirán con temor al Señor y a sus bienes, en los
días futuros.
REPROCHES Y AMENAZAS CONTRA ISRAEL
Toda la vida de Israel exige una drástica purificación, porque
está llena de violencia, de corrupción e idolatría. La historia del
Pueblo amado y elegido por el Señor, con la sola excepción de un
breve idilio en el desierto (2. 17), no ha sido nada más que una
serie de infidelidades. Israel perdió el sentido de la trascendencia
de su Dios, y lo puso a la par de los dioses cananeos. El país se
cubrió de ídolos, bajo la mirada indiferente de los sacerdotes, que
olvidaron su misión de instruir al pueblo y de llevarlo al
"conocimiento" del verdadero Dios (4. 1).
Además, al buscar el apoyo de las naciones extranjeras (7. 11), los
reyes hicieron de Israel un pueblo como los otros, que ponía su
confianza en la fuerza de las armas y no en el Señor.
Este es el marco social y religioso reflejado en el libro de Oseas,
que provoca las denuncias, reproches y amenazas del profeta. El
Pueblo de Dios se hizo indigno de llevar ese nombre, y el Señor se
ve obligado a someterlo a una prueba purificadora. Pero los anuncios
del castigo dejan siempre lugar a las expresiones de una compasión y
un amor que no se dejan vencer por la infidelidad: "¿Cómo voy a
abandonarte, Efraím? ¿Cómo voy a entregarte, Israel?" (11. 8).
Fuente: Catholic.net