Lamentaciones |
|
Oración del profeta Jeremías
1*Acuérdate,
Yahvé, de lo que nos ha sobrevenido,
mira y considera nuestro oprobio.
2Nuestra
herencia ha pasado a manos de extranjeros,
y nuestras casas en poder de extraños.
3Hemos
quedado huérfanos, sin padre,
y nuestras madres son como viudas.
4A
precio de plata tenemos que beber nuestra agua,
y por dinero compramos nuestra leña.
5Somos
perseguidos llevando
(el yugo)
sobre nuestro cuello;
estamos fatigados, y no hay para nosotros descanso.
6Tendimos
la mano a Egipto y a Asiria,
para saciarnos de pan.
7*Pecaron
nuestros padres que ya no existen,
y nosotros llevamos sus culpas.
8*Nos
dominan esclavos;
y no hay quien
(nos) libre de su mano.
9*Con
peligro de nuestra vida tratamos de conseguir nuestro
pan,
temiendo la espada del desierto.
10Nuestra
piel se abrasa como un horno,
a causa del ardor del hambre.
11Deshonraron
a las mujeres en Sión,
a las vírgenes en las ciudades de Judá.
12Los
príncipes fueron
colgados de las manos
y despreciados los rostros de los ancianos.
13*Los
mancebos llevan el molino,
y los niños caen bajo la carga de leña.
14Faltan los ancianos en la
puerta,
y los jóvenes han dejado de cantar.
15Cesó el gozo de nuestro
corazón;
se han tornado en duelo nuestras danzas.
16*Cayó
de nuestra cabeza la diadema;
¡ay de nosotros, que hemos pecado!
17Por eso está enfermo
nuestro corazón,
y se han oscurecido nuestros ojos:
18porque
el monte Sión está desolado,
y por él se pasean las raposas.
19*Mas
Tú, oh Yahvé, permaneces eternamente,
tu trono
(subsiste) de generación en generación.
20¿Cómo
podrías olvidarte de nosotros para siempre,
abandonarnos por largo tiempo?
21¡Conviértenos
a Ti, Yahvé, y nos convertiremos!
¡Renueva nuestros días, para que sean como antes!
21*¿O
nos has rechazado por completo?
¿Te has airado contra nosotros hasta el extremo?
*
1. El título
“Oración
del profeta Jeremías”, que comúnmente se da
a este capítulo, falta en el texto, mas no hay
duda de que el gran profeta es autor de esta
fervorosa plegaria. Comienza describiendo
vivamente el estado lamentable de su pueblo que
sufre el cautiverio.
*
7. Pecaron
nuestros padres: “No somos nosotros
inocentes (v. 16); pero más culpables son
nuestros padres: fueron ellos los autores de los
desórdenes del día, y murieron sin experimentar
estos males” (Páramo). Véase sobre este punto
Éxodo 20, 5 y nota.
*
8. No se refiere a una subversión social como la
del comunismo, en que el siervo llegue a mandar
a su amo, sino que habla, en sentido político,
de esa sujeción en que había caído Israel bajo
un pueblo que la nación escogida miraba como
inferior. Aquí se ve cuan falsa es la presunción
de los fariseos en Juan 8, 33. Cf. Esdras 9, 9;
Baruc 2, 5.
*
9. La
espada del desierto: las invasiones de los
nómadas del desierto.
*
13. Los
mancebos llevan el molino: Se trata de las
dos piedras de que se componía el molino casero.
La Vulgata vierte:
abusaron
de las jóvenes deshonestamente.
*
16. ¡Ay de nosotros, que hemos pecado! Si el
orgullo es el primero de nuestros vicios y el
principio de nuestras desgracias, no hay duda de
que sólo puede curarse por medio de la humildad.
Ahora bien, el acto más humillante es para el
hombre la confesión de los pecados, el franco
reconocimiento de que él es nada y que sus obras
son malas. Tal actitud desarma a Dios, como dice
Tertuliano, y la misericordia ocupa el puesto de
la maldición.
*
19. Esta esperanza mesiánica en Aquél cuyo reino
no tendrá fin es el consuelo de Israel en todas
sus grandes pruebas. Cf. Salmo 9, 8; 71, 7 s.;
101, 13 y 27.
*
21. Es una gran lección de doctrina este
reconocimiento de nuestra incapacidad para
convertirnos a Dios, si Él no nos convierte, es
decir, si Él no nos da la gracia de la
conversión. Igual concepto expresa Jeremías con
respecto a la salvación final de Israel. Véase
Jeremías 30, 13 y nota.
|