Epístola a los Gálatas
1 | 2 | 3 | 4 | 5 | 6 |
Capítulo 5:
Gálatas 5 1 Para ser libres nos libertó Cristo.
Manteneos, pues, firmes y no os dejéis oprimir
nuevamente bajo el yugo de la esclavitud.
2 Soy yo, Pablo, quien os lo dice: Si os dejáis
circuncidar, Cristo no os aprovechará nada.
3 De nuevo declaro a todo hombre que se circuncida que
queda obligado a practicar toda la ley.
4 Habéis roto con Cristo todos cuantos buscáis la
justicia en la ley. Os habéis apartado de la gracia.
5 Pues a nosotros nos mueve el Espíritu a aguardar por
la fe los bienes esperados por la justicia.
6 Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión ni la
incircuncisión tienen valor, sino solamente la fe que
actúa por la caridad.
7 Comenzasteis bien vuestra carrera, ¿quién os puso
obstáculo para no seguir a la verdad?
8 Semejante persuasión no proviene de Aquel que os
llama.
9 Un poco de levadura fermenta toda la masa.
10 Por mi parte, confío en el Señor que vosotros no
pensaréis de otra manera; pero el que os perturba
llevará su castigo, quienquiera que sea.
11 En cuanto a mí, hermanos, si aún predico la
circuncisión, ¿por qué soy todavía perseguido? ¡Pues se
acabó ya el escándalo de la cruz!
12 ¡Ojalá que se mutilaran los que os perturban!
13 Porque, hermanos, habéis sido llamados a la libertad;
sólo que no toméis de esa libertad pretexto para la
carne; antes al contrario, servíos por amor los unos a
los otros.
14 Pues toda la ley alcanza su plenitud en este solo
precepto: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
15 Pero si os mordéis y os devoráis mutuamente, ¡mirad
no vayáis mutuamente a destruiros!
16 Por mi parte os digo: Si vivís según el Espíritu, no
daréis satisfacción a las apetencias de la carne.
17 Pues la carne tiene apetencias contrarias al
espíritu, y el espíritu contrarias a la carne, como que
son entre sí antagónicos, de forma que no hacéis lo que
quisierais.
18 Pero, si sois conducidos por el Espíritu, no estáis
bajo la ley.
19 Ahora bien, las obras de la carne son conocidas:
fornicación, impureza, libertinaje, 20 idolatría, hechicería, odios, discordia, celos, iras,
rencillas, divisiones, disensiones, 21 envidias, embriagueces, orgías y cosas semejantes,
sobre las cuales os prevengo, como ya os previne, que
quienes hacen tales cosas no heredarán el Reino de Dios.
22 En cambio el fruto del Espíritu es amor, alegría,
paz, paciencia, afabilidad, bondad, fidelidad, 23 mansedumbre, dominio de sí; contra tales cosas no hay
ley.
24 Pues los que son de Cristo Jesús, han crucificado la
carne con sus pasiones y sus apetencias.
25 Si vivimos según el Espíritu, obremos también según
el Espíritu.
26 No busquemos la gloria vana provocándonos los unos a
los otros y envidiándonos mutuamente.
.
Fuente: Catholic.net