Jonás 2 |
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Jonás en el vientre del pez
1*Entonces
Yahvé hizo venir un pez grande para que se tragara a Jonás;
y estuvo Jonás en las entrañas del pez tres días y tres
noches,
Oración de Jonás
2Desde
las entrañas del pez oró Jonás a Yahvé, y dijo:
3*
“Clamé a Yahvé en mi angustia, y Él me oyó;
desde el vientre del scheol pedí auxilio,
y
Tú has atendido a mi voz.
4Me
arrojaste a lo más profundo,
al
seno de los mares;
me
circundaron aguas torrenciales,
todas tus olas y ondas pasaron sobre mí.
5Entonces
dije:
«Desterrado he sido de delante de tus ojos,
pero volveré a contemplar tu santo Templo».
6Las
aguas me han encerrado hasta el alma,
me
rodea el abismo
y
los juncos han enredado mi cabeza.
7*He
descendido hasta las raíces de las montañas;
los
cerrojos de la tierra
me
encerraron para siempre;
pero Tú sacaste mi vida desde la fosa,
Yahvé, Dios mío.
8Cuando
mi alma desfallecía dentro de mí,
me
acordé de Yahvé;
y
llegó mi plegaria a tu presencia
en
el templo santo tuyo.
9*Los
que van tras las mentirosas vanidades
abandonan su misericordia.
Mas
yo te ofreceré sacrificios
con
cánticos de alabanza;
cumpliré los votos que he hecho,
pues de Yahvé viene la salvación.”
10Entonces
Yahvé dio orden al pez, y éste vomitó a Jonás en tierra.
*
1. Algunos ictiólogos opinan que el pez grande que
se tragó a Jonás, fue de la especie squalus
carcharías (perro marino, tigre marino, tiburón).
Pero ni el nombre hebreo, ni su versión griega y
latina, indican especie particular, sino que dicen
simplemente “pez grande”, o sea monstruo. Por lo
demás la expresión Yahvé hizo venir, muestra bien la
divina mano, como en la planta de 4, 6. Las
representaciones primitivas halladas en las paredes
de las catacumbas, ponen al monstruo dos pies y lo
toman por dragón. Aunque la historia natural conoce
casos semejantes al de Jonás, no se puede explicar
el hecho de que el profeta se hallara tres días en
el vientre del pez sin sufrir daño. Hay que admitir
un portentoso milagro, que el mismo Jesucristo se
dignó recoger y presentarnos como figura del
misterio de su propia resurrección (Mateo 12,
39-40), en la cual se funda toda nuestra esperanza,
Véase I Corintios capítulo 15. Como bien dice un
autor protestante, negar aquí el milagro no es ya ir
sólo contra el Libro de Jonás, sino contra la
palabra del mismo Jesucristo. Jonás vivió en el
vientre del pez, dice San Jerónimo, del mismo modo
como pudieron vivir los tres jóvenes en el horno de
Babilonia (Daniel 3).
*
3 ss. La oración de Jonás refleja bien los
pensamientos que agitaban su corazón en aquella más
que angustiosa situación. Se apoya en oraciones
conocidas y divulgadas entre los israelitas. Véase
Salmo 15, 10; 17, 7; 29, 4; 30, 23; 41, 8; 68, 2;
119, 1, etc. Cf. la oración de Ezequías (Isaías 38,
10). Has
atendido a mi voz: He aquí lo más hermoso de
esta oración: el firmísimo sentimiento de confianza,
que se da por salvado cuando aún está en pleno
peligro. Así Jesús daba gracias al Padre
anticipadamente. Véase Juan 11, 41 s.
*
7. Sacaste mi
vida desde la fosa: Lo mismo dijo David (Salmo
15, 10) mirando a Jesucristo, único en quien se
cumplieron estas palabras proféticas.
*
9. Las
mentirosas vanidades; nombre bíblico de los
ídolos. Abandonan su misericordia. Según algunos el sentido sería que los
que sirven a los vanos ídolos no pueden hallar
misericordia. Mas no se ve qué sentido tendría esto
aquí, cuando precisamente Jonás era castigado por no
querer que Dios perdonase a Nínive. Según Crampón,
su misericordia querría decir “el autor de su
gracia”. Nácar-Colunga dice; “¡Cómo se sustraen a su
misericordia los que siguen las mentirosas
vanidades!” Según esto, el sujeto de
su
misericordia seria Dios (versículo 8), cuya mano
se hacía sentir pesadamente sobre Jonás por no
haberle obedecido. Y también podría significar que
el mismo Jonás se declara culpable de su falta de
misericordia con los ninivitas, por lo cual se
propone ofrecer la reparación del versículo 10. El
sacrificio de alabanza es, en efecto el que más
honra a Dios, y por el cual Él promete mostrarnos la
salvación (Salmo 49, 23).
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