Eclesiástico
1 | 2 | 3 | 4 | 5 | 6 | 7 |
8 | 9 | 10 | 11 | 12 | 13 | 14 |
15 | 16 | 17 | 18 | 19 | 20 | 21 |
22 | 23 | 24 | 25 | 26 | 27 | 28 |
29 | 30 | 31 | 32 | 33 | 34 | 35 |
36 | 37 | 38 | 39 | 40 | 41 | 42 |
43 | 44 | 45 | 46 | 47 | 48 | 49 |
50 | 51 |
Capítulo 43: Eclesiástico 43
El sol
43 1 Orgullo del cielo es la limpidez del firmamento, y la bóveda
celeste es un magnífico espectáculo.
2 El sol, cuando aparece, proclama a su salida qué admirable es la
obra del Altísimo.
3 Al mediodía reseca la tierra, ¿y quién puede resistir su ardor?
4 Se atiza el horno para la forja,pero tres veces más abrasa el sol
las montañas; él exhala los vapores ardientesy con el brillo de sus
rayos enceguece los ojos.
5 ¡Qué grande es el Señor que lo ha creado!A una orden suya, él
emprende su rápida carrera.
La luna
6 También la luna, siempre en el momento preciso, marca las épocas y
señala los tiempos.
7 Su curso determina las fiestas:es un astro que decrece después de
su plenilunio.
8 De ella recibe su nombre el mes; ella crece admirablemente en sus
ciclos,
es la insignia de los ejércitos acampados en las alturas, que brilla
en el firmamento del cielo.
Las estrellas
9 La gloria de los astros es la hermosura del cielo,un adorno
luminoso en las alturas del Señor:
10 por la palabra del Santo, se mantienen en orden y no defeccionan
de sus puestos de guardia.
El arco iris
11 Mira el arco iris y bendice al que lo hizo: ¡qué magnífico
esplendor!
12 Él traza en el cielo una aureola de gloria; lo han tendido las
manos del Altísimo.
Maravillas de la naturaleza
13 A una orden suya cae la nieve, y él lanza los rayos que ejecutan
sus decretos;
14 es así como se abren las reservas y las nubes vuelan como
pájaros.
15 Con su gran poder, condensa las nubes, que se pulverizan en
granizo.
16a A su vista, se conmueven las montañas, 17a el fragor de su
trueno sacude la tierra;
16b por su voluntad sopla el viento sur, 17b el huracán del norte y
los ciclones.
18 Como bandada de pájaros, él esparce la nieve y, al bajar, ella se
posa como la langosta; el resplandor de su blancura deslumbra los
ojos y el espíritu se embelesa al verla caer.
19 Como sal sobre la tierra, él derrama la escarcha y, al
congelarse, ella se convierte en espinas punzantes.
20 Sopla el viento frío del norte y el hielo se congela sobre el
agua,
se posa sobre toda masa de agua y la reviste como de una coraza,
21 Otro viento devora las montañas, abrasa el desierto y consume la
hierba como un fuego.
22 Una niebla repentina pone remedio a todo eso, y el rocío refresca
después del viento abrasador.
23 Conforme a su designio, él dominó el Abismo, y allí plantó las
islas.
24 Los que navegan por el mar cuentan sus peligros y sus relatos nos
parecen increíbles:
25 allí hay cosas extrañas y maravillosas,animales de todas clases y
monstruos marinos.
26 Gracias a él, su mensajero llega a buen puerto, y por su palabra
se ordenan todas las cosas.
27 Por mucho que digamos, nunca acabaremos; en una sola palabra: él
lo es todo.
28 ¿Dónde hallar la fuerza para glorificarlo? Porque él es el
Grande, superior a todas sus obras,
29 Señor temible y soberanamente grande: su poder es admirable.
30 ¡Glorifiquen al Señor, exáltenlo cuanto puedan, y él siempre
estará por encima!
Para exaltarlo, redoblen sus fuerzas, no se cansen, porque nunca
acabarán.
31 ¿Quién lo ha visto, para poder describirlo?¿Quién lo alabará
conforme a lo que es?
32 Hay muchas cosas ocultas más grandes todavía, porque sólo hemos
visto algunas de sus obras.
33 El Señor ha hecho todas las cosas y a los hombres buenos les dio
la sabiduría.
Fuente: Catholic.net