Promesas:
1. El alma que las reza no
sufrirá ningún Purgatorio.
2. El alma que las reza será
aceptada entre los mártires como si hubiera derramado su
propia sangre por la fe.
3 El alma que las reza puede
(debe) elegir a otros tres a quienes Jesús mantendrá luego
en un estado de gracia suficiente para que se santifiquen.
(*)
4. Ninguna de las cuatro
generaciones siguientes al alma que las reza se perderá.
5. El alma que las reza será
consciente de su muerte un mes antes de que ocurra.
(*) Escribir los tres nombres
(personas vivas) en un papel y guardarlo. Los nombres no se
pueden cambiar.
† En
el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo †
Oración inicial
Oh Jesús, ahora deseo rezar la
oración del Señor siete veces junto con el amor con que Tú
santificaste esta oración en Tu Corazón. Tómala de mis
labios hasta Tu Sagrado Corazón. Mejórala y complétala para
que le brinde tanto honor y felicidad a la Trinidad en la
tierra como Tú lo garantizaste con esta oración. Que esta se
derrame sobre Tu santa humanidad para la glorificación de
Tus dolorosas heridas y la preciosísima Sangre que Tú
derramaste de ellas.
Amén
1.
La circunsición
Padre Nuestro, Avemaría, Gloria
Padre Eterno, por medio de las
manos inmaculadas de María y el Sagrado Corazón de Jesús, Te
ofrezco las primeras heridas, los primeros dolores y el
primer derrame de Sangre como expiación de los pecados de mi
infancia y de toda la humanidad, como protección contra el
primer pecado mortal, especialmente entre mis parientes.
Amén
2.
La agonía de Jesús en
el Huerto de los Olivos
Padre Nuestro, Avemaría, Gloria
Padre Eterno, por medio de las
manos inmaculadas de María y el Sagrado Corazón de Jesús, te
ofrezco el intenso sufrimiento del Corazón de Jesús en el
Huerto de los Olivos y cada gota de sudor de sangre como
expiación de mis pecados del corazón y los de toda la
humanidad, como protección contra tales pecados y para que
se extienda el amor divino y fraterno.
Amén
3.
La flagelación
Padre Nuestro, Avemaría, Gloria
Padre Eterno, por medio de las
manos inmaculadas de María y el Sagrado Corazón de Jesús, te
ofrezco las muchas miles de heridas, los terribles dolores y
la preciosísima sangre de la flagelación como expiación de
mis pecados de la carne y los de toda la humanidad, como
protección contra tales pecados y la preservación de la
inocencia, especialmente entre mis parientes.
Amén
4.
La coronación de
espinas
Padre Nuestro, Avemaría, Gloria
Padre Eterno, por medio de las
manos inmaculadas de María y el Sagrado Corazón de Jesús, te
ofrezco las heridas, los dolores y la preciosísima sangre de
la sagrada cabeza de Jesús luego de la coronación de
espinas, como expiación de mis pecados del espíritu y los de
toda la humanidad, como protección contra tales pecados y
para que se extienda el reino de Cristo aquí en la tierra.
Amén
5.
Cargando la cruz
Padre Nuestro, Avemaría, Gloria
Padre Eterno, por medio de las
manos inmaculadas de María y el Sagrado Corazón de Jesús, te
ofrezco los sufrimientos en el camino a la cruz,
especialmente la santa herida en su hombro y la preciosísima
sangre como expiación de mi negación de la cruz y la de toda
la humanidad, todas mis protestas contra tus planes divinos
y todos los demás pecados de palabra, como protección contra
tales pecados y para un verdadero amor a la cruz.
Amén
6.
La crucifixión de
Jesús
Padre Nuestro, Avemaría, Gloria
Padre Eterno, por medio de las
manos inmaculadas de María y el Sagrado Corazón de Jesús, te
ofrezco a Tu Hijo en la cruz, cuando lo clavaron y lo
levantaron, las heridas en sus manos y en sus pies y los
tres hilos de la preciosísima sangre que derramó allí por
nosotros, las extremas torturas del cuerpo y del alma, su
muerte preciosa y su renovación no sangrienta en todas las
santas misas de la Tierra, como expiación de todas las
heridas contra los votos y normas dentro de las Órdenes,
como reparación de mis pecados y los de todo el mundo, por
los enfermos y moribundos, por todos los santos sacerdotes y
laicos, por las intenciones del Santo Padre por la
restauración de las familias cristianas, para el
fortalecimiento de la Fe, por nuestro país y por la unión de
todas las naciones en Cristo y su Iglesia, así como también
por la diáspora.
Amén
7.
La llaga del costado
de Jesús
Padre Nuestro, Avemaría, Gloria
Padre Eterno, acepta como dignas,
por las necesidades de la Santa Iglesia y como expiación de
los pecados de toda la humanidad, la preciosísima sangre y
el agua que manó de la herida del Sagrado Corazón de Jesús.
Sé misericordioso para con nosotros. ¡Sangre de Cristo, el
último contenido precioso de su Sagrado Corazón, lávame de
todas mis culpas de pecado y las de los demás! ¡Agua del
costado de Cristo; lávame totalmente de las penitencias del
pecado y extingue las llamas del Purgatorio para mí y para
todas las almas del Purgatorio!
Amén.
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