www.LaSantaBiblia.com.ar

Primera Epístola a Timoteo

1 2 3 4 5 6

Capítulo 5: 1 Timoteo 5

1 Al anciano no le reprendas con dureza, sino exhórtale como a un padre; a los jóvenes, como a hermanos; 2 a las ancianas, como a madres; a las jóvenes, como a hermanas, con toda pureza.

3 Honra a las viudas, a las que son verdaderamente viudas.

4 Si una viuda tiene hijos o nietos, que aprendan éstos primero a practicar los deberes de piedad para con los de su propia familia y a corresponder a sus progenitores, porque esto es agradable a Dios.

5 Pero la que de verdad es viuda y ha quedado enteramente sola, tiene puesta su esperanza en el Señor y persevera en sus plegarias y oraciones noche y día.

6 La que, en cambio, está entregada a los placeres aunque viva, está muerta.

7 Todo esto incúlcalo también, para que sean irreprensibles.

8 Si alguien no tiene cuidado de los suyos, principalmente de sus familiares, ha renegado de la fe y es peor que un infiel.

9 Que la viuda que sea inscrita en el catálogo de las viudas no tenga menos de sesenta años, haya estado casada una sola vez, 10 y tenga el testimonio de sus buenas obras: haber educado bien a los hijos, practicado la hospitalidad, lavado los pies de los santos, socorrido a los atribulados, y haberse ejercitado en toda clase de buenas obras.

11 Descarta, en cambio, a las viudas jóvenes, porque cuando les asaltan los placeres contrarios a Cristo, quieren casarse 12 e incurren así en condenación por haber faltado a su compromiso anterior.

13 Y además, estando ociosas, aprenden a ir de casa en casa; y no sólo están ociosas, sino que se vuelven también charlatanas y entrometidas, hablando de lo que no deben.

14 Quiero, pues, que las jóvenes se casen, que tengan hijos y que gobiernen la propia casa y no den al adversario ningún motivo de hablar mal; 15 pues ya algunas se han extraviado yendo en pos de Satanás.

16 Si alguna creyente tiene viudas, atiéndalas ella misma y no las cargue a la Iglesia, a fin de que ésta pueda atender a las que sean verdaderamente viudas.

17 Los presbíteros que ejercen bien su cargo merecen doble remuneración, principalmente los que se afanan en la predicación y en la enseñanza.

18 La Escritura, en efecto, dice:  No pondrás bozal al buey que trilla,  y también:  El obrero tiene derecho a su salario.

19 No admitas ninguna acusación contra un presbítero si no viene con  el testimonio de dos o tres.

20 A los culpables, repréndeles delante de todos, para que los demás cobren temor.

21 Yo te conjuro en presencia de Dios, de Cristo Jesús y de los ángeles escogidos, que observes estas recomendaciones sin dejarte llevar de prejuicios ni favoritismos.

22 No te precipites en imponer a nadie las manos, no te hagas partícipe de los pecados ajenos. Consérvate puro.

23 No bebas ya agua sola. Toma un poco de vino a causa de tu estómago y de tus frecuentes indisposiciones.

24 Los pecados de algunas personas son notorios aun antes de que sean investigados; en cambio los de otras, lo son solamente después.

25 Del mismo modo las obras buenas son manifiestas; y las que no lo son, no pueden quedar ocultas.

LaSantaBiblia.com.ar

Fuente: Catholic.net

 

Virgencita y Dios

 

Dios

 


lasantabiblia@cmbs.com.ar